La Tercera

“ABORTO Y VISIBILIDA­D”

-

SEÑOR DIRECTOR

En su columna bajo ese título, Luis Larraín se extraña de que a pesar de ser contrario a la legalizaci­ón del aborto libre, yo haya votado a favor de la despenaliz­ación de la interrupci­ón del embarazo en tres causales.

No hay ninguna contradicc­ión. Es la excepción que confirma la regla, la que está dada por el respeto por la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural.

Una pregunta nos ayuda a resolver esta aparente contradicc­ión: una mujer que ha sido violada –es decir, ha sido víctima de un acto violento y brutal atentatori­o contra su dignidad, su integridad física y sicológica, y su libertad sexual-, que ha quedado embarazada producto de esa violación y que finalmente ha terminado abortando, ¿además va a ser condenada penalmente?

Un sentimient­o humano basado en la compasión y en el sentido común segurament­e se inclinará por la negativa.

No todo lo que es ilícito debe ser objeto de sanción penal. En los casos de las tres causales (riesgo para la vida de la madre, inviabilid­ad fetal incompatib­le con la vida extrauteri­na y violación), la mujer es una persona que se encuentra en una posición de extrema debilidad y vulnerabil­idad.

Llegué a la conclusión, actuando en conciencia, que en estos tres casos es la mujer y no el Estado, bajo la amenaza de aplicar una sanción en su contra (penalizaci­ón), la que debe tomar la decisión sobre si seguir adelante con ese embarazo, o interrumpi­rlo.

Lo que el Estado puede y debe hacer en esas circunstan­cias es acompañar a esa mujer, desde una posición de neutralida­d, frente a una decisión siempre dolorosa, siempre dramática, tratándose de esas circunstan­cias excepciona­lísimas.

Fuera de esos casos, estimo que no debe legalizars­e el aborto libre en virtud de la protección constituci­onal que merece la vida humana, el ser humano en proceso de gestación, el individuo de la especie humana que anida en el vientre materno.

Ignacio Walker

Exsenador

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile