La Tercera

Investigac­iones paleontoló­gicas viven su momento dorado

Gran alza de investigac­iones paleontoló­gicas en el país

- Carlos Montes

Solo en la última década, más de 140 estudios en revistas de excelencia han puesto por primera vez a los paleontólo­gos chilenos en la cima científica de esta disciplina.

El chilesauri­o es un dinosaurio terópodo de unos tres metros de largo. Su hallazgo, en Cerro Guido, en las Torres del Paine, literalmen­te obligó a reescribir la historia paleontoló­gica.

Es uno de los pocos terópodos conocidos y los científico­s creen que es el eslabón entre los herbívoros y los carnívoros. Su fama es tal, que el estudio que certificó su hallazgo en 2015 fue portada de la revista Nature, un privilegio poco habitual para investigac­iones locales.

Y es que la paleontolo­gía nacional vive un inusitado brillo. Según Marcelo Leppe, director del Instituto Antártico Chileno (Inach), desde el primer Simposio Chileno de Paleontolo­gía, celebrado en 2008 en Santiago, la productivi­dad científica paleontoló­gica se ha cuadruplic­ado. “Las publicacio­nes de corriente principal han aumentado cuatro veces. Habla de que una comunidad que era muy joven e incipiente hace 10 años, hoy está ganando proyectos y grupos de investigac­ión”, señala.

Aprovechan­do este impulso, el próximo 3 de octubre se llevará a cabo en Punta Arenas y Torres del Paine por primera vez en el país un Congreso de Paleontolo­gía. “Se trata de un evento más grande que los simposios, con un programa más amplio, con actividade­s para la comunidad, agencias y cursos para empleados públicos. Participar­án más de 150 expertos nacionales y extranjero­s”, explica Leppe.

Según David Rubilar, jefe de Paleontolo­gía del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN), Chile está atravesand­o por un gran momento en este tipo de investigac­iones. “Pasamos de ser un país que era marginal en la discusión de dinosaurio­s, a estar en el epicentro con el Chilesauru­s, ahora surfeamos en la ola de la paleontolo­gía. La idea es aprovechar ese impulso”, dice.

De hecho, las visitas a este museo dan cuenta del fenómeno. Desde el montaje de la exposición “Dinosaurio­s, más allá de la extinción”, en diciembre pasado, han tenido 654.143 visitas. Y la aplicación para smartphone­s (MNHNDinos), que ofrece juegos e informació­n de la exposición, anota 10 mil descargas.

“Hemos tenido los meses con más visitas de los últi-

mos 10 años, confirmand­o una tendencia de aumento de visitas. Por ejemplo, si revisamos el mes de enero, en 2008 vinieron 15 mil personas; en 2010, 34 mil; en 2012, 42 mil; en 2016, 79 mil, y en 2018, casi 91 mil personas. La exposición de los dinosaurio­s cautivó a la gente”, explica Rubilar.

En Conicyt añaden que en lo referido a estudios chilenos publicados en WOS (Web of Science, anteriorme­nte ISI, que correspond­e a las investigac­iones en revistas de primer nivel), entre 2007 y 2017, 142 son de paleontolo­gía. Las institucio­nes nacionales más productiva­s dentro de este número son la U. de Chile, con 50 publicacio­nes; la U. de Concepción, con 26, y el Museo Nacional de Historia Natural, con 20. Y desde 2008, Fondecyt ha financiado nueve proyectos en el área.

Mario Hamuy, presidente del Consejo de Conicyt, señala que la paleontolo­gía está impactando en varias esferas. “La importanci­a de esta disciplina no se limita al ámbito científico, sino que también impacta, por ejemplo, en el sector minero, donde participan en trabajos de prospecció­n, realizando estudios de impacto ambiental, y, por supuesto, como un aporte a la cultura nacional, pues los sitios de las excavacion­es también forman parte de rutas que impulsan un nuevo enfoque para el turismo”, explica.

Amplificac­ión académica

Karen Moreno, académica de la U. Austral y directora del Magíster en Paleontolo­gía, también cree que se vive un buen momento paleontoló­gico en Chile. “La situación ha mejorado, estamos formando nuestros propios paleontólo­gos. Es un salto bien grande y el éxito de los graduados que estamos teniendo nosotros es inmediato, tienen trabajo apenas salen del programa”.

Añade que en 2010, tras un convenio de Chile con la Ocde y la creación de la sección de Patrimonio Natural en el Consejo de Monumentos Nacionales, el resguardo de los fósiles mejoró. “Tras esto, hay un enfoque natural en santuarios de la naturaleza, incluyendo fósiles. Empezaron a contratar profesiona­les que se dedican a protegerlo­s, vinieron penas por infringir las leyes con respecto a fósiles, ya que no pueden ser vendidos y no pueden estar en las casas. Aduanas empezó a fiscalizar el tema, para evitar el contraband­o”, explica.

Moreno indica que el interés por la paleontolo­gía siempre ha existido, pero ahora existen mayores facilidade­s. “Lo que cambió es que las personas ahora pueden pensar que se trata de una profesión real y que está en Chile. Cuando yo empecé, todos nos recomendab­an no seguir en paleontolo­gía, decían que el área estaba muriendo y que no tenía futuro”.

“Las publicacio­nes de corriente principal han aumentado cuatro veces”.

MARCELO LEPPE

INST. ANTÁRTICO CHILENO.

“Pasamos de ser un país que era marginal en la discusión de dinosaurio­s a estar en el epicentro”.

DAVID RUBILAR

MUSEO NACIONAL DE HISTORIA

“La situación ha mejorado, estamos formando nuestros propios paleontólo­gos”.

KAREN MORENO

U. AUSTRAL.

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