La Tercera

“Las desigualda­des que hay en EE.UU. o en Chile son moralmente injustas”

Según el intelectua­l estadounid­ense, que plantea una convergenc­ia entre liberalism­o y justicia social, los defensores del libre mercado no han sabido hacer una defensa moral de sus propuestas, “y si no tienes una base moral vas a perder el debate al final

- Juan Paulo Iglesias

John Tomasi Autor de Free Market Fairness

36-37

En 2012 John Tomasi publicó Free Market Fairness, un libro que resume su propuesta de una vía alternativ­a en el liberalism­o, donde converjan ideas libertaria­s con los principios de la justicia social. La obra se convirtió muy luego en texto obligado de la filosofía política, destacada por figuras como Richard Epstein o Deirdre McCloskey. El 12 de junio el académico de la Brown University estará en Santiago para ofrecer una conferenci­a en el Hotel Ritz Carlton, organizada por La Otra Mirada, la Fundación para el Progreso y el apoyo de La Tercera. Participar­á, además, en el Latin American Liberty Forum, el 14 y 15 de junio, y en el ciclo Diálogos en La Moneda. Antes de su llegada, Tomasi abordó en esta entrevista sus propuestas y su visión de la sociedad contemporá­nea.

Usted plantea un liberalism­o que combina ideas libertaria­s con justicia social, ideas que parecen antagónica­s. ¿Cómo se logra eso?

Cuando revisamos la historia política de Chile vemos la historia de esas dos caras. Pienso en Sebastián Piñera, en el lado del libre mercado, y en Michelle Bachelet en el lado de la justicia social. Antes que ellos, Allende en el lado de la justicia social y los Chicago Boys, Sergio de Castro, Hayek y Friedman, en el lado del libre mercado. Los filósofos también tienen esos dos lados. Hay filósofos que hablan sólo de justicia social y son muy escépticos del libre mercado. Y hay otros, como los libertario­s, a los que les gusta mucho el libre mercapende­r do pero son escépticos de la justicia social. Entonces mi idea es pensar en qué cosa pueden aprender unos de los otros. Mi idea es que cada lado tiene algo realmente importante que decir, pero cada lado tiene también un punto muerto. Y si convencemo­s a gente de ambos lados que piensen en lo bueno del otro tal vez podamos combinarlo­s de alguna manera.

¿Qué ideas rescata de cada uno?

Pensemos desde el lado de la justicia social. ¿Qué es lo más importante? Creo que son algunas de las ambiciones y los objetivos de gente como Allende. La idea de que cada vida importa, la idea de que cada uno debe tener una oportunida­d real para conseguir algo en la sociedad. En una sociedad que es extremadam­ente desigual, una sociedad donde muchas personas no tienen posibilida­des de una buena educación, donde no tienen posibilida­des de hacer algo con sus vidas, esa sociedad tiene algo malo, es una sociedad injusta. Creo que esa idea de la izquierda es válida. Lo que hay que hacer es que personas de derecha apoyen esa idea. Esa es la visión desde el lado de la justicia social. Pero también hay una visión desde el lado de quienes apoyan el libre mercado. En ese lado hay dos puntos. Uno, que el libre mercado crea riquezas y eso es extremadam­ente importante. Pero, también, que las libertades económicas son valiosas por sí mismas. ¿Qué hace a las personas felices? En parte, la idea de trabajar, de estar parado en sus propios pies, tener un trabajo del que se sientan orgullosos, trabajar duro, avanzar en su carrera. Eso es lo que hace a la gente feliz. Creo que esa idea de tomar riesgos, de ser financiera­mente independie­ntes, no de- del Estado para las cosas. Creo que esa es una idea moral muy importante del lado del libre mercado. Es un error pensar que el libre mercado no tiene un rol y es un error pensar que el gobierno tiene que hacer todo por nosotros. La verdadera justicia social es darles a todos las oportunida­des para ser independie­ntes.

Pero ¿esa no es la mirada tradiciona­l del liberalism­o, que plantea que si las personas tienen igualdad de oportunida­des y el resultado de eso es la desigualda­d ese no es su problema sino parte de las consecuenc­ias de la libertad? ¿Cuál es el matiz que agrega su visión?

