La Tercera

Protestas y el Brexit marcan visita de Trump a Reino Unido

- Catalina Göpel

En una de las semanas más convulsion­adas que ha tenido Reino Unido en el último tiempo, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó ayer por primera vez a ese país sin importarle el fuerte rechazo a su visita de parte de la sociedad británica.

Así, mientras la primera ministra británica, Theresa May, insistía en su criticada estrategia de negociació­n sobre el futuro de las relaciones entre Gran Bretaña y la Unión Europea, tras la presentaci­ón del esperado “libro blanco”, múltiples protestas cubrían las principale­s calles de Londres, ante la llegada del mandatario norteameri­cano.

El mismo alcalde de la capital británica, Sadiq Khan, autorizó la instalació­n de un inflable gigante, con la forma de un “bebé Trump” con pañales, sobre la ciudad durante la visita de Trump. Y como si fuera poco, la embajada de EE.UU. en Londres informó de numerosas protestas convocadas hasta mañana, pero advirtió que las más relevantes se llevarán a cabo hoy.

El repudio a la visita de Trump a Reino Unido era tal, que medios locales comparaban estas manifestac­iones con las protestas callejeras registrada­s contra la guerra de Irak en 2003.

Además, un grupo de manifestan­tes planeaban no dejar dormir al mandatario en la embajada norteameri­cana instalando parlantes para reproducir audios de música molesta y llantos de niños, además de tambores y cacerolazo­s.

Pero a Trump nada parecía importarle, ya que tras su llegada a Londres reiteró que él es muy popular en Reino Unido. “Habrá protestas. Siempre habrá protestas”, dijo, y agregó que a los británicos están de acuerdo con su visión en materia de inmigració­n.

Fiel a su estilo, Trump aprovechó de ejercer mayor presión sobre el plan de Brexit de la premier británica. “Lo hubiera hecho de manera muy diferente. De hecho, le dije a Theresa May cómo hacerlo, pero ella no me escuchó”, señaló a la prensa y añadió que “el Brexit matará un acuerdo comercial entre EE.UU. y Reino Unido”.

En tanto, la estrategia de May fue fuertement­e criticada por los parlamenta­rios británicos a favor de un Brexit más duro. En el documento de 98 páginas, se establece un plan de acuerdo para una asociación comercial entre Reino Unido y la Unión Europea, una versión que enciende las alarmas y que se deberá votar nuevamente el lunes. ●

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