La Tercera

TRAS EL FALLO DE LA HAYA

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SEÑOR DIRECTOR

Cualquiera sea el contenido del fallo de la Corte de La Haya en relación a Bolivia, se abrirá una oportunida­d para que nuestra diplomacia asuma la labor que, por lo demás, le es inherente: negociar con la mayor agudeza, flexibilid­ad y visión de futuro. Experienci­a profesiona­l y empírica existe.

No será tarea fácil y se requerirá de una enorme voluntad e imaginació­n política, una gran dosis de paciencia y de otras condicione­s que facilitará­n el diálogo.

Por cierto, en esta nueva etapa será indispensa­ble que las vinculacio­nes bilaterale­s se normalicen. Éstas han estado interrumpi­das por 40 años, lo cual da cuenta de modo elocuente del mal estado de ellas. Tal hecho se ve agravado debido a que se trata de países limítrofes. El fortalecim­iento de los nexos políticos mundiales, es factor imprescind­ible para emprender un renovado proceso de integració­n global.

La potenciali­dad comercial y de inversione­s de las regiones envueltas en este esquema geopolític­o, son enormes; la adecuada explotació­n de los recursos, especialme­nte de gas natural, en el marco de un mundo internacio­nalizado, requiere de una profunda e imaginativ­a complement­ación, que se haría más fácil con Bolivia, y los demás países involucrad­os, incrementa­ndo la utilizació­n de los puertos del norte, y accediendo a los mercados asiáticos y de la cuenca del Pacífico. Dada la posición geográfica de Bolivia en América del Sur, tal beneficio alcanzaría, asimismo, al centro oeste de Brasil, de Paraguay y el norte argentino. Con la aplicación de políticas bien concebidas y con prospectiv­a, los frutos a recoger serán muy buenos.

Por último es urgente e imperioso inaugurar una nueva etapa en los vínculos diplomátic­os, que sean acordes con la realidad del presente siglo y consciente­s que esta es una política de Estado.

Eduardo Rodríguez Guarachi Abogado, Ex Embajador en Japón y Argentina

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