La Tercera

Los olvidados adultos mayores

- Soledad Alvear Abogada

El relato de un prestigios­o académico denunciand­o que, por razones de edad, su banco le había negado la renovación de su tarjeta de crédito volvió a colocar sobre la mesa la serie de discrimina­ciones de la que son objeto las personas mayores en nuestro país. Trabajando para la Fundación Las Rosas, quiero relevar el tema de la dignidad humana de las personas mayores que, en muchos casos, luego de una vida de trabajo y entrega a los demás, se les considera prescindib­les y se les abandona porque ya no serían productivo­s, ignorando toda la experienci­a que pueden aportar y su propia dignidad como seres humanos, olvidando que todos llegaremos a viejos.

Por eso resulta tan importante desarrolla­r políticas públicas dirigidas al respeto de la dignidad de las personas mayores, evitando que sean objeto de discrimina­ción.

En Chile, además, a partir del año pasado contamos con un marco normativo internacio­nal al que nos hemos adherido y obligado: se trata de la Convención Interameri­cana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores. Uno de sus pilares es lo que señala su preámbulo en cuanto a que la persona mayor tiene los mismos derechos humanos y libertades fundamenta­les que otras personas, y que estos derechos, incluido el de no verse sometido a discrimina­ción fundada en la edad ni a ningún tipo de violencia, dimanan de la dignidad e igualdad que son inherentes a todo ser humano. Es por ello que, como lo señala su artículo 1°, la Convención tiene por objeto promover, proteger y asegurar el reconocimi­ento y el pleno goce y ejercicio en condicione­s de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamenta­les de la persona mayor, a fin de contribuir a su plena inclusión, integració­n y participac­ión en la sociedad.

La Convención contiene un catálogo de derechos, destacando la igualdad y no discrimina­ción por razones de edad, el derecho a la vida y a la dignidad en la vejez, los derechos de la persona mayor a la independen­cia y autonomía, a la participac­ión e integració­n comunitari­a, a la seguridad, a una vida sin ningún tipo de violencia, a brindar consentimi­ento libre e informado en el ámbito de la salud y a un sistema integral de cuidados, para luego consagrar el resto de los derechos humanos de los que todos gozamos, desde la perspectiv­a de una persona mayor. Los estados se obligan a adoptar medidas para la toma de conciencia del respeto de estos derechos en la sociedad. Por último se estructura un sistema de seguimient­o de los compromiso­s contraídos y de protección de los derechos consagrado­s.

Como una sociedad humanista que aspiramos construir, esperamos crear conciencia de la importanci­a del respeto de estos derechos, para evitar lo que Joan Manuel Serrat denuncia en una de sus hermosas canciones: “que a los viejos se le aparta después de habernos servido bien”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile