Colombia sigue de rumba
Nunca mejor dicho. La pelota muerta le dio vida y clasificación a Colombia. En partido tan cerrado como el disputado ante Senegal, donde a ratos lo pasó mal y lució desdibujado, el cuadro sudamericano encontró el pase a octavos de final gracias a un cabezazo de Mina luego de un tiro de esquina de Quintero. Aquella jugada de pizarra sería la mínima ventaja, pero decisiva, para resolver el Grupo H en favor del equipo de Pekerman.
No lo pasó bien Colombia, sobre todo en el primer tiempo. Obligado a ganar para clasificar sin depender del otro resultado del grupo, el elenco cafetero parecía atrapado por sus miedos. Y al mismo tiempo por sus carencias futbolísticas, agudizadas tras la rápida salida por lesión de James Rodríguez,
promediando el lapso inicial.
Senegal, veloz y recio, pero muy dependiente de su estrella Sadio Mané, tuvo el control durante buena parte del partido, pero también le costaba generar peligro. Eso sí, a través de remates de media distancia inquietaba a Ospina, que siempre se mostró seguro.
Pero tanto despliegue les pasó la cuenta a los Leones de Teranga. El escenario en el complemento cambió, el balón ya pasó más por los pies de los mediocampistas sudamericanos y se empezó a jugar más al ritmo que le convenía a Colombia.
Todo ya era más equilibrado. Y tanta paridad solo podía ser resuelta a través del expediente de la pelota parada. Y ahí es donde Colombia sacó la ventaja a través de la pegada de Quintero. Un tiro de esquina servido por el volante de River Plate encontró la cabeza de Yerry Mina para decretar la apertura de la cuenta y de paso el liderato.
Después de sufrir mucho en el estreno con Japón, el combinado sudamericano encontró el tesoro a través de la inefable pelota muerta. El valor de tener un buen lanzador en Quintero le devolvió la sonrisa y la fe a Pekerman. Y por supuesto, le dio más vida que nunca a Colombia.b