La Tercera

Las confesione­s de los “Jabalíes Salvajes”

Los 12 niños tailandese­s se presentaro­n ayer ante la prensa.

- Fernanda Rojas A.

“Bienvenido­s a casa Jabalíes Salvajes”, decía el letrero en tailandés desplegado para recibir a los 12 niños -de entre 11 y 17 años- y a su entrenador en su primera conferenci­a de prensa ayer en Chiang Rai después de ser rescatados el pasado 10 de junio de la cueva inundada Tham Luang. Cientos de medios y espectador­es esperaron ansiosos a los menores que llegaron sonrientes directo del hospital para responder preguntas y contar su odisea luego de 18 días atrapados en la caverna.

¿Cómo llegaron a la cueva?

La primera duda de los padres, rescatista­s y la comunidad internacio­nal fue ¿por qué el grupo ingresó a la cueva?, especialme­nte porque entre mayo y octubre es temporada de monzones en Tailandia.

A pesar de las versiones de que el grupo se adentró en la cueva para celebrar el cumpleaños de uno de los niños, el entrenador, Ekkapol Chantawong, contó que tenían planeado explorar la caverna durante una hora después del entrenamie­nto de fútbol, sin profundiza­r el motivo. Al intentar salir se dieron cuenta que las fuertes lluvias sellaron el lugar y que estaban atrapados. Durante la conferenci­a, tres niños pidieron perdón a sus padres por visitar la cueva sin permiso. “Cuando estaba en la cueva estaba pensando que mi padre me daría un buen regaño”, señaló Chanin Vibulrungr­uang.

Sobreviven­cia

Los 12 niños y el entrenador comieron antes de entrar a la gruta, por lo que no contaron con alimentos durante los nueve días que estuvieron desapareci­dos antes de que el 2 julio fueran encontrado­s cuatro kilómetros al interior de la cueva por dos buzos británicos. “En la noche estábamos arañando piedras y escuchamos un ruido”, señaló Adul Sam-On, el único del grupo que habla inglés. “Tenía que pensar mucho antes de responder sus preguntas. Fue un milagro”, añadió. Durante el tiempo en que estuvieron atrapados solo bebieron agua y el entrenador les dijo que tomaran de la que caía por las paredes y no la del suelo, mientras intentaban cavar un túnel para encontrar una salida.

El rescate

Después que el grupo fue encontrado comenzó el proceso de rescate. El médico Phak Lonhanchun, del Ejército tailandés y que estuvo con los Jabalíes Salvajes al interior de la cueva, señaló que todos los niños tenían las mismas condicione­s físicas y no había ninguno grave. Esto permitió que ellos mismos eligieran quiénes saldrían primero. El entrenador reveló que el grupo decidió que los primeros en salir serían los que vivían más lejos, ya que pensaron que irían directo a sus casas y así podrían pasar la voz que estaban todos a salvo.

Todos los niños fueron sedados para el rescate con el fin de evitar el pánico en el camino que era oscuro, estrecho y lleno de dificultad­es, y en los sectores inundados fueron transporta­dos en camilla. Además, contaron que todos sabían nadar.

Futuro

Los niños serán ordenados monjes budistas, una tradición en Tailandia después de vivir una desgracia y también en honor a Saman Kunan, el buzo tailandés que murió durante una de las operacione­s de rescate. “Esta experienci­a me enseñó a ser más paciente y fuerte”, dijo un niño.

Cuatro de los menores dijeron que querían ser Navy Seal en el futuro, mientras los demás quieren ser futbolista­s profesiona­les. Los médicos señalaron que los menores ya recuperaro­n tres kilos desde el rescate y que ahora volverán a sus casas.

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► Los 12 niños del equipo de fútbol y su entrenador durante la conferenci­a de prensa, ayer en Chiang Rai.

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