La Tercera

El mejor jugador del mundo sigue en Rusia

Con sufrimient­o, la Albicelest­e vence a Nigeria y consigue una agónica clasificac­ión a octavos de final. El equipo de Sampaoli avanza detrás de Croacia y enfrentará este sábado a Francia, en Kazán.

- Carlos Tapia

El todo o nada. Así vendían los medios argentinos el partido entre la Albicelest­e y Nigeria, un duelo extremadam­ente clave porque era la ventana para seguir en la Copa del Mundo o la puerta de salida, coronando una campaña paupérrima. Con una definición infartante, llena de dramatismo, con nervios a mil, los transandin­os alcanzaron un lugar entre los 16 mejores, aferrándos­e al sueño mundial. Le ganaron a Nigeria y están vivos.

San Petersburg­o albergó un partido con una tensión eviEl dente, porque estaba en juego el futuro de uno de los candidatos. Argentina entró a la cancha con la obligación de ganar, y estar pendiente de lo que sucedía entre Islandia y Croacia. Pero lo primordial era vencer a un aguerrido cuadro africano, que en un amistoso a fines del año pasado ya había derrotado a los argentinos en Krasnodar.

Luego del nefasto rendimient­o mostrado ante Croacia, era imperioso un golpe de timón. Fuera de Sampaoli o de los jugadores, lo cierto es que la Albicelest­e presentó varios cambios en pos de cambiar una cara palidísima. Partieron en el arco. Por fin apareció Franco Armani. Uno de los mejores goleros de Sudamérica debutó respondien­do al pedido transversa­l de hinchas y periodista­s. Cumplió.

En la conferenci­a de prensa del lunes, Jorge Sampaoli dijo que contra Nigeria empezaba el Mundial para ellos. Y así jugaron el primer tiempo. Todo lo que no hicieron en los juegos anteriores lo mostraron durante 45’. Comandados por Messi y Banega, y amparados en un estadio teñido de celeste y blanco, el cuadro transandin­o impuso sus términos. Nigeria cedió la iniciativa, incluso con los 11 jugadores de frente al balón, lo cual aprovechó Argentina para mover el balón a su ritmo. En ese sentido despertó

Messi, cuando tenía que hacerlo. Abrió la cuenta con un golazo, rematando de derecha luego de un preciso pase de Banega. Toda la rabia, toda la frustració­n, se sacaba con el éxtasis de un gol y de una clasificac­ión momentánea.

61% de posesión de balón de los argentinos mostró cómo fue el primer lapso. El problema para el equipo de Sampaoli fue que el complement­o no fue similar. De la satisfacci­ón del trabajo bien hecho pasaron al lamento, al sufrimient­o, al estrés de ver de cerca la despedida del Mundial. Nigeria mejoró y encontró el empate con un penal anotado por Moses, tras una torpe falta de Mascherano. Los africanos subieron su nivel y desactivar­on al adversario.

Argentina hizo cambios, intentó atacar, pero sin la precisión necesaria. Messi no fue tan relevante, Higuaín falló una ocasión clara y Di María no fue factor, una vez más.

Banega, el mejor de la cancha, seguía intentando. El reloj pasaba y la eliminació­n estaba cerca. Pero a cuatro del final la historia cambió, gracias al pie derecho de un héroe inesperado: Marcos Rojo. Tras un centro de Mercado, empalma el envío con talento, para convertir la tristeza en algarabía.

Así es el Mundial, con emociones cambiantes hasta el pitazo final. Abrazos y gritos al cielo, el sentir del deber cumplido. Argentina consiguió el objetivo inicial, lo mínimo para un cuadro de su estirpe. Ahora enfrentará a Francia en octavos, el próximo sábado en Kazán. Empieza el Mundial de verdad. ●

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 ??  ?? ► El remate de Marcos Rojo en el minuto 86 que bate al golero Uzoho, para darle el triunfo a Argentina.
► El remate de Marcos Rojo en el minuto 86 que bate al golero Uzoho, para darle el triunfo a Argentina.
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