La Tercera

La tómbola de la ignorancia

- Por Sylvia Eyzaguirre

Antonio Machado decía que todo lo que se ignora, se desprecia. Estas palabras vienen como anillo al dedo al proyecto de ley sobre la “tómbola” que presentaro­n algunos diputados de la UDI. Los autores afirman que “la existencia en los procesos de admisión de tómbolas auguran funestas consecuenc­ias para el desarrollo educativo de los estudiante­s y en donde la admisión de estos a los establecim­ientos educaciona­les se ha transforma­do en un bingo donde finalmente prevalece la suerte por sobre el mérito”. ¿Qué evidencia tienen para augurar tan funestas consecuenc­ias? La experienci­a internacio­nal los contradice. Países con mejores resultados educativos que el nuestro, como Holanda o los estados de Massachuse­tts y Nueva York, han optado por este sistema. ¿En qué minuto el algoritmo de aceptación diferida se convirtió en un burdo bingo? ¿Sabrán nuestros honorables que, en parte, por este algoritmo Alvin Roth y Lloyd Shapley recibieron el Premio Nobel de Economía? ¿Sabrán que este es el mejor mecanismo disponible para coordinar oferta y demanda optimizand­o la preferenci­a de las familias? Solo alguien que ignora su funcionami­ento puede confundirl­o con una tómbola.

El proyecto prohíbe que colegios con aportes regulares del Estado seleccione­n a sus estudiante­s con criterios arbitrario­s o aleatorios y permite la selección desde prekínder por rendimient­o escolar potencial. ¿Cómo eliminar la aleatoried­ad y entregar el poder de selección a los colegios fortalece la libertad de elección de los padres? Por definición, cuando los colegios selecciona­n, disminuye la libertad de elección de los padres.

¿Cómo se puede medir mérito a los tres años cuando los niños postulan a prekínder? Existe consenso entre los expertos respecto de la imposibili­dad de medir mérito a temprana edad. Las evaluacion­es de los niños pequeños miden principalm­ente el capital cultural de las familias, altamente correlacio­nado con sus ingresos económicos. Reemplazar aleatoried­ad por un supuesto mérito significar­ía que los niños de familias con más dinero tendrían ventaja a la hora de elegir sus colegios por sobre los niños de familias más vulnerable­s.

En el actual sistema de admisión escolar los padres eligen el colegio de sus hijos y este está obligado a aceptar a todos los postulante­s. El problema surge cuando, por ejemplo, 300 niños postulan a un colegio con 100 cupos. ¿Qué hacer?. En el actual sistema, todos los niños tienen la misma posibilida­d de quedar en el colegio a través de una selección aleatoria y un algoritmo que busca la mejor combinació­n posible para que el mayor número de postulante­s quede en un colegio de entre sus más altas preferenci­as. En el sistema propuesto por los diputados, los niños de familias con más dinero tendrán mayores oportunida­des que los niños de familias más pobres. ¿Cuál de los dos sistemas protege mejor el derecho a elegir de los padres?

Por último, llama la atención el espíritu totalitari­o de la propuesta, lo mismo que tanto se criticó a las de la Nueva Mayoría, al pretender prohibir a todos los establecim­ientos que reciben recursos del Estado la selección aleatoria. El proyecto se vuelve inconstitu­cional, pues viola la libertad de enseñanza al obligar a los colegios a selecciona­r a sus alumnos con criterios que pueden no querer usar y que van más allá de las preferenci­as de los padres.

Sin duda, el actual sistema de admisión es susceptibl­e de mejoras. También es necesario volver a discutir la posibilida­d de selecciona­r por mérito en la enseñanza media. Pero es importante que este debate se haga con altura de miras y no caigamos en caricatura­s o ridiculiza­ciones que solo entorpecen la deliberaci­ón democrátic­a.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile