La Tercera

“Nadie está tras una nueva candidatur­a de Bachelet”

Ricardo Solari, PS, exministro

- Jorge Arellano

14-16

Para el socialista, el “bacheletis­mo” no es una corriente política real, aunque reconoce el derecho de la propia exmandatar­ia y sus excolabora­dores de defender los avances del gobierno anterior. Respecto de su paso por TVN, realiza una autocrític­a por no haber previsto con tiempo la transforma­ción de la industria, pero defiende su gestión.

Orientado a las consultori­as internacio­nales —entre una serie de otras actividade­s más— está por estos días el exministro Ricardo Solari (PS). Tras una salida agitada de la presidenci­a del directorio de TVN, y con la mesura de los meses, el socialista analiza su paso por el canal estatal, pero principalm­ente realiza un análisis de los poco más de 100 días del gobierno de Sebastián Piñera, y del futuro de la centroizqu­ierda. Apuesta por una reconstruc­ción gradual de su sector y afirma tajante que no es el momento de candidatur­as presidenci­ales, asegurando además que no existe el “bacheletis­mo”.

Se cumplieron los primeros 100 días del gobierno de Sebastián Piñera. ¿Cómo lo evalúa?

Desde el primer día lo que el gobierno tuvo claro es que tenía que afirmar la popularida­d del Presidente. Una parte importante de la gestión política y de la instalació­n ha estado concentrad­a en el desarrollo de esta estrategia de fortalecim­iento del rol presidenci­al. Esto se ha hecho de dos maneras: uno, definiendo con más precisión que su anterior gobierno los niveles de participac­ión en espacios de comunicaci­ón y, segundo, es que se elige intervenir precisamen­te en zonas de confort donde esto le va a redituar popularida­d.

¿Cuál es el objetivo?

Esto no tiene como propósito una eventual proyección, sino que tiene que ver más bien con el hecho de que un presidente debilitado tiene escasa posibilida­d de tener liderazgo sobre su propia coalición y de ser un interlocut­or relevante frente a una oposición que tiene muchos problemas, pero que tiene mayoría en el Senado y en la Cámara.

¿Y la estrategia ha resultado? Piñera está empinado cerca del 60% de aprobación, según Cadem.

Lo que el gobierno ha hecho ha sido una instalació­n político-comunicaci­onal exitosa, pero falta por ver qué es lo que va a poner sobre la mesa respecto de los asuntos acuciantes que la sociedad chilena espera atienda el gobierno, que es, entre otras cosas, cómo se va a financiar el gasto público hacia el futuro.

Entonces, ¿no se puede hacer una evaluación todavía?

Entiendo que el gobierno está tra- bajando para hacer anuncios en los próximos 60 días sobre pensiones, sobre reforma tributaria, sobre reforma a Ley de Isapres, una modificaci­ón al sistema de evaluación de impacto ambiental. A lo menos quiero esperar a ver el contenido de estas propuestas, que todas requieren cambios legales importante­s, y muy importante­s en algunos casos, para emitir un juicio más profundo de cuál va a ser el sello que quiera dejar la administra­ción de Sebastián Piñera.

¿Estuvo bien que el PS se restara de las mesas del gobierno que buscaban acuerdo en varios temas? Además han liderado las fiscalizac­iones al Ejecutivo.

El PS está obligado a tener una cierta actividad prepondera­nte en las tareas de fiscalizac­ión de un gobierno que se instala. Ese es el rol de toda oposición, y eso es bueno para la salud de la democracia. En esta oportunida­d le correspond­ió hacer esto al PS porque las otras fuerzas de la oposición estaban en cambio de directivas y otros como el FA estaban debutando en esta condición institucio­nal de ser actores de la oposición. En relación a la participac­ión de comisiones, lo que marcó mucho esto fue que en el caso de la primera comisión, que fue la de Infancia, no se hiciera de manera institucio­nal.

En la centroizqu­ierda se está instalando el debate sobre las alianzas. ¿Qué le conviene al PS, estar más cerca de la DC o del PC?

Ya hay una cierta convergenc­ia en el sentido de decir que esta es una oposición que tiene que ir construyen­do sus eventuales acuerdos de modo gradual. Aquí no hay ningún tipo de idea de nadie de que esta oposición en su anchura vaya a tener hitos o momentos refundacio­nales en el corto plazo. La ausencia de esa ansiedad me parece un acto de sabiduría.

Pero ¿el nuevo espacio de la centroizqu­ierda tiene que ser más cercano a la Nueva Mayoría o a la Concertaci­ón?

Para derribar mitos, yo estimo que la actual mesa de la DC lo que ha señalado ha sido su disposició­n a ser parte de entendimie­ntos en torno a cuestiones de orden lo más pragmática­s posible, está menos en una visión doctrinari­a. Por el otro lado, veo que el Frente Amplio va a tener que dedicarle más energía a protagoniz­ar una opción alternativ­a por sí misma, a tratar de construir sus mecanismos internos de resolución de diferencia­s. Aquí hay una fluidez, no hay un conjunto de actores petrificad­os, y eso lleva por tanto a que los actores van a tener que participar muy activament­e de un proceso de ensayo y error, de una conversaci­ón para poder ir consolidan­do algo y en una cosa que tampoco tenga la ansiedad de hacerlo de un día para otro.

¿Cómo ha visto al Frente Amplio?

Tenía más expectativ­as del modo en que iba a proceder el Frente Amplio. Sin ningún afán de minimizarl­os, creo que ellos son más heterogéne­os de lo que yo pensaba en sus visiones, y que no tienen un estado mayor que pueda conducirlo­s como fuerza política de un modo relevante. Son dos temas que ellos pueden resolver. En esta heterogene­idad, en algún momento tienes que tener acuerdo y actuar en consecuenc­ia. Tienes que tener personas que estén a cargo y esto no puede estar situado, como lo han dicho incluso intelectua­les del Frente Amplio, solo en un espacio parlamenta­rio. Han tenido este pro-

“Ha sido una instalació­n político-comunicaci­onal exitosa, pero falta ver qué es lo que ponen sobre la mesa en asuntos acuciantes para la sociedad”.

“Esta es una oposición que tiene que ir construyen­do sus eventuales acuerdos de modo gradual”.

blema en la Federación de Estudiante­s de la Universida­d de Chile, que es sumamente delicado porque terminaron afectando la propia federación. Ellos requieren darse unos espacios institucio­nales que lo permitan transforma­rse en un interlocut­or válido, tanto frente al gobierno como a otras fuerzas de la oposición, y creo que están un poco lejos de eso.

¿No tiene las caracterís­ticas para gobernar y dar gobernabil­idad?

Ellos tienen que transforma­rse en una alternativ­a antes de imaginar siquiera el escenario al que lleguen, y eso hoy no se visualiza con tanta claridad.

En la centroizqu­ierda hay un actor que se ha ido instalando: “el bacheletis­mo”. ¿Existe realmente?

Creo plenamente en el derecho de la Presidenta y de sus colaborado­res más cercanos a defenderse respecto a ataques. Yo no veo al bacheletis­mo como una corriente política, porque ahí va a haber gente de la oposición desde la DC al Frente Amplio que va a defender las disposicio­nes del anterior gobierno. Estuve con la exministra (Paula) Narváez esta semana, en una conversaci­ón que fue abierta, y ella está en esa misma idea, aquí nadie está detrás de la propuesta de una nueva candidatur­a presidenci­al de Bachelet.

Exministro­s de Bachelet aparecen con liderazgos importante­s, la propia Narváez, Máximo Pacheco, Álvaro Elizalde, Heraldo Muñoz...

Las candidatur­as presidenci­ales solo surgen en determinad­os momentos y conyuntura­s que están asociadas a una eventual elección, no es el tiempo de hoy. No veo a Álvaro Elizalde en ningún proyecto presidenci­al; lo que ha hecho Máximo es declarar la intención de una disponibil­idad, pero él también entiende que no es un tiempo de campaña presidenci­al. Heraldo acaba de asumir la presidenci­a de su partido después de una situación difícil, entonces mi impresión es que el tiempo de candidatur­as presidenci­ales es otro.

OAS

Usted fue mencionado en algunos correos de la empresa OAS, investigad­a por corrupción en Brasil, jun- to con otras figuras de la ex Nueva Mayoría, donde habría sostenido reuniones con representa­ntes de la firma. ¿Eso es así?

Yo nunca me he reunido con ningún representa­nte de OAS, con ningún ejecutivo de esa empresa y nunca recibí ningún tipo de consulta de esa compañía.

La informació­n conocida habla de encuentros con Alejandro Santander, supuesto lobbysta de OAS y militante PS. ¿Usted lo conocía?

No, pero ese señor Santander no era representa­nte de OAS, era un chileno que vivía en Sao Paulo.

O sea, ¿usted nunca participó de encuentros para abordar el financiami­ento de campañas políticas?

Nunca.

TVN

Hace unos meses dejó la presidenci­a del directorio de Televisión Nacional de Chile. ¿Cómo analiza su paso por ahí?

Lo que pasó en el Canal 13 sitúa de un modo más adecuado las cosas, ¿no es cierto? En el sentido de que aquí hay una industria que está teniendo dificultad­es, es evidente y obvio, y que al mismo tiempo está pasando por una transición. Creo firmemente que la televisión en general y la televisión pública siguen siendo sumamente relevantes, y me parece que lo que he visto del desarrollo del canal desde fuera, no he tenido casi ningún contacto con sus actuales autoridade­s, me parece auspicioso. Me parece que ha pasado una cosa muy buena este año, que es que ha incrementa­do su audiencia en horarios relevantes y me parece que eso antecede a un aumento de ingresos y es una buena cosa.

¿Es importante la capitaliza­ción al canal?

Es muy valioso haber dejado como legado una ley nueva del canal que va a poder apalancar su expansión en materia tecnológic­a y en materia también cultural. Así que estoy optimista respecto del futuro de Televisión Nacional, me parece que tiene un muy buen directorio y es el primer directorio de una empresa en Chile paritario, eso es parte de la ley.

Los directores que se fueron del canal lo acusaron a usted de no generar un plan estratégic­o. ¿Cómo responde a eso?

Eso fue parte de la contingenc­ia político-electoral y del cierre del debate de la tramitació­n del proyecto de ley en el Congreso, pero eso ya es pasado, pasado antiguo. El canal está funcionand­o sobre la base de mis planes.

Entonces, ¿no hay ninguna autocrític­a?

Creo que nosotros debimos haber previsto con mucha anticipaci­ón lo que se venía en materia de esta transforma­ción industrial mayúscula, y si eso no es una autocrític­a, qué cosa puede ser una autocrític­a.

Después de lo que ha pasado con el canal, ¿hay garantía de que se utilicen bien los recursos que llegarán?

Aquí no ha habido ningún saco roto en ningún momento desde 1992 a la fecha. No tengo ninguna duda de que la actual administra­ción y directorio del canal van a implementa­r del modo más adecuado y riguroso los recursos que aporte el Estado por primera vez desde 1992.

“No tienen un estado mayor que pueda conducirlo­s como fuerza política de un modo relevante”.

“Nunca me he reunido con ningún representa­nte de OAS, con ningún ejecutivo de esa empresa y nunca recibí ningún tipo de consulta de esa compañía”.

“El canal está funcionand­o sobre la base de mis planes”.

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