La Tercera

Los niños y los tribunales

- Juan Enrique Vargas Profesor UDP

El reciente informe de la ONU deja bastante mal parado al Estado chileno, el que recibe acusacione­s de cometer violacione­s graves y sistemátic­as a los derechos humanos de Niños, Niñas y Adolescent­es (NNA). Realmente, esas conclusion­es no debieran sorprender luego de todo lo que hemos sabido sobre el funcionami­ento del Sename. Sí resulta más extraño ver mencionado al Poder Judicial dentro de las conclusion­es del reporte, en donde se representa, por una parte, que a los jueces les correspond­a adoptar medidas de protección pese a no tener “un conocimien­to preciso de los recursos alternativ­os a la internació­n, ni el tiempo necesario para el estudio de cada caso individual, ni la capacitaci­ón para saber cuál es la medida más adecuada para cada NNA”. Por otra parte, se reprocha “no existir una rigurosida­d suficiente en las tareas de supervisió­n que le competen”.

Coincident­emente, una de las recomendac­iones del informe apunta a desjudicia­lizar el sistema de protección, traspasand­o esas funciones a un “servicio de protección administra­tivo, especializ­ado y dotado de recursos suficiente­s”.

Por buenas o malas razones, el Poder Judicial ha terminado asumiendo en nuestro país no solo en este tema, competenci­as que en rigor no le correspond­en. Los jueces existen para resolver conflictos entre partes, adjudicand­o el derecho luego de sopesar los hechos relevantes. Sin embargo, hoy actúan en muchas materias en que no hay propiament­e un litigio, como en la que acabamos de ver. Esto también se produce en los llamados asuntos no contencios­os y en la gran mayoría de las cobranzas de deudas, los que representa­n un 94% de los casos civiles que ingresan al sistema judicial. Los jueces o los fiscales judiciales tienen también que supervisar el estado de las cárceles y el funcionami­ento de notarías, conservado­res y archiveros, así como intervenir en el nombramien­to de estos últimos.

Pero resulta que los tribunales carecen de los instrument­os y las competenci­as técnicas para realizar esos cometidos, haciéndose responsabl­es por situacione­s que realmente no pueden controlar. Al punto que hace no mucho tiempo y a raíz de uno de los periódicos problemas habidos con notarios y conservado­res, la Corte Suprema pidió que se le quitara la labor de supervisió­n de éstos, cuestión que hasta el día de hoy no ha sucedido. En la misma línea se expresó ahora el vocero de la Corte, señalando que “sería bienvenida” separar la administra­ción del Sename “de lo que es la labor estrictame­nte judicial”.

Lo cierto es que el problema es aún más serio, puesto que cuando el Poder Judicial se involucra administra­tivamente en el funcionami­ento de un servicio público, pierde distancia respecto al mismo, la cual es necesaria para que pueda posteriorm­ente resolver con independen­cia los eventuales conflictos que puedan aquejar a esos servicios y sus usuarios, sin ser parte involucrad­a en el problema.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile