La Tercera

El campeón jugó su peor Mundial

Los alemanes lamentan una ocasión desperdici­ada en la derrota frente a Corea del Sur, que los eliminó de Rusia en primera ronda.

- Cristián Caamaño

20-22

En un Mundial plagado de flojas actuacione­s individual­es y colectivas, Alemania dio la nota mayúscula. De verdad. una gigante, al quedar eliminada en primera ronda. No hubo esta vez milagro como frente a Suecia. El último monarca de la Copa del Mundo le dijo adiós al certamen de una manera tan sorpresiva como humillante, cayendo ante Corea del Sur por 2-0.

Así como ante los suecos el sábado celebró en los descuentos la victoria, Alemania ahora vivió la otra cara de la moneda. Corea del Sur le propinó sendos golpes de nocaut en el tiempo de adición, uno de ellos con intervenci­ón directa de Kroos, el héroe del fin de semana y ahora convertido en verdugo con su asistencia dentro del área para Kim, quien no falló ante Neuer. Si hasta ese minuto guardaba una mínima esperanza Alemania de seguir en carrera, en esa jugada se subió al avión de vuelta a casa. Lo que vino después, con el tanto de Son, simplement­e fue para decorar aún más la sorpresa mayúscula de este Mundial.

Alemania equivocó el camino en el inicio. Pensó que sus últimos minutos ante Suecia iban a ser suficiente­s para achicar a los coreanos. Sin embargo, pudo más la desidia germana que cualquier temor que pudieran sentir los asiáticos. Entonces, sin dinámica ni menos velocidad de traslado, el campeón del mundo se pareció muchísimo al equipo del estreno ante México.

Es cierto que el selecciona­do de Löw manejó el balón y siempre se posicionó en campo rival, pero pocas veces pudo inquietar al portero Jo. Alemania parecía congelado en el campo, con Özil como su bandera más fría, segura de que en algún momento iba a flaquear la dura resistenci­a coreana. Todo lo hacía parsimonio­so, con excesiva lateraliza­ción y sin profundida­d.

Las noticias que llegaban desde el partido que disputaban Suecia y México cambiaron algo de la monotonía del compromiso. Pero pese a la urgencia de Alemania por convertir para evitar la eliminació­n, en la cancha no se veía un dominio atosigante.

A medida que transcurrí­an los minutos y se consumaba la goleada sueca, Alemania se iba quedando sin piernas ni ideas para hacer su tarea. Apenas le bastaba un gol para clasificar a octavos. Pero en el campo de juego nadie parecía demasiado angustiado. La cara de póker de Özil, un símbolo del enfriamien­to futbolísti­co, pareció contagiar a todos los germanos, que no parecían asumir la debacle que se instalaba sobre sus cabezas.

Entonces, con un equipo regalado buscando el gol de la clasificac­ión, Corea del Sur

sólo debía ajustar la precisión para dar el golpe de gracia. Y ahí apareciero­n Kim y Son para darles el golpe de gracia a los germanos. Adiós, campeón. Esta vez no hubo milagro. Alemania se despide por primera vez en 80 años en una primera ronda. La historia se reescribe en Rusia.

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 ??  ?? ► La alegría de los coreanos contrasta con la desolación de Mario Gómez.
► La alegría de los coreanos contrasta con la desolación de Mario Gómez.
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