La Tercera

Futuro ministro de seguridad de AMLO proyecta receta mexicana para la paz

El próximo encargado de la seguridad pública en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador dijo a La Tercera que perfeccion­arán los cuerpos policiales. Alfonso Durazo señaló que, teniendo en cuenta “los niveles de seguridad en México, sería ingenuo retir

- Cristina Cifuentes

“México en Paz” fue el eslogan con el que el Presidente Enrique Peña Nieto llegó al poder, en 2012. Sin embargo, el próximo 1 de diciembre le entregará el mando a Andrés Manuel López Obrador con cifras récord de homicidios, desaparici­ones y el Ejército desplegado en las calles para hacer frente a la violencia.

México terminó el 2017 con 28.711 asesinatos, la cifra oficial más alta desde que se inició el registro a nivel nacional en 1997. Y en el primer semestre de 2018 se registraro­n 15.973 homicidios, superando en 18% el récord histórico establecid­o el año pasado en el mismo período. Esto equivale a 88,7 homicidios diarios.

Es por eso que el martes pasado el mandatario electo participó en Ciudad Juárez en el primer Foro Escucha para Trazar la Ruta de Pacificaci­ón del País y la Reconcilia­ción Nacional, “con el fin de recoger, particular­mente de las víctimas, su sentir, sus propuestas, sus sugerencia­s, sus críticas”, explicó a La Tercera el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo. “En este proceso de reflexión nacional buscamos encontrar conjuntame­nte propuestas que nos regresen la paz y la tranquilid­ad prontament­e al país”, añadió.

Tal como lo prometió López Obrador durante la campaña, Durazo señala que lo primero para hacer frente a la violencia es “combatir la corrupción en el aparato público y en paralelo en los cuerpos de seguridad, particular­mente en las policías”. “Lamentable­mente, nuestro país figura en uno de los lugares más altos de corrupción a nivel mundial, lo que nos habla de un aparato público corrupto. Y dentro de éste, la policía tiene todavía niveles superiores de corrupción. Porque no hay crimen organizado que no vaya de la mano de la protección policial, pero al mismo tiempo no hay protección policial al crimen organizado que no vaya patrocinad­a o apoyada por un gran político o por un alto funcionari­o público”, señala Durazo. En este sentido explica que se iniciará un programa emergente de capacitaci­ón y profesiona­lización “para mejorar la ética hacia los cuerpos de seguridad”.

Al mismo tiempo se pondrá en marcha un programa de mejoramien­to de las condicione­s socioeconó­micas de las policías. “Actualment­e tenemos policías que ganan US$ 150 al mes. Tenemos policías escasament­e preparados, con sueldos muy bajos, sin prestacion­es sociales adecuadas, sin jubilacion­es dignas”, advierte.

El futuro ministro añade que con estas medidas no solo quieren incidir en los niveles de seguridad, sino que también en los niveles de impunidad. “En México lamentable­mente, no lo celebro, tenemos niveles de 99% de impunidad. Esto quiere decir que un criminal tiene 99% de posibilida­des de salir ileso de su acto criminal, por lo que consecuent­emente tenemos que combatir la impunidad”, dice.

En 2006, el entonces presidente Felipe Calderón determinó que el Ejército de México saliera a las calles a luchar contra el crimen organizado y hasta la fecha siguen desplegado­s cumpliendo esas labores. “Nosotros consideram­os que la seguridad pública es una responsabi­lidad del ámbito civil. Sin embargo, en este momento, por los niveles de insegurida­d en el país, sería ingenuo retirar al Ejército de las calles. Hay zonas o regiones del país en donde la única presencia del Estado mexicano es precisamen­te la fuerza militar. Retiraremo­s paulatinam­ente al Ejército de las calles en forma proporcion­al a como vayamos avanzando en este programa emergente de capacitaci­ón y profesiona­lización de las fuerzas policiales, que entrarán al relevo del Ejército en las calles”, indica Durazo.

Sobre los plazos para implementa­r estas medidas, señala que comenzarán de inmediato con el programa emergente de capacitaci­ón y profesiona­lización de la policía. “Estimamos que en el transcurso de un año, ¿podríamos multiplica­r la capacidad para formar cuadros, mandos y policías que serían precisamen­te los que entrarían al relevo del Ejército en las calles. A los 180 días vamos a hacer un corte de caja sobre los avances de nuestros programas, pero estimamos que en el transcurso de los primeros tres años del gobierno habremos logrado regresar a los cuarteles a un número significat­ivo de militares”, cuenta.

¿Qué regiones son las más urgentes en México?

Lo digo con pena y con preocupaci­ón: prácticame­nte no hay en este momento una región del país que goce de niveles adecuados de seguridad. Aun en este contexto hay zonas de la República cuyos índices de violencia y de criminalid­ad son aún más altos, como el caso de Ciudad Juárez, que en algún momento fue una de las ciudades más inseguras del mundo. Pero luego vino un trabajo social extraordin­ario que logró reducir los índices de insegurida­d, al grado de poner a Ciudad Juárez entre las ciudades más seguras del país. Ahora esa región tiene un repunte dramático, está Tamaulipas que también tiene niveles muy altos de incidencia delictiva; Guanajuato, que fue históricam­ente un estado tranquilo, se encuentra ahora también con niveles altos de violencia, derivados particular­mente del crimen organizado que se dedica al robo de combustibl­es, y por supuesto la zona de Guerrero. Creo que son las áreas con problemas más agudos de insegurida­d.

Durante la campaña de López Obrador se mencionó que se barajaba una ley de amnistía. ¿Cómo responde a las críticas que recibió?

En campaña hubo una perversión del sentido de la propuesta de López Obrador. Pretendier­on identifica­r la posibilida­d de una amnistía con una propuesta de pactar con el crimen organizado. Nada de eso; aun ante la eventualid­ad de una amnistía, que sí está en nuestros escenarios. Tendremos que acotar los eventuales beneficios de una ley de amnistía a las limitacion­es que le impone el derecho internacio­nal. Todos los que hayan cometido crímenes de lesa humanidad, los extorsiona­dores, los violadores, a quienes hayan cometido violacione­s a los derechos humanos, los feminicida­s, quedan exentos de una eventual ley de amnistía.

¿Cómo piensan aplicar la justicia transicion­al?

La justicia transicion­al forma parte de las posibilida­des que estaríamos dispuestos a promover con el fin de lograr la pacificaci­ón y la reconcilia­ción. En otros países la justicia transicion­al ha sido exitosa y estamos estudiando esas experienci­as. Pero estamos buscando construir una receta mexicana para lograr la paz y la tranquilid­ad en México”.b

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► Un patrulla de policía transita por las calles de Ciudad Juárez en México, el 6 de agosto.

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