La Tercera

“La fiscalía inventa votaciones y omite pruebas esenciales”

El exsenador afirma que la fiscalía interpreta a su manera los hechos. Dice que en la acusación hay invencione­s y piensa defenderse. “El juicio será una carnicería”, agrega.

- Paulina Toro

donar es este daño, y aquí va a haber institucio­nes responsabl­es en el caso de que ocurra algo. Porque les han causado daño.

¿Cómo recuerda su paso por la Capitán Yáber?

Fue una experienci­a muy fuerte para mí y mi familia, y parte importante de eso me la reservo en la intimidad. La única conclusión es que Dios me premió con una familia grandiosa, con una mujer e hijos que, no obstante lo duro del momento, me mostraron la importanci­a de tenerlos a mi lado.

¿Qué reflexión recuerda haber tenido en medio de esos 40 días de prisión preventiva?

Lo que más me impactó es que terminé en la Capitán Yáber por ser un peligro para la sociedad, después de haber declarado voluntaria­mente estando con licencia médica en recuperaci­ón de un infarto, de haber reconocido, restituido, y haber dedicado una vida a intentar salvar a mucha gente de la droga. Llegué a la conclusión de que en esa etapa del proceso, contribuir con la fiscalía no solo no tiene ningún valor, sino que al revés: se utilizó para incriminar­me más. Desde la primera declaració­n que hice en el 2015 me di cuenta que ellos me querían en la cárcel, y que se trataba de un mero formalismo. Mi testimonio les daba lo mismo. No obstante que la investigac­ión estaba en sus inicios, ya tenían una opinión formada que se mantuvo inalterabl­e estos tres años. Lo único que les interesaba era que reconocier­a el fraude, y ahí encontraro­n la herramient­a que necesitaba­n para que yo terminara en la cárcel. Si yo no hubiese reconocido, tal vez las cosas habrían sido distintas, pero no estaba dispuesto a mentir ni a entregar argumentos como que se me perdieron los computador­es ni que los informes eran orales. Y de eso no me arrepiento.

Su mujer señaló que casi todos los políticos se financian de la mismas manera y que la fiscalía necesitaba­n a un político culpable. ¿Usted piensa lo mismo?

Los antecedent­es son públicos y objetivos, no hay que investigar demasiado para concluir que era un tema sistémico. La prueba más contundent­e son las millonaria­s rectificac­iones que han hecho las mismas empresas. Ahí están todos los antecedent­es, con nombres y apellidos, y sobre las cuales no se hizo nada y que segurament­e están esperando la prescripci­ón, salvo en casos aislados, como el mío. A la luz de lo que ha pasado, que cada persona de buena fe saque sus conclusion­es. Yo lo único que he pedido es que a todos nos traten con la misma vara. No he solicitado ningún trato especial. Y por eso hablo de discrimina­ción.

¿Qué opinión tiene del Ministerio Público? Otras defensas acusan tratos desiguales...

Me tocó estar como parlamenta­rio cuando se legisló sobre el Ministerio Público, y ahora como acusado. Y creo que el Congreso le entregó ingenuamen­te el monopolio de la investigac­ión al Ministerio Público, sobre la base de respetar lo establecid­o en el artículo tercero de la Ley Orgánica, que consagra el principio de objetivida­d en que se establece que está obligado a investigar con igual celo aquello que incrimina al imputado como aquello que aminora su responsabi­lidad o la exime. Pero durante la investigac­ión ese principio no se respeta, no tiene límites, porque se sienten con el derecho de rechazar sin fundamento las diligencia­s solicitada­s por un imputado. En mi caso, incluso me negaron reclamar de las diligencia­s rechazadas. Cuando se cierra la investigac­ión, que en este caso ha durado tres años, se puede pedir la reapertura, como, de hecho, lo hizo la defensa, pero en el intertanto han pasado tres años en que he sido juzgado. Lo que debiera ser la justicia se transforma en un linchamien­to.

Van tres años de investigac­ión, y casi seis meses sin dieta parlamenta­ria en su caso. ¿Cómo solventa su vida y su defensa fuera de la política y sus negocios? ¿Tiene ayuda familiar?

Sí, he recibido ayuda de muchas personas.

COHECHO

“El único momento de debilidad, de eventualme­nte aceptar el cohecho que no cometí, fue con el propósito de liberar a mi familia”.

SU FAMILIA

“No perdono que se hayan ido a meter los PDI al colegio de mis hijas y que sigan persiguien­do a mi señora”.

FISCALES

“Lo único que les interesaba era que reconocier­a el fraude, y ahí encontraro­n la herramient­a para que terminara en la cárcel”

ALGUNOS INVESTIGAD­OS

“La prueba son las millonaria­s rectificac­iones, con nombres y apellidos, y sobre las cuales no se hizo nada”.

Tanto su defensa como las de otros imputados esperan que la audiencia de preparació­n de juicio –instancia en la que, entre otras cosas, se deciden las pruebas de la etapa oralse postergue por varias semanas. Por eso, Orpis estará atento, cerca del Centro de Justicia, por si debe presentars­e.

El exsenador y exmilitant­e UDI enfrentará a la justicia por haber recibido casi $ 260 millones de Corpesca, mientras se tramitaba la Ley de Pesca, a través de boletas falsas; y por fraude al Fisco tras quedarse con un porcentaje de dineros de sus asesores en el Congreso, cifrado en cerca de $ 153 millones.

¿Por qué le importa tanto negar el cohecho si es el fraude al Fisco lo que podría llevarlo a la cárcel?

Porque no lo cometí. Porque siempre he considerad­o que el cohecho es el delito más deleznable que puede cometer una autoridad, porque lo que se compra es la conciencia y la libertad, que eso es lo único sagra- do que yo tengo. Por eso, mi prioridad no ha sido mirar la penalidad del delito, sino su significad­o. En esta línea, tampoco voy a aceptar el que se pretenda que las platas hayan sido para enriquecim­iento personal. Ni cohecho ni enriquecim­iento ni delito tributario.

¿No da más vergüenza pedirle dinero del Estado a un asesor que votar como una empresa quiere?

Yo ya pedí perdón y pedí disculpas. ¿De qué otra manera un ser humano puede enmendar? Reconocí, pedí disculpas y restituí.

¿Es una práctica habitual el mal uso de asignacion­es?

Para mí, un tema sagrado es la presunción de inocencia. Yo no conocí ningún parlamenta­rio que se haya enriquecid­o. Yo me hago cargo de lo que yo hice y me defenderé de lo que no hice. Del resto, que cada uno saque conclusion­es.

¿Se esperaba enfrentar una pena de 21 años?

Es inexplicab­le. Se me acusó incluso habiendo diligencia­s pendientes. Eso es un ejemplo de cómo ha sido todo mi proceso, de la desproporc­ión de la prisión preventiva, de cómo la fiscalía ha instalado hitos comunicaci­onales para hacerme ver como un fresco. En este caso, se pide una pena absolutame­nte desproporc­ionada desde un punto de vista penal. Tengo la esperanza de que los jueces actúen con independen­cia al momento de dictar justicia.

¿Es desproporc­ionada? Si las penas poseen un cálculo técnico detrás, llamado prognosis...

Si esa fuera la prognosis, ¿por qué soy prácticame­nte el único con delito tributario en un juicio oral? La mayoría de los casos ni siquiera se han investigad­o o han tenido salidas alternativ­as o suspension­es condiciona­les. Incluso en el delito tributario, por la vía administra­tiva yo tuve que pagar más de $ 33 millones. Yo me pregunto: ¿se han investigad­o hechos que han tenido amplia repercusió­n pública respecto del cohecho y fraude? Nada. Y por eso hablo de discrimina­ción. Todo el resto ha tenido salidas alternativ­as o no se ha hecho nada.

Se está modificand­o la Ley de Pesca. ¿Se siente responsabl­e?

No me siento responsabl­e de algo que no hice. Voté y respeté íntegramen­te el acuerdo político suscrito entre el gobierno y un grupo de senadores de oposición. Y quiero dejar claro que en este acuerdo que definió la ley, nunca participé ni di mi opinión. Yo tenía todas las posibilida­des de haber participad­o si me lo hubiese propuesto: era del gobierno y de la región pesquera. Si yo hubiese sido un mandante de Corpesca, es aquí donde hubiese tenido que estar, en la negociació­n. A pesar de todo ello, en ninguna parte de la acusación la fiscalía menciona la palabra “acuerdo político”, no hay una sola frase. Yo formaba parte de una coalición política que era minoría en el Senado, y como parte de esa coalición voté exactament­e igual que toda ella.

Pero Corpesca le mandaba minutas para votar...

Efectivame­nte, durante la tramitació­n Corpesca me mandó una minuta de cómo debía votar. Tenía 7 puntos. Voté 6 en contra de esas indicacion­es y el séptimo fue aprobado por más del 84% del Senado. ¿De qué cohecho me pueden imputar? Se me atribuye haber reproducid­o una minuta de Corpesca en una sesión, en circunstan­cias en que nunca intervine. En la acusación, la fiscalía inventa votaciones que no existieron y se omiten pruebas esenciales.

¿En qué se gastó el dinero recibido de Corpesca y de las asignacion­es?

En deudas y gastos de campaña y actividade­s políticas. Quiero ser categórico: tengo muchos más gastos políticos y de campaña, respaldado­s por créditos, y documentos. Incluso le puedo señalar que el monto de los créditos y de las deudas es superior al monto de las boletas.

La fiscalía señala que usted pagó asuntos personales, como arriendos en Frutillar, lavandería...

Todo los gastos que se refieren de quien emitió boleta y que se destinaron a gastos personales lo han transforma­do en el principal hito comunicaci­onal después del cohecho. En el contexto de una campaña de varios cientos de millones, la suma de todos estos ítems es de menos de $ 1.800.000. Era un tema de flujo y fungibilid­ad de la plata. Durante todos esos meses puse prácticame­nte la totalidad de mi sueldo en financiar la campaña, no pudiendo cumplir gastos personales a los que estaba comprometi­do. El resto, como el tema de lavandería que me imputan como gasto personal, es falso, porque fueron aportes a la campaña del diputado Nino Baltolu, que era propietari­o, porque no tenía cuenta corriente.

Se habla de un supuesto pacto que determinó quiénes quedaron dentro y fuera de estas causas. ¿Lo dejaron fuera de ese pacto?

A esta materia no me voy a referir. No lo voy a hacer por una considerac­ión: el fiscal nacional enfrenta un proceso de destitució­n ante la Corte Suprema por esta situación.

¿Sugiere que la reunión entre Hernán Larraín y Jorge Abbott respecto de Iván Moreira -uno de los principale­s argumentos de esa acusaciónt­iene relación con un pacto?

Prefiero no referirme al tema.

¿Está preparado para eventualme­nte volver a la cárcel?

Sí, aunque sea injusto, estoy preparado para volver a la cárcel. Lo digo especialme­nte después de vivir estos tres años en que ha habido una exitosa estrategia comunicaci­onal para destruirme, con la fiscalía apareciend­o habitualme­nte en programas de televisión, filtrando informació­n parcial y sesgada. Soy una persona realista. Esto va a continuar durante todo el juicio, el juicio va a ser una carnicería para justificar los 21 años.b

 ??  ?? ► Orpis fue diputado entre 1990 y 2001, año en que fue elegido senador. Tras dos períodos en la Cámara Alta, fue desaforado en abril de 2016.
► Orpis fue diputado entre 1990 y 2001, año en que fue elegido senador. Tras dos períodos en la Cámara Alta, fue desaforado en abril de 2016.
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