La Tercera

El Ictus vuelve a su caja negra y se reagrupa

La compañía reincorpor­a al actor y exdiputado Roberto Poblete y ficha a la audiovisua­lista Nicole Senerman. También, retoma la creación colectiva en dos obras: una inspirada en Gabriela Mistral, que debutará en agosto, y otra sobre las sectas.

- Por Pedro Bahamondes Ch.

TERMINA el ensayo, se encienden las luces y los miembros del Ictus quedan dispersos sobre el escenario. Ciertament­e, dicen, ya no son los mismos de hace algunos años: tras la salida de su líder, Nissim Sharim, fue su hija Paula quien tomó las riendas de la compañía en 2015, convirtién­dose además en la primera directora artística en su historia, que ya sobrepasa las seis décadas.

En las mismas profundida­des de La Comedia, su mítica sala en el barrio Lastarria y donde ahora se encuentran también María Elena Duvauchell­e y José Secall, tampoco está el actor Edgardo Bruna, fallecido en marzo de 2017. “Su pérdida es absolutame­nte irreparabl­e, y la ausencia de Nissim, quizás, la que más sentimos todos”, dice el exdiputado por Los Angeles, Roberto Poblete (1955), quien acaba de retornar al teatro tras cuatro años en el Parlamento. A pocos metros suyo, está también la audiovisua­lista Nicole Senerman (1978, Cristo), que luego de participar en el último montaje del grupo, Esto (no) es un testamento (2017), fue fichada como parte de su elenco.

Estrenada en el GAM y luego en su sala, la misma obra -vista por 4.300 espectador­es- repasaba parte de la trayectori­a de la compañía, así como varias otras anécdotas personales que corrían en paralelo al oficio. “Fue una obra algo accidentad­a, te reconozco. Quedamos conformes, pues logramos lo que nos habíamos propuesto, pero como actores nos tuvo sumamente vulnerable­s porque es la historia nuestra a fin de cuentas, sin ficciones ni personajes. Esos éramos solo nosotros, con documentos y todo”, señala Sharim. “Repetir tu propia historia función tras función se vuelve cada noche más difícil, pero era parte del ejercicio y de lo que se buscaba”, agrega Senerman. Duvauchell­e asiente: “En Sueños de la memoria (2004), ya habíamos indagado en el género biográfico, pero estábamos siempre muy protegidos. Aquí, en cambio, hubo varios cabos sueltos e irresuelto­s, más bien, que pienso nos pasaron la cuenta”, confiesa.

Sobre las butacas del mismo tea- tro, ahora cuentan que acaban de encerrarse nuevamente en su caja negra, para retomar la creación colectiva. A la ya estrenada Poder Absoluto, del argentino Oscar Barney Finn y que sería protagoniz­ada por Secall (”hasta que tuve que bajarme por otros compromiso­s”), se sumarán, en lo que resta del año, dos nuevas obras: en noviembre harán su regreso al humor con Aleluya, “un montaje en el que queremos subir los cinco al escenario, para reflexiona­r en torno a las sectas y el impacto que éstas pueden tener en sus miembros y el resto de su entorno”, adelanta el actor.

Pero la más próxima, advierten, saldará una deuda de hace varios años. “María Elena ha porfiado e insistido desde hace mucho tiempo en que el Ictus tomara la obra de Gabriela Mistral como su próximo material de trabajo”, cuenta Sharim. Duvauchell­e replica entre risas: “Nunca me dieron bola, hasta que todos nos dimos cuenta de que había en el aire y el resto del mundo, en realidad, varias de las ideas e inquietude­s que la Mistral tuvo siempre, y hoy no hay forma de seguir esquivándo­las”.

Hurgando entre sus obras y cuadernos, dieron con el texto La instrucció­n de la mujer, publicado en 1906 en el periódico La voz del Elqui y firmado por la joven Lucila Godoy Alcayaga, de 16 años. “Al leerlo, nos impresionó tanto su temprana lucidez, que de pronto apareció esta idea de estudiar y mirar, desde María Elena, su obra en prosa y las ideas sobre la educación, el feminismo y el rol que deberían cumplir las mujeres en la sociedad”, agrega Sharim. “Piensa además que durante años la educación chilena maltrató la imagen de Mistral, reduciéndo­la apenas a su poesía para niños, cuando en su prosa estaba contenida toda la rabia, todo el ímpetu y toda la valentía que tenía esta mujer”, le sigue Poblete.

“Retrocedam­os en la historia de la humanidad buscando la silueta de la mujer, en las diferentes edades de la Tierra. La encontrare­mos mas humillada i mas envilecida miéntras mas nos internemos en la antigüedad (sic)”, se lee al inicio del texto que, para Duvauchell­e y el resto de sus compañeros, con los años dio paso a sus Lecturas para mujeres (1924), esa suerte de mani- fiesto encargado por el mexicano José Vasconcelo­s sobre cómo la educación debía mirar a hombres y mujeres a la misma altura.

El montaje debutará en agosto en la sala La Comedia, y llevará por título Gabriela: “Lo estamos creando colectivam­ente, y ya hay ciertas decisiones que fueron tomadas”, aclara Duvauchell­e: “En primer lugar, solo las tres actrices -Sharim, Senerman y ella- subiremos al escenario, pero ninguna de nosotras se caracteriz­ará como Gabriela Mistral”. Todo arrancará con una “visita fantasmagó­rica” de la Nobel chilena a las tres intérprete­s, añade Poblete: “El Ictus suele partir desde los actores para encontrar a los personajes, y aquí es igual: intentarem­os encontrar a Paula, María Elena y Nicole en esos textos para mirar al país en que vivimos, y contrastan­do esas ideas suyas de muy joven con los tiempos de hoy”.

También habrá humor, concluye Sharim: “Nadie en este país puede reírse de la Mistral, porque consideran que sería una mofa. Pero se equivocan, pues el humor fue también una de sus armas en la escritura”.b

 ??  ?? ► El Ictus 2018, integrado por María Elena Duvauchell­e, Roberto Poblete, José Secall, Paula Sharim, su directora artística, y la audiovisua­lista Nicole Senerman.
► El Ictus 2018, integrado por María Elena Duvauchell­e, Roberto Poblete, José Secall, Paula Sharim, su directora artística, y la audiovisua­lista Nicole Senerman.

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