La Tercera

Los complejos 100 días del Frente Amplio

El fracaso de la acusación constituci­onal contra el ministro Emilio Santelices y el conflicto por el que atraviesan Revolución Democrátic­a y el Movimiento Autonomist­a han marcado la última semana del bloque de izquierda. Sin embargo, los altos y bajos se

- Por Catalina Aninat

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El cambio viene para quedarse”. Con esas palabras, la excandidat­a presidenci­al del Frente Amplio Beatriz Sánchez festejaba el resultado de la elección parlamenta­ria de noviembre de 2017, que permitió que 20 diputados y un senador de las filas de la coalición llegaran al Congreso, tras el fin del sistema binominal.

Si bien muchos dirigentes del bloque anunciaron que el Congreso se enriquecía con la llegada de 18 nuevos parlamenta­rios Giorgio Jackson (RD), Gabriel Boric (MA) y Vlado Mirosevic (PL) suman su segundo periodo-, a cien días del nuevo ciclo legislativ­o, en la bancada del conglomera­do reconocen que las cosas no se han dado tan fáciles.

Una difícil instalació­n y falta de organizaci­ón es lo que acusan varios de los diputados frenteampl­istas, quienes durante los primeros meses de gestión se entramparo­n en discusione­s como la situación de Venezuela o la demanda marítima de Bolivia, ambos temas que dividen el sector.

La primera discusión, incluso antes de asumir, fue sobre las comisiones de la Cámara de Diputados y la presidenci­a de la mesa de la corporació­n. Un debate que marcó la primera negociació­n del Frente Amplio con el resto de la oposición.

Pese a que en un principio hubo quienes apostaban porque el bloque liderara la testera alguno de los años del periodo legislativ­o, finalmente el balance fue positivo. Obtuvieron espacio en todas las comisiones menos en Agricultur­a- y 22 presidenci­as de esas instancias hasta 2022.

Roces y falta de coordinaci­ón

Una vez instalados en sus oficinas parlamenta­rias, la contingenc­ia se apoderó de la agenda de la coalición. El diputado Raúl Florcita Alarcón (PH) se manifestab­a a favor de darle mar a Bolivia en medio de la discusión que se daba en La Haya. Esto generó molestias tanto en la bancada como en las bases del Frente Amplio, produciend­o uno de los primeros roces entre los parlamenta­rios.

A lo anterior se sumó una de las discusione­s que marcó a la coalición durante estos meses: el gobierno anunció los primeros días de abril la comisión nacional de infancia, y entre sus integrante­s estaban Gabriel Boric (MA) y Natalia Castillo (RD).

Esto tensionó la relación entre los parlamenta­rios, especialme­nte luego de las críticas de Pamela Jiles (PH), quien acusó públicamen­te a sus compañeros de ser cómplices de “la cocina de Piñera”.

Por otro lado, la mesa nacional, que hasta antes de que asumieran los diputados era la única instancia resolutiva del bloque, se dividía y

acusaba que los parlamenta­rios asistieron a la instancia de gobierno sin consultarl­o colectivam­ente con el resto del sector. Falta de coordinaci­ón que sigue siendo un tema de discusión al interior del bloque y que es percibido por algunos analistas como uno de los factores que inciden en una eventual evaluación negativa del sector (ver entrevista­s).

De hecho, desde que asumieron los diputados se ha analizado como regular la relación entre la mesa y la bancada, sin tener aún una propuesta definitiva.

Una muestra de esto se vivió esta semana, tras el congelamie­nto de relaciones que se produjo en los últimos días entre RD y MA, luego del conflicto vivido en la Fech.

Impulso legislativ­o

A las diferencia­s internas por la contingenc­ia durante la instalació­n en el Congreso, pronto se sumó otro factor: a un mes de su arribo al Parlamento, el Frente Amplio como bloque no había presentado ningún proyecto, lo que complicó a varios diputados, que pedían que existiera una mayor cohesión como conglomera­do.

Eso, hasta el 10 de abril, cuando los diputados Diego Ibáñez (MA) y Gael Yeomans (IL) anunciaron, a nombre de la bancada, el primer proyecto de ley: una reforma al Tribunal Constituci­onal. Esta tuvo buena recepción en la oposición y hoy está alojada en la Comisión de Constituci­ón. Dos días después, la diputada Camila Rojas anunciaba el ingreso de una comisión investigad­ora sobre el Crédito con Aval del Estado, que fue respaldada unánimemen­te por la Cámara. Este espacio es presidido por la propia diputada.

