Protestas y el Brexit marcan visita de Trump a Reino Unido
En una de las semanas más convulsionadas que ha tenido Reino Unido en el último tiempo, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó ayer por primera vez a ese país sin importarle el fuerte rechazo a su visita de parte de la sociedad británica.
Así, mientras la primera ministra británica, Theresa May, insistía en su criticada estrategia de negociación sobre el futuro de las relaciones entre Gran Bretaña y la Unión Europea, tras la presentación del esperado “libro blanco”, múltiples protestas cubrían las principales calles de Londres, ante la llegada del mandatario norteamericano.
El mismo alcalde de la capital británica, Sadiq Khan, autorizó la instalación de un inflable gigante, con la forma de un “bebé Trump” con pañales, sobre la ciudad durante la visita de Trump. Y como si fuera poco, la embajada de EE.UU. en Londres informó de numerosas protestas convocadas hasta mañana, pero advirtió que las más relevantes se llevarán a cabo hoy.
El repudio a la visita de Trump a Reino Unido era tal, que medios locales comparaban estas manifestaciones con las protestas callejeras registradas contra la guerra de Irak en 2003.
Además, un grupo de manifestantes planeaban no dejar dormir al mandatario en la embajada norteamericana instalando parlantes para reproducir audios de música molesta y llantos de niños, además de tambores y cacerolazos.
Pero a Trump nada parecía importarle, ya que tras su llegada a Londres reiteró que él es muy popular en Reino Unido. “Habrá protestas. Siempre habrá protestas”, dijo, y agregó que a los británicos están de acuerdo con su visión en materia de inmigración.
Fiel a su estilo, Trump aprovechó de ejercer mayor presión sobre el plan de Brexit de la premier británica. “Lo hubiera hecho de manera muy diferente. De hecho, le dije a Theresa May cómo hacerlo, pero ella no me escuchó”, señaló a la prensa y añadió que “el Brexit matará un acuerdo comercial entre EE.UU. y Reino Unido”.
En tanto, la estrategia de May fue fuertemente criticada por los parlamentarios británicos a favor de un Brexit más duro. En el documento de 98 páginas, se establece un plan de acuerdo para una asociación comercial entre Reino Unido y la Unión Europea, una versión que enciende las alarmas y que se deberá votar nuevamente el lunes. ●