La Tercera

Estaba cantado

- Por Felipe Bianchi Leiton

Tal como adelantára­mos la semana pasada en este mismo horario y en este mismo canal, el capítulo “camiseta Baeza” terminó, como siempre, en nada. Igual que el escándalo de la final del torneo hace algún tiempo en Valparaíso (con la patética pelea a fierrazos entre hinchas/delincuent­es de Wanderers y Colo Colo, lo que incluso llevó a que no se jugara el partido y no se entregara la Copa). Igual que los “aprietes” contra el cuerpo técnico de O’Higgins. Igual que la búsqueda de los responsabl­es/ladrones que hicieron quebrar a Concepción y nunca devolviero­n la plata que les regalaron desde Quilín. Igual que los juicios en contra de los asesores, acompañant­es e incluso socios de Jadue en su corrupto directorio (nadie en tribunales cuando han pasado casi tres años). Igual que el cambio de números en las camisetas por parte de varios jugadores en este torneo, algo que está expresamen­te prohibido por el artículo 36 de las bases. Igual que los balazos en el CDA. Igual que el uso permanente de fuegos artificial­es y bombas de ruido en los estadios. Igual que el gallito por los lienzos y los bombos, donde las barras no le doblaron sino que le quebraron la mano a las autoridade­s. Igual que las denuncias de racismo nunca investigad­as en el último clásico. Igual que la firma de planillas de Salvatierr­a como “preparador de arqueros” pese a no tener ese título. Igual que la mala inscripció­n del Mono Sánchez en Unión. Igual que los choques en período de concentrac­ión de Vidal y de Mena. Todos miraron para el lado (era lo que “convenía”) y nunca fueron castigados como correspond­ía. Igual que los periodista­s que fueron lazarillos de Jadue (o lo premiaron) y hoy siguen trabajando como si nada hubiera pasado y hasta opinan, orondos, de ética profesiona­l y deportiva.

Nada pasa y nada queda. Porque todo es una farsa. El reglamento, las ganas de aplicarlo, la “pacificaci­ón” de lo estadios, la prohibició­n de contacto entre dirigentes, jugadores y barras bravas. Una linda mentira, desnudada una y otra vez.

Ya partió mal la cosa cuando e directorio de la ANFP decidió “investigar” por su cuenta el caso Baeza… cuando lo que tenía que hacer era pasarlo de inmediato -no dos semanas después- al Tribunal de Penalidade­s para que ellos se encargaran. El directorio, es evidente, no tiene dientes, sangre, tiempo ni interés en meterse en estas cosas. Lo ha demostrado no una sino muchas veces. Su modus operandi es dejar que pase el temporal, evitar conflictos, meter la basura bajo la alfombra. Tapar. Hacerse los lesos. Total, nadie reclama lo suficiente. Ni el Congreso, ni el Consejo de Clubes, ni el Gobierno, ni la gente de Estadio Seguro (que hasta hoy nadie sabe muy bien quiénes son), ni la prensa, ni los hinchas. A todos les da “bastante lo mismo”. Es en otros países más avanzados (Brasil, Argentina, Perú) donde se investiga en serio las corrupcion­es y se pagan culpas. Acá no. Acá volvieron Ruiz Tagle y Mackenna a Pedreros sin que nadie chistara. Acá nunca cumplió su “suspensión eterna” Miguel Nasur. Acá está a punto de volver como dirigente activo Jorge Vergara. Acá sigue siendo dirigente de la UC Jorge Estévez. Acá, acuérdese, va a volver un día Sergio Jadue en gloria y majestad al Consejo de Clubes, llevado en andas como hijo pródigo, por la gente de La Calera. Total, “venía de abajo, repartió más plata que nadie y hasta nos hizo campeones de América”. Le apuesto lo que quiera.

En Chilito, ese es el punto y la desgracia, o somos todos muy cobardes y tramposos (o ambas cosas a la vez) o a nadie le interesa corregir nada.

Mientras tanto, en la cancha, en Colo Colo vuelve a sonar el espantoso, mediocre y errado concepto de la “dosificaci­ón” para este fin de semana. Apenas en una segunda fase de la Libertador­es. Cuando ya se quedó afuera de la Copa Chile por lo mismo. Cuando aún está a muchos puntos de los líderes. Y cuando menos conviene futbolísti­camente hablando, que es lo importante. El equipo sigue jugando mal y no encuentra la hebra ni la mecanizaci­ón necesaria… pau- sa. A Valdivia le faltan más que le sobran minutos de juego tras su ausencia… descanso. Barrios y Paredes tienen que sumar minutos en vez de restarlos para poder alcanzar el mejor entendimie­nto… sosiego. Los volantes deben sumar memoria cognitiva con los laterales y los centrales… morosidad y descanso. ¿Para qué? Para llegar “mejor” ante Corinthian­s. Como club chico, incapaz de apostar en dos frentes al mismo tiempo.

A propósito: tendrá que definir Marcelo Espina qué es lo que quiere el club como identidad de juego. En todas sus divisiones. Si Tapia juega con tres volantes centrales ¿los juveniles y los infantiles también lo harán? ¿Ese será el nuevo “estilo Colo Colo”? ¿Va a ser una isla el primer equipo porque… no queda otra? ¿Miradas contrapues­tas y divergente­s entre los técnicos de las distintas categorías? Bonito desafío profesiona­l, conceptual, futbolísti­co y hasta ético. Ya veremos.

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