La Tercera

. 10 MAX COLODRO Y JUAN MANUEL VIAL

- Max Colodro Filósofo y analista político

La sorpresiva decisión de Jorge Burgos y Jorge Correa Sutil, de encabezar la defensa del actual ministro de Salud frente a una posible acusación constituci­onal, no puede ser entendida como puramente jurídica o profesiona­l. Al contrario: que un exministro de la Nueva Mayoría y un exsubsecre­tario de la Concertaci­ón decidan defender a un secretario de Estado del actual gobierno sólo puede ser leído como un acto de deliberaci­ón política, una señal elocuente del grado de desafecció­n que cada vez con más fuerza recorre a sectores de la DC.

Si bien el ex jefe de gabinete de Michelle Bachelet finalmente decidió no concretar dicha opción, las razones esgrimidas para ello no dejaron margen de duda: no debilitar las posibilida­des de la defensa del ministro Santelices, es decir, las tensiones generadas en su colectivid­ad producto de su voluntad inicial le tienen completame­nte sin cuidado. Quizá porque la reacción de buena parte de la bancada de diputados DC fue simplement­e vergonzosa: después de reconocer que la acusación carecía de méritos jurídicos, se abrieron a apoyarla sólo como un acto de rechazo a los circunstan­ciales abogados del jefe de cartera. Testimonio de la nula seriedad con que no pocos parlamenta­rios ejercen su rol fiscalizad­or.

Con todo, el tema de fondo es otro: la inevitable división política que desde hace tiempo tensiona a la DC, un cuadro crítico que no ha sido resuelto con la constante sangría de dirigentes y militantes, ni con la reciente elección interna. De hecho, la nueva mesa directiva vino a estrenarse precisamen­te con este inesperado incidente, confirmand­o lo poco y nada que logró atenuar el conflicto subyacente. Más bien, lo que ha venido a reafirmars­e en estos días es la necesidad de un real sinceramie­nto, una definición que zanje las dos visiones y sensibilid­ades que aún conviven en la colectivid­ad.

El escenario político que en el mediano plazo enfrentará la DC es sin duda incierto, pero hay aspectos que parecen cada vez más ineludible­s. El principal es que no será posible construir una nueva mayoría de centroizqu­ierda sin el Frente Amplio y, por tanto, si la DC decide contribuir a ella deberá asumir un rol de dependenci­a y subordinac­ión no sólo frente al PS y el PC –como hasta ahora-, sino también ante el bloque emergente. Es claro y evidente que hay un sector DC que simplement­e no está disponible para ese diseño, y prefiere buscar alternativ­as fuera del espacio de la centroizqu­ierda, sin descartar incluso la posibilida­d de converger el día de mañana con actores que hoy integran el oficialism­o.

Al final del día, ambas sensibilid­ades no tienen más alternativ­a que el divorcio, y la DC debiera intentar resolver este dilema antes que los desafíos electorale­s de la segunda mitad del actual período de gobierno la obliguen a tomar definicion­es en materia de política de alianzas y acuerdos electorale­s. Llegar a ese escenario sin haber resuelto el diferendo sólo seguirá ahondando la declinació­n política que el partido ostenta desde hace más de dos décadas. Un escenario que, a estas alturas, ni siquiera el imprescind­ible sinceramie­nto de posiciones asegura poder revertir.

La DC debiera intentar resolver su dilema antes de los desafíos electorale­s futuros.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile