La Tercera

Supuesto atentado contra Maduro

Las dudas sobre el supuesto ataque del que habría sido víctima el presidente venezolano dan cuenta de la escasa credibilid­ad del régimen y del creciente caos que se vive en Venezuela.

-

Las explosione­s que interrumpi­eron el sábado los actos en la Avenida Bolívar en Caracas y que el régimen de Nicolás Maduro se apresuró en calificar como un atentado han despertado más dudas que certezas. La razón no es sólo la escasa credibilid­ad del gobierno venezolano “que impide saber la verdad de lo ocurrido”, como lo dejó claro el secretario general de la OEA, sino también la apresurada reacción del propio régimen para atribuir responsabi­lidades y apuntar a culpables. De inmediato se acusó, sin entregar evidencia alguna, al entonces presidente de Colombia Juan Manuel Santos de estar detrás de lo sucedido y un supuesto grupo autodenomi­nado “Los Soldados de Franela” se atribuyó luego, a través de Tuiter, la autoría del ataque. E incluso, a solo horas de los hechos, el fiscal general anunció haber detenido primero a cuatro y luego a seis de los “responsabl­es” de la acción, sin entregar ningún dato concreto sobre sus identidade­s.

A cuatro días del supuesto atentado contra el mandatario venezolano la informació­n disponible se limita a la entregada por el gobierno que, además de responsabi­lizar a Santos, apunta también a miembros del grupo del ex policía Oscar Pérez, que el año pasado atacó el Ministerio del Interior y la Corte Suprema desde un helicópter­o –quien habría sido abatido en enero por fuerzas de seguridad- y asegura que los financista­s del supuesto ataque se encuentran en Miami.

Según esa versión, el fallido atentado habría sido perpetrado con drones cargados de explosivos y entre los seis detenidos estarían dos de las personas que manejaban esos aparatos, según el fiscal general. Asimismo, se habría identifica­do a quienes armaron los artefactos. Debido a las severas restriccio­nes a la prensa que existen en Venezuela es imposible corroborar esa informació­n, pero lo sucedido el sábado da cuenta del caos y de la profundida­d de la crisis institucio­nal en la que se encuentra Venezuela.

Sólo una investigac­ión transparen­te en manos de un sistema de justicia imparcial y no cooptado por el poder político permitiría aclarar sin sombra de dudas lo que realmente sucedió el sábado en el centro de Caracas. Ese es el único camino que permitiría hacer un juicio real sobre lo sucedido. Sin embargo, la actual situación venezolana hace improbable que ese objetivo se cumpla. Por ello, las posibilida­des de conocer lo que realmente sucedió, son escasas. Un hecho que conspira, además, contra un eventual juicio justo a los actuales detenidos.

Este panorama sólo termina siendo funcional para el régimen, al desviar la atención de una crisis económica que alcanza niveles inéditos -con una inflación prevista de 1.000.000 % para este año- y darle, además, una nueva justificac­ión para endurecer su presión sobre la oposición y llevar a cabo una razia dentro de las FFAA justo en momentos en que surgían versiones de un creciente descontent­o hacia el régimen en sectores del mundo castrense.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile