La Tercera

El gobierno avanzando

- @melnickser­gio Sergio I. Melnick

Como he comentado en otras columnas, la oposición está en una estrategia de bloqueo, y no de tratar de mejorar las iniciativa­s del Ejecutivo. Una posición que es antirrepub­licana, que contrasta con la invitación a tratar de construir acuerdos básicos de Estado, de largo plazo.

La posición de bloqueo es una estrategia antigua de polarizaci­ón. Como no hay diálogo va obligando a tomar posiciones binarias en que se acaban los grises. Estas estrategia­s siempre terminan mal, y hay campo fértil en algunos sectores de la derecha que caen fácilmente en la trampa y empiezan a presionar al gobierno para que “endurezca” la mano; el sueño de la izquier- da. La derecha dura se equivoca; hay que ir por el camino intermedio porque es el único que llega lejos. Hay que negociar y transar no imponer.

El pequeño ajuste de gabinete básicament­e cambió un ministro importante, y que por temas de algunos dichos irrelevant­es simplement­e perdió su capital político y efectivame­nte eso estaba dañando al gobierno como un todo. Piñera decidió retomar la agenda, generó un evento político para poder mostrar en qué está el gobierno.

El día anterior firmó el proyecto de Sala Cuna Universal. Ese mismo día firmó un proyecto que facilita el Teletrabaj­o. La oposición rasga vestiduras por empresas que se han cerrado; de ellas la más importante debido a malas prácticas sindicales estimulada­s en el gobierno anterior. Pero nada dijeron de la ampliación de la Planta de Celulosa de Arauco, con ocho mil nuevos empleos, o el proyecto “Quebrada Blanca 3”, otros 11 mil nuevos empleos. Tampoco dicen que hay muchos que habían perdido la esperanza de encontrar empleo y ahora salen a buscarlo. El empleo efectivame­nte ha crecido a razón de 180.000/año.

El gobierno está pronto a enviar una reforma que mira al siglo 21. Está terminando el proyecto de reforma de pensiones, se está avanzando en la red de protección para la clase media y un sistema que va a permitir modernizar la salud pública y el sistema privado de Isapres. El viernes lanzó el proyecto de productivi­dad y emprendimi­ento que simplifica trámites, mejora la competenci­a, apoya las pymes. Antes se hizo cargo del Sename, de la aguda situación de los inmigrante­s. Renovó el alto mando de Carabinero­s y se ha iniciado una campaña seria y masiva contra la delincuenc­ia. Se está cambiando la ley reservada del cobre.

Paralelo a esto, las cifras económicas son más que elocuentes. Crecemos tres veces más de lo que fue el gobierno anterior, y esas cifras no las calcula el gobierno sino el Banco Central. Para tratar de desvirtuar esas cifras con la retórica de la posverdad, dicen que eso “no se nota” en la vida cotidiana, y yo me pregunto quién está comprando el récord histórico de automóvile­s. El FMI ha señalado que Chile será literalmen­te el país de mayor crecimient­o en América Latina este año. La señora Bachelet, en cambio, tiene la osadía de calificar a la economía de “debilucha”, lo que le resta credibilid­ad y muestra su poca altura política, lo que contrasta con Piñera que la felicita por su nuevo cargo, sabiendo que no lo merece porque no tiene la ecuanimida­d que esa responsabi­lidad requiere.

La inversión, que cayó en los cuatro años anteriores, se disparó en crecimient­o, pero sus resultados naturalmen­te no son instantáne­os. La Agenda Pro Crecimient­o considera los más de US$ 60 mil millones, con 250 mil empleos.

Amigos, este gobierno lleva apenas cinco meses. El país claramente progresa, las iniciativa­s empiezan a salir a raudales. Si la derecha dura quiere juzgar al gobierno está en su derecho, pero debe partir por darle el beneficio de la duda y esperar que termine. La oposición de bloqueo debe recordar los duros períodos históricos en que se negó la sal y el agua, y sus consecuenc­ias. Es tiempo de mirar hacia adelante y encontrar acuerdos.

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