Germán Marín
En 2014 el favorito para obtener el premio entre sus pares fue el cronista Pedro Lemebel, quien murió sin galardón en enero de 2015. Hace cuatro años Germán Marín (84), acaso el más prolífico entre los narradores vivos del país, fue postulado al Premio Nacional por editorial Alfaguara y respaldado por la U. Diego Portales y autores como Alvaro Bisama, Roberto Merino, Alberto Fuguet y Rafael Gumucio.
A inicio de los 90 Marín aterrizó desde el exilio y su producción comenzó a crecer con la edición de cuentos, memorias y novelas. Ahora dos títulos llegan a librerías. La novela Póstumo y Sospecha por Seix Barral y la reedición de su primer libro, Fuegos artificiales (1973).
En Póstumo y Sospecha Marín vuelve a describir fragmentos de realidad de la sociedad del Chile postdictadura y de los actuales bajos fondos. Autor de la trilogía Historia de una ab- solución familiar, su obra ha sido elogiada por escritores como el argentino Alan Pauls, el boliviano Edmundo Paz Soldán y el crítico español Ignacio Echevarría.
Entre los autores consultados, María José Ferrada se inclinó por Marín. “Creo que sus libros nos ayudan a observar la historia reciente, esos cruces entre memoria colectiva e individual”, afirma y cree que sin duda Marín merece ganar el Premio Nacional 2018. “Su proyecto demuestra que la escritura puede ser intelectual sin perder por eso la vitalidad”, agrega.
“Marín ha dicho tantas veces que no quiere el premio que sería una maldad dárselo”, opina hoy Rafael Gumucio, quien este año apoyará a Roberto Merino.
Ya en 2014 Germán Marín decía a este diario: “Estoy acostumbrado a perder”.
El poeta y librero Sergio Parra, quien este año respaldará a la narradora Diamela Eltit, dice que lamentablemente Marín no ha estado atento a los cambios sociales. “Marín transmite admiración entre sus pares, pero no logra influir. Creo que Roberto Bolaño, incluso Manuel Rojas, influye más en las nuevas generaciones, pero no Marín”, comenta Parra. ●