Creo que ninguna sociedad debería tener las desigualda­des que hay en Estados Unidos o en Chile. Desigualda­des a ese nivel no son sólo preocupant­es, son moralmente injustas. En una sociedad justa habrá diferencia­s, habrá desigualda­des, pero lo importante es que si hay desigualda­des se deben enfrentar de manera de ayudar a todos. Te doy un ejemplo: algunos de mis estudiante­s piensan que la igualdad es lo único que importa, pero imagina una sociedad que es muy igualitari­a. Sin embargo, a medida que la hacemos más igualitari­a la vamos haciendo más pobre. ¿Crees, entonces, que esa sociedad que se va haciendo cada vez más igualitari­a pero más pobre es más justa? No creo. No es solo el igualitari­smo lo que importa. Lo que realmente importa es cómo viven las personas más pobres. Si tenemos una sociedad que es desigual, pero los pobres son más ricos que en una sociedad completame­nte igualitari­a, entonces yo creo que esa es una sociedad mejor. Lo realmente importante no es la igualdad estricta. En lo que realmente deberíamos pensar es en qué institucio­nes pueden ayudar a los menos afortunado­s.

Y en esa sociedad, ¿cuál es el rol del Estado?

Tiene un rol muy importante. Hay dos lados del rol. Primero, el Estado tiene que asegurar derechos básicos para todos. Por ejemplo, algunas de las cosas que sucedieron durante Pinochet fueron terribles. como los abusos de los derechos humanos, eso no puede pasar. El Estado tiene que proteger derechos básicos y libertades, incluyendo la libertad de expresión, la libertad de prensa, libertades políticas y también debe proteger los derechos de propiedad, esa es una parte muy importante de una sociedad que funciona bien. Pero eso no es todo. En segunda lugar, el Estado tiene que proveer una seguridad diseñada para darles efectivame­nte a todos una oportunida­d real en la sociedad y debe hacerse de manera que no sea sólo simbólica sino que efectivame­nte ayude a los pobres. Puedo darle un ejemplo relacionad­o con la educación y sé que eso es algo que en Chile ha estado en discusión. En mi visión, creo que es justo que en Chile cada persona tenga la posibilida­d de

contar con una buena educación. Creo que esa es una idea de justicia social que es absolutame­nte correcta. Todos en Chile deben saber que sus hijos recibirán una buena educación. Pero si estamos de acuerdo con esa idea, eso no significa que pensemos que la educación debe ser gratis hasta el nivel universita­rio, eso depende de muchas otras cosas. El objetivo es una buena educación para todos, pero después debemos preguntarn­os cuál es el mejor método para lograr esa buena educación. Si al hacer que esté disponible una educación gratis para todos tienes que elevar los impuestos corporativ­os y eso afecta la economía y reduce los trabajos que la gente va a tener, entonces el sistema educaciona­l va por mal camino. No soy un experto en Chile, tal vez el método que usaron realmente funcione, pero creo que si se reconoce que la educación universal es un objetivo y debe serlo, al menos se debe plantear la pregunta sobre cuál es el mejor método para llegar ahí. Creo que hay algunas ideas de Friedman que son muy útiles como la de que el estado debe poner a disposició­n de la gente voucher para que las perChile, sonas puedan ir a la escuela que elijan. Eso crea innovación, crea nuevos sistemas de escuelas, hace a las personas más responsabl­es, porque no sólo tienen que ir y obtener algo gratis sino que tienen que pensar cuál es el mejor uso que le van a dar. Algunas veces los socialista­s se preocupan demasiado de las buenas intencione­s sin pensar lo suficiente sobre lo que realmente funciona en el mundo real. Y los defensores del libre mercado hablan mucho de lo que funciona, pero no de moralidad.

Un expresiden­te en Chile decía que el mercado es cruel. ¿Usted cree que el mercado puede ser justo?

Sí, creo que puede ser justo, pero es importante que la competenci­a esté diseñada de tal manera que sea beneficios­a para todos. Es muy fácil que cuando se combina el mercado con la política se termina teniendo una política corrupta y un mercado corrompido. La gente usa su dinero para contratar políticos y recibir favores, pero la política también corrompe el mercado porque el mercado no se vuelve justo y termina trabajando para el beneficio de algunos. Entiendo que en Piñera está a favor del libre mercado, pero en mi país tenemos un Presidente que es más escéptico sobre el libre mercado y lo que estamos viendo ahora es que el mercado que teníamos en EE.UU. está siendo corrompido y se está siendo menos justo y más cruel, porque si tienes conexiones políticas, el Presidente hace las reglas de manera que a tu compañía le irá muy bien. Pero si no estás conectado políticame­nte el mercado será cruel. Eso no es justo. La competenci­a de por sí no es cruel, lo que es cruel es cuando los mercados se corrompen y eso está pasando demasiado a menudo.

Hay un claro componente moral en su propuesta.

Sí, claro. Cuando las sociedades se liberaliza­n no lo hacen sólo porque lo tienen que hacer, en realidad están alcanzando una moral más elevada. Creo que una sociedad de libre mercado tiene un ideal moral más elevado que una sociedad socialista. Castro y Allende estaban equivocado­s al pensar que un Estado socialista era una sociedad moralmente mejor. Incluso si funciona bien, incluso si puede tener éxito en sus propios términos, una sociedad donde las personas no son libres, donde reciben las cosas del estado en lugar de ser libres para conseguirl­as por ellas mismas es una sociedad menos buena. Hay que preguntars­e cuál es el ideal moral más elevada y no es puro socialismo o la visión libertaria sino una fusión que yo llamo free market fairness (justicia del libre mercado.

¿Cree que hay países donde eso se ha logrado?

Creo que hay varias economías que están tratando de moverse en esa dirección. Suecia tuvo un ministro de Finanzas recienteme­nte cuyo nombre es Anders Borg y él hablaba mucho de enfrentar las cosas de esta manera. Decía que no tenemos que juzgar cuán justa es Suecia por cuanto bienestar le da a sus ciudadanos, sino juzgar cuán justa es Suecia dependiend­o de la libertad de sus ciudadanos para sostenerse por sí mismos. La verdadera justicia no pasa por lo grande que es el sistema de bienestar de un gobierno sino si el gobierno ajusta las cosas para que cada uno pueda estar parado en sus propios pies. Creo que Suecia va en esa dirección. En cierto sentido esto se volvió un ideal estadounid­ense, pero ahora no lo vemos, porque hay muchas injusticia­s en el mercado. Pero la idea de que Estados Unidos es el país de las oportunida­des, una tierra que recibe a los inmigrante­s y donde las personas pueden pararse en sus propios pies, ese es un ideal moral. Muchos estadounid­enses piensan que para hacer a Estados Unidos más justo hay que hacerlo más como Europa, pero yo creo que están equivocado­s.

¿Cómo ve el caso de Chile, al que hacía referencia al principio?

Creo que Chile es fascinante, porque tiene los dos ingredient­es. Hay algunos ideales morales de justicia social y hay ideales de libre mercado. La pregunta es si pueden unirse… sé que hay grandes desigualda­des en Chile, pero también ha habido un asombroso crecimient­o económico y una economía mixta en los últimos años. Chile es un ejemplo emocionant­e, un laboratori­o emocionant­e porque tiene todos los ingredient­es de los que hablo.

MERCADO CRUEL

“La competenci­a de por sí no es cruel, es cruel cuando los mercados se corrompen y eso está pasando demasiado a menudo últimament­e”.

SOCIEDAD SOCIALISTA

“Una sociedad donde las personas no son libres, y reciben cosas del Estado y no las consiguen libremente, es menos buena”.

Pese a que el liberalism­o creció tras el fin de la Guerra Fría, hoy vemos el renacer de una nueva izquierda y a figuras como Bernie Sanders en EE.UU. o Jeremy Corbyn en Reino Unido. ¿A qué se debe, según usted?

EL CASO CHILENO

“Chile es fascinante. Hay ideales de justicia social e ideales de libre mercado. Tiene todos los ingredient­es”.

Creo que mucha gente piensa que el sistema está arreglado, que el juego está arreglado. Esta no es una sociedad de libre mercado sino que los poderosos controlan mucho en la sociedad. Hay insiders y outsiders y los insiders están bien, pero eso es a expensas de los outsiders. La gente siente que la sociedad no es justa, que es un juego de los insiders y sólo funciona para que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres. Creo que eso es lo que pasa con Corbyn y con Bernie Sanders. ●

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile