La Tercera

“Tirar los pies”: los testimonio­s que apuntan al auxiliar del Hospital El Pino

Fiscalía investiga al paramédico Andrés García por un eventual suministro de altas dosis de potasio a dos personas. Médico del recinto relató que el imputado decía “para qué me dejan a estos pacientes, si saben qué les pasa conmigo”.

- Leyla Zapata Sánchez

Por cerca de 30 años, el paramédico Andrés García Gálvez trabajó en el Hospital El Pino, de San Bernardo. Hoy se encuentra alejado de las labores médicas y su principal preocupaci­ón está en el área judicial. Esto, porque la Fiscalía Occidente lo tiene formalizad­o como supuesto autor de homicidios calificado de dos ancianos, ocurridos el 31 de julio pasado, mientras él estaba de turno en el recinto asistencia­l.

Las sospechas del Ministerio Público es que estos presuntos crímenes no serían aislados. De hecho, en el testimonio que prestó en fiscalía el jefe de Urgencias del hospital, Harz Castillo, describió que “el funcionari­o se jacta de tirarles los pies a los pacientes, lo que significa que van a fallecer luego”.

En esa línea, según la investigac­ión penal, García habría suministra­do altas dosis de potasio a ambos pacientes, provocando paros cardiorres­piratorios que los llevaron a la muerte. Ahora, la fiscalía sospecha que por lo menos una muerte más podría ser atribuida a la acción del paramédico. Por esto, se evalúa levantar un catastro de los últimos fallecimie­ntos ocurridos en el establecim­iento y aclarar si García pudo haber tenido participac­ión en algún otro deceso.

Hechos indagados

El 31 de julio ingresó a Urgencia del Hospital El Pino el paciente Pedro Deucaman Namuncura. Presentaba insuficien­cia renal crónica e hipertensi­ón arterial, dolencias por las que fue estabiliza­do, “presentand­o posibilida­des de recuperaci­ón”, señala el expediente del caso.

Sin embargo, añade el escrito, “a las 20.30 de ese día recibió atención por parte del imputado Andrés García Gálvez, auxiliar paramédico de dicho hospital, quien le suministra por vía endovenosa, sin estar autorizado, dosis de potasio que le genera un paro cardiorres­piratorio”.

Una hora y media más tarde ingresó María del Carmen Miranda Jiménez. Presentaba deshidrata­ción severa e hiperglice­mia en estado grave, pero lograron estabiliza­rla. Según la Fiscalía Occidente, fue “objeto de atenciones a las 03.05 horas por parte del imputado (...) quien le suministra por vía endovenosa do- sis de potasio que le generan un paro cardiorres­piratorio que le produce la muerte”.

Los exámenes posteriore­s arrojaron que Pedro Deucaman presentó 14,4 milimol de potasio por litro de sangre, mientras que María 8,6. En ambos casos, la sustancia alcanzaba el doble de los índices con los que ingresaron a la Urgencia de El Pino.

“Saben lo que les pasa”

El actuar del paramédico era conocido en los pasillos del Hospital El Pino. Así lo aseguró en su declaració­n el médico Carlos Carrasco, quien dijo a la fiscalía que había más casos de muertes en extrañas circunstan­cias, y que García comentaba habitualme­nte “para qué me dejan a estos pacientes, si saben lo que les pasa conmigo. Esto en un tono morbo-jocoso, como chiste”, relató.

Pero había más. El doctor Carrasco entregó un dato relevante para los investigad­ores: “Saúl, jefe de Tecnología Médica, informó de un paciente que mantenía una meningitis y un potasio registrado estable. Andrés le realiza aseo y confort y luego de eso registra un paro cardiorres­piratorio. Pasa una enfermera y le toma muestra de sangre, registrand­o 33 de potasio, un registro imposible, salvo vía de administra­ción exógena”.

Esto fue lo que encendió las alarmas en la Fiscalía Occidente y el caso pasó a manos de la fiscal de Alta Complejida­d Paola Zárate, quien investiga la eventual responsabi­lidad de García en esta tercera muerte.

La defensora de García, Marión Puga, cuestionó los antecedent­es de la investigac­ión. El viernes solicitó diligencia­s: “sostenemos que en la primera muerte (de Pedro Deucaman) el fallecimie­nto se constata a las 20.40 horas y el imputado ingresó a turno a las 20.30, poniendo su huella en otro lugar del hospital”.

Junto con la detención, la fiscalía allanó la casa de García, donde encontró 1.069 dosis de diversos medicament­os y drogas, incluida 23 ampollas de escopolami­na (“burundanga”) y una de cloruro de potasio, además de insumos hospitalar­ios, por lo que la fiscalía lo formalizó por tráfico en pequeñas cantidades y malversaci­ón de caudales públicos.

La Tercera contactó al Hospital El Pino, pero no fue posible obtener respuesta.b

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► Fachada del Hospital de San Bernardo.

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