La juventud recuperada
La cantaban los rebeldes, los “partisanos”, los que subían a las montañas escapando de los alemanes en plena Segunda Guerra Mundial. Los mismos que luego terminarían enfrentando a las milicias fascistas de Mussolini. Cuentan los más viejos que su origen es incluso más lejano: que esto lo cantaban las trabajadoras de los arrozales padanos, en el norte de Italia, o que está inspirada en una vieja melodía que un violinista ucraniano apellidado Tziganoff presentó en Nueva York en 1919. Pero lo que nadie discute es que el fondo político y revolucionario de su letra fue algo que se adquirió en esa Italia de resistencia y lucha.
Ahí nació lo del Bella Ciao, alusión a la “juventud perdida” por el trabajo o la opresión, y que antes de su inesperado éxito actual fue grabada por Yves Montand, Mercedes Sosa, Goran Bregovic, Manu Chao y hasta los chilenos de Quilapayún, que la incluyeron en su disco Basta (1969) después de conocerla en distintos festivales de las juventudes comunistas en voces de las delegaciones italianas.
Sin embargo, su revival ha tenido poco de insurgencia y mucho de oportunidad. Bella Ciao apareció en la famosa serie española La Casa de Papel, asociada al personaje de El Profesor, un antisistema que planea el asalto que han visto miles de televidentes en el mundo. El tema es que la serie, como es bien sabido, se convirtió en tal fenómeno que la canción encontró adaptaciones insospechadas. Como la de los hinchas brasileños de fútbol que la actualizaron como “Messi chao”, cuando la albiceleste quedó fuera del Mundial de Rusia 2018, o la esperable respuesta de los trasandinos que celebraron la posterior eliminación del “Scratch”. También se ha escuchado en situaciones más bien políticas, como en las protestas contra Mauricio Macri en Argentina o en la tripulación de la ONG Open Arms después de rescatar a migrantes en el Mar Mediterráneo.
Es la canción de moda sin haber moda alguna en su origen y es muy probable que no existan antecedentes de un caso similar en la historia reciente de la música popular. Porque lo de “popular” al Bella Ciao le llegó recién en los últimos meses, con versiones aún más improbables como las que se escuchan en clave tecnodance e incluso hasta en ritmo de cumbia villera. Álex Pina, el creador de la serie, seguro que no calculó el impacto (quizás tampoco con la producción audiovisual), pero leyó muy bien con qué debía musicalizar a su personaje antisistema. A ese que intenta horadar la sociedad desde adentro. A ese al que el “bella ciao, ciao, ciao” le calza bien el gen de protesta de la canción más aprendida de los últimos meses.