Transantiago registra déficit récord en nueve años pese a menor evasión
El sistema de transporte público anotó una merma de $ 280 mil millones el primer semestre, 21% sobre igual lapso de 2017. Mientras los costos subieron 15%, los ingresos lo hicieron en 10%.
El gobierno ingresó al Congreso en julio un proyecto de Ley que busca regular las plataformas de servicios de transporte remunerado de pasajeros, el que representa una mejora sustantiva respecto del proyecto original. De hecho, el proyecto regula a los taxis Uber, exigiéndoles requisitos que deben cumplir los taxis tradicionales, mientras promueve el uso de plataformas, que son una solución eficiente para “juntar” a los pasajeros con su transporte.
Si se entiende una plataforma como Uber como un servicio de intermediación que junta al pasajero con un auto y un chofer, evitando que este último queme bencina y congestione mientras transita vacío, es evidente la mayor eficiencia social de las plataformas. El proyecto original, sin embargo, en vez de promover las plataformas, las limitaba, por ejemplo, prohibiendo el pago en efectivo a los pasajeros y aplicándoles un impuesto por kilómetro recorrido. Además, no regulaba suficientemente los servicios de transporte que usan las tecnologías. Plataformas como Uber no solo son intermediarios eficientes, sino han mostrado ser altamente demandadas por los usuarios (beneficio privado), lo que posiblemente es reflejo de un servicio más barato y/o de mejor calidad que los taxis tradicionales. Según Uber, Chile ocupa el 2º lugar a nivel mundial con mayor número de viajes por habitante. Este aspecto, aunque no siempre visible, debe también ser tomado en cuenta por el legislador.
El nuevo proyecto, correctamente, promueve el uso de las tecnologías y regula el servicio de transporte – aun cuando falta discutir cuáles regulaciones pueden resultar excesivas-, la ley debe velar por la seguridad del pasajero. Sin embargo, en su artículo 9º no permite que taxis Uber puedan ofrecer servicios de transporte compartidos, entendidos como aquellos en que viajan distintos pasajeros sin relación entre sí, dejando esta opción solo para los taxis colectivos. No resulta comprensible esta restricción. Es ciertamente más eficiente un auto con varios pasajeros