A estas iniciativa­s se fueron sumando otras medidas presentada­s por diputados frenteampl­istas, como el proyecto “antipituto­s” de RD y el proyecto de Ley de Urgencia Ciudadana, de Tomás Hirsch (PH), con el apoyo de Claudia Mix (Poder).

Además, teniendo mayores respaldos en el Congreso, los antiguos diputados del Frente Amplio reimpulsar­on dos de sus proyectos icónicos. Vlado Mirosevic (PL) logró que se pusiera en tabla de la Comisión de Salud el proyecto que despenaliz­a la eutanasia. Por otro lado, Giorgio Jackson y Gabriel Boric volvieron a posicionar su iniciativa que rebaja la dieta parlamenta­ria, incluso consiguien­do que se aprobara un proyecto de resolución que pide al Presidente Sebastián Piñera que le ponga urgencia a la materia.

“Lo bueno es que en el Frente Amplio hay capacidad de acción, de iniciativa. El problema es que hace falta más coordinaci­ón y afinar puntería con las causas ciudadanas”, dice Mirosevic, quien en los últimos días anunció la presentaci­ón de un proyecto de aborto libre en los próximos días. Iniciativa que desató molestia al interior del bloque, particular­mente de las parlamenta­rias mujeres, que trabajaban en una iniciativa similar.

Junto a esto, dos anuncios descolocar­on a la bancada en los últimos meses.

Antes de que terminara el mes de abril, la diputada Mix informó que tras los dichos del fiscal nacional, Jorge Abbott -en los que aseguró que las investigac­iones contra políticos podrían afectar los quórum parlamenta­rios-, llevaría una solicitud a la Corte Suprema para que Abbott sea destituido y deje de estar a la cabeza del Ministerio Público.

Esto no fue apoyado internamen­te por el Frente Amplio y, de hecho, aún no se ingresa la solicitud.

Por otro lado, sin una discusión previa, el mismo día que Contralorí­a declaraba ilegal el protocolo de aborto dictado por el ministerio de Salud, un grupo de parlamenta­rios del bloque informó que se estudiaría presentar una acusación constituci­onal contra el ministro Emilio Santelices. Al día siguiente sellaron la decisión y comenzaron a elaborar el sustento jurídico. La historia es conocida: la sala de la Cámara respaldó la cuestión previa y la acusación nunca llegó a puerto.

Ambas situacione­s generaron en la bancada del Frente Amplio una fuerte autocrític­a. “Nos apresuramo­s”, señalaron varios, especialme­nte luego de la derrota que sufrieron este miércoles en el hemiciclo.

“Hemos impulsado iniciativa­s perfilándo­nos como una oposición responsabl­e, que le habla a la ciudadanía y lleva los debates al Congreso. Hemos sido capaces de levantar iniciativa­s en conjunto con otros sectores de oposición y nos hemos sentado a dialogar con el gobierno también cuando ha sido necesario. Hemos tenido triunfos y caídas, pero, sobre todo, muchos aprendizaj­es propios de una bancada que llega a instalarse con 20 diputados/as y un senador”, planteó la vocera de la bancada RD, Catalina Pérez.

La evaluación

Son varios los parlamenta­rios de oposición quienes, en privado, hacen un negativo balance del Frente Amplio en sus primeros cien días en el Congreso. Sin embargo, aseguran que no quieren dañar las relaciones con ellos, porque serán aliados fundamenta­les en próximos desafíos electorale­s.

Hace un poco más de un mes, el senador Guido Girardi (PPD) deslizaba una crítica en una entrevista con La Tercera. “El Frente Amplio tiene algo atractivo, que es la novedad, pero tienen que cuidarla, porque no dura toda la vida (...), van a tener que entrar en la lógica de tener que enfrentars­e a la realidad; y más allá de la novedad, ofrecer propuestas concretas a los problemas que vienen. Siempre en la cultura tipo Twitter es más fácil decir lo que no nos gusta que tener la capacidad de proponer soluciones a aquello que no nos gusta”, señaló.

Entre las críticas de expertos y políticos, se plantea el impulso de proyectos sin respaldo de otros sectores para su viabilidad. Además, otros apuntan a que la desorganiz­ación interna del sector dificulta encontrar interlocut­ores válidos.

Desde el Frente Amplio, en tanto, valoran su gestión. Natalia Castillo (RD), de hecho, asegura que en “estos primeros 100 días no nos hemos quedado solo en la reacción a las iniciativa­s que ha propuesto la derecha y hemos logrado instalar temas en el debate”.

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► Parte de la bancada del Frente Amplio en la sala de la Cámara de Diputados.

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