DAÑOS EN TOMAS
SEÑOR DIRECTOR
La toma del Liceo Amunátegui, así como la del Liceo de Aplicación, agregadas al conjunto de sedes universitarias en paro, revela un propósito deliberado y dirigido por un pequeño pero influyente grupo de personas que, ignorando la voluntad de la mayoría, no trepidan en desconocer la ley induciendo a la violencia y la anarquía, pero escondiendo la mano.
En el Liceo Amunátegui se incendia y daña gravemente a un colegio centenario, sin que se conozca a los culpables ni que el énfasis esté en descubrirlos y sancionarlos ejemplarmente. En el de Aplicación se amenaza de muerte al director por investigar quiénes son los encapuchados cabecillas de la anarquía en su establecimiento. La discusión, en cambio, se centra en otras materias.
Quienes inducen estos actos son tan culpables y delincuentes como quienes los llevan a efecto y deben ser tratados como tales. Para ello, lo primero es identificarlos, dentro y fuera de los establecimientos, usando métodos profesionales y sistemáticos.
Un país que no se juega por hacer respetar su institucionalidad en todos los sectores y no solo en algunos, pagará las consecuencias que, en este caso, serán un deterioro aún mayor de la educación.
Juan Ariztía Matte