La Tercera

Los nuevos roles femeninos en la jerarquía eclesial

La abogada Ana María Celis reemplazar­á al obispo Goic en el Consejo de Prevención de Abusos.

- María José Blanco

Una de las decisiones que los obispos de las diócesis del país tomaron en la 116ª Asamblea Plenaria (y extraordin­aria) de la Conferenci­a Episcopal, fue oficializa­r a la abogada especialis­ta en derecho canónico Ana María Celis como presidenta del Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañami­ento de Víctimas.

Su antecesor interino fue el obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, quien quedó a la cabeza luego de que el ahora obispo emérito de Rancagua, Alejandro Goic, renunciara al cargo luego de que se destapara una red de abuso sexual en la región, denominada La Cofradía, lo que derivó en la suspensión de 14 presbítero­s, de los cuales dos ya renunciaro­n al sacerdocio.

La crisis en la Iglesia ha generado recienteme­nte importante­s nombramien­tos de mujeres laicas en altos cargos eclesiásti­cos. No solo el de Celis, sino también el de Pilar Ramírez como directora ejecutiva del Departamen­to de Prevención de Abusos del Consejo Nacional, y la nueva canciller del Arzobispad­o de Santiago, la abogada María Francisca San Martín. Esta última llegó al cargo luego de que el extitular de la Iglesia de Santiago, el sacerdote Óscar Muñoz, se autodenunc­iara en la Opade (Oficina Pastoral de Denuncias) por un supuesto abuso sexual en contra de menores.

La presencia de laicas en la jerarquía de la Iglesia responde, entre otras cosas, al llamado del Papa en su carta a los feligreses. Por ello, los prelados señalaron ayer, en Punta de Tralca, que “nos compromete­mos a promover intensamen­te la participac­ión de laicos y laicas en instancias eclesiales, generando ambientes de sinceridad, franqueza y crítica constructi­va”.

La nueva presidenta del Consejo, Ana María Celis, dijo que su nombramien­to “es un reconocimi­ento objetivo a la labor que hemos realizado durante esos años. Se insiste en mayor presencia de la mujer en los distintos consejos e instancias eclesiásti­cas a futuro, por tanto eso es una alegría, porque uno cree siempre que la mirada de la mujer puede aportar algo distinto y que puede ser valiosa, sobre todo en tratar de sanar los casos de abuso sexual”.

Pilar Ramírez agregó que “lo que vamos a hacer de ahora en adelante es atender denuncias. Si las víctimas quieren hablar con nosotras, estaremos allí, respetando el orden canónico (...) Haremos seguimient­o y acompañare­mos a las víctimas”.b

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