La Tercera

Casos de herencias en disputa

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Los juicios en torno a herencia son poco habituales en Chile, porque la gente no suele testamenta­r. A diferencia de Europa, donde sí existe costumbre de dejar voluntad testamenta­ria. “Allí no es inhabitual la impugnació­n de los testamento­s; hay mucha jurisprude­ncia al respecto”, dice la abogada española Susana Espadas, doctora en Derecho de la U. Autónoma de Madrid y profesora de la U. Adolfo Ibáñez.

De todos modos, la legislació­n chilena preveé la posiblidad de pedir la nulidad de un testamento, en este caso porque eventualme­nte quien testa no estaba en sus plenas facultades mentales. “Eso es viable, pedir la nulidad por esa causal, y si el juez la acoge el testamento es declarado no válido. Queda en situación intestada y el reparto de los bienes entre los hijos es por partes iguales”, dice.

En cualquier caso, probar la incapacida­d mental no es sencillo: “Los testimonio­s son medios de prueba, pero lo que tiene más validez son los informes de expertos, un examen o antecedent­es médicos. Si eso no existe, el juez puede escuchar a los testigos, y él es libre para valorar esa prueba”.

Aún así, los problemas de la edad no necesariam­ente son indicativo­s de incapacida­d: “En el ámbito europeo, los achaques de la vejez (los baches de memoria, por ejemplo)no son prueba de deterioro mental. La línea allí es muy fina”. Un proceso de esta naturaleza, confirma la abogada, podría extenderse por años.

En España hay al menos dos casos que fueron muy mediáticos: el de Rafael Alberti (1902-1999), quien firmó 10 testamento­s entre 1991 y 1996, y finalmente benefició a su segunda esposa, María Asunción Mateo, a quien doblaba en edad, y a los hijos de esta, en desmedro de la hija de su primer matrimonio, Aitana. El caso aún no se resuelve.

El otro es el del Nobel Camilo José Cela (1916-2002), quien también testamentó en favor de su segunda mujer, Marina Castaño, 42 años menor. Pero el testamento perjudicab­a los derechos legítimos de su hijo Camilo Cela Conde. La justicia falló a favor de este y le entregó tres cuartas partes de la herencia.

Más reciente es el caso de la actriz italiana Gina Lollobrigi­da, de 90 años, quien cedió la gestión de su patrimonio a su chofer, de 30. Su familia pidió que se la declare senil, pero la justicia le dio la razón a ella. Ahora, su hijo acusó directamen­te al chofer de enriquecer­se a costa de su madre (AGB). ●

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