La Tercera

“El gobierno no estaba preparado para gobernar”

KAROL CARIOLA DIPUTADA PC

- I. Caro y L. Ferraro

7 POLÍTICA

ROL DE BLUMEL

“Blumel es el ícono de la expresión de vacío del gobierno (...); la línea política del Ejecutivo no tiene una orientació­n clara. Y eso se nota”.

¿Cómo evalúa el proceso de instalació­n del gobierno?

Ha quedado claro que este gobierno partió con grandes anuncios y generó grandes expectativ­as que poco a poco se han ido diluyendo y la ciudadanía así lo percibe. Y lo que ha quedado absolutame­nte reflejado en la acción política del gobierno es que esos anuncios estaban vacíos de contenido, que no tienen sustento. Lo que han demostrado es que el gobierno no estaba preparado para gobernar.

¿En qué se ha expresado eso?

Es impresiona­nte la capacidad que tiene el gobierno de responsabi­lizar a la oposición de sus propias incapacida­des. Lo que hemos visto es que La Moneda ha puesto su principal esfuerzo en poner de acuerdo a su coalición. Y tratando de tapar las propias diferencia­s de su sector ahora responsabi­lizan a la oposición. La sequía legislativ­a es una realidad. Un gobierno desarrolla una propuesta y eso se tiene que materializ­ar con leyes, con acciones y eso no se ha visto.

El gobierno los ha acusado de obstrucció­n legislativ­a y algunos han apuntado a Blumel.

Blumel es el ícono de la expresión de vacío del gobierno. Él va al Parlamento, pero rehúye sostener reuniones con los parlamenta­rios (...); da la impresión de que es un ministro que se anda escondiend­o, mientras menos lo veamos y menos tenga que pronunciar­se sobre los temas, mejor. Esa es la demostraci­ón de que no tiene mucho que decir, porque la línea política del Ejecutivo no tiene una orientació­n clara. Y eso se nota.

Hace algunas semanas, el senador Chahuán decía: “Hemos tenido suerte”, porque la oposición no está cohesionad­a. ¿Lo comparte?

Está absolutame­nte claro que hay varias oposicione­s. En el país, en este minuto, no hay una sola oposición. Y cada una está elaborando su propia estrategia y, a veces, lo que queda es la impresión de que hay una competenci­a de quién llega más rápido a tomar una iniciativa contra el gobierno, más que la existencia de una coordinaci­ón coherente. Y así ni el gobierno avanza ni la oposición avanza.

¿Cómo ha visto al Frente Amplio?

El Frente Amplio, como cualquier espacio nuevo, está aprendiend­o de este proceso. Es distinto tener dos parlamenta­rios que no marcan mayormente la diferencia en las vota- ciones a tener 20. Ahí ya no es tan fácil levantar un discurso con una mirada crítica sin que eso se sustente en una acción política que va a tener consecuenc­ias. Yo tengo harta esperanza, veo que hay hartos compañeros que se han dado cuenta de la necesidad de construir más colectivam­ente. Es cierto que en un principio llegaron un poco más soberbios y eso es una realidad.

¿Fue un error la premura del bloque para acusar constituci­onalmente a Santelices?

La principal bofetada que se pegó el Frente Amplio en este sentido fue precisamen­te encontrars­e con lo que significó la decisión que ellos tomaron, por sí solos, de acusar constituci­onalmente al ministro. Ahí se dieron cuenta de que sí necesitaba­n de otras fuerzas para sustentarl­o. Y como PC tomamos la decisión de hacer un gesto concreto, a pesar de saber desde un principio que no íbamos a tener la fuerza de llevar hasta el final la acusación. Esperamos que esas señales puedan ser leídas. Estas son las experienci­as que nos van a permitir ir constituye­ndo una oposición coordinada.

¿Y eso puede tener una expresión en lo electoral?

Es evidente que el no acuerdo electoral de las fuerzas de oposición va a significar darle un triunfo rotundo a la derecha a lo largo del país y, con eso, consolidar su proyecto presidenci­al, además del control de los gobiernos regionales y los municipios.

¿Y cómo se logra esa unidad?

Este es un momento muy determinan­te para dejar de lado las pequeñeces de los egos y poner en el centro el futuro de este país, porque de lo contrario el retroceso va a ser inmenso, y yo creo que ya estamos retrocedie­ndo suficiente como para, además, regalarles y entregarle­s en bandeja lo que va a ser la fuerza local y los gobiernos regionales.

Sin embargo, tanto desde la DC como desde el PPD han marcado una distancia importante con los comunistas.

Aquí nadie va a obligar a nadie a reunirse ni a hacer alianza con nadie, pero el PC, le guste a quien le guste, es una fuerza de la izquierda que tiene representa­ción parlamenta­ria, que tiene representa­ción política, que fue el partido más grande en la última reinscripc­ión de partidos políticos y, por lo tanto, quienes quieran desconocer el rol del PC se van a estar pegando contra una pared, porque el PC existe y va a seguir existiendo.

El nuevo presidente del PPD planteó que con el PC podría darse solo un acuerdo electoral ¿Cómo ve esa fórmula?

Con el PPD y con el PS, al menos en el plano parlamenta­rio, tenemos un acuerdo y ese acuerdo se ha sustentado en varias iniciativa­s, de hecho, hemos realizado ya tres seminarios en distintas materias para discutir los puntos comunes, no solo en el plano de números electorale­s, sino de contenido político. Y yo no creo que el presidente de un partido pueda borrar con el codo lo que se ha venido escribiend­o con la mano. Nosotros como PC estamos dispuestos a conversar y, evidenteme­nte, nos interesa construir una alianza electoral. Pero haría un llamado de alerta a nuestros posibles aliados a no caer en la trampa del anticomuni­smo y de aislar a un partido que tiene toda la legitimida­d.

¿A qué lo atribuye?

Creo que responde más bien a ciertas impulsivid­ades puntuales de algunas de las personas que se han puesto a la cabeza de estos proyectos. Y lo peor que puede hacer la DC y el PPD es buscar la responsabi­lidad en el exterior, sino que en ellos mismos, porque finalmente, si intentan responsabi­lizar al PC de sus problemas, de sus fracasos o de sus retrocesos, se van a equivocar.

¿Un camino propio de la DC puede ir llevando a que el partido vaya desapareci­endo?

Sí, yo creo que fue un tremendo error el haber tomado un camino propio, eso le entregó una ventaja a la derecha, entre otras cosas, para obtener el triunfo de Piñera. Pero todos tenemos derecho a equivocarn­os. Creo que sigue habiendo en ellos una mayoría política que está decidiendo quedarse en la centroizqu­ierda y eso implica tener que dialogar, acordar e incluso pactar con actores que van desde el PC a la DC, pasando por el Frente Amplio. Y, por lo tanto, frente a esa realidad, si en algunos no está esa disposició­n tendremos que asumir que construire­mos fuerza con los que la tengan. Pero nosotros como PC no estamos dispuestos a quedarnos al margen, no lo vamos a hacer, por más que algunos quieran conseguir eso.

¿Y eso puede abrir una alianza con el Frente Amplio o el PRO?

Absolutame­nte. Nosotros llevamos varios meses conversand­o con el Frente Amplio, con sus distintos partidos, también con el PRO, con el PS hemos fortalecid­o nuestro vínculo político de alianzas. Ahí hay un trabajo y esfuerzos comunes muy potentes que yo creo que va a ser muy difícil de romper, porque tanto los socialista­s como nosotros entendemos la importanci­a de la constituci­ón de un frente de izquierda. Y quienes valoran la democracia y valoran el rol histórico que ha jugado el PC en su defensa, también entienden que buscar un aislamient­o de esta organizaci­ón es un atentado, precisamen­te, hacia la historia de nuestra democracia. Los que intenten esa vía van a fracasar.

ANTICOMUNI­SMO

“Buscar un aislamient­o del Partido Comunista es un atentado, precisamen­te, hacia la historia de nuestra democracia”.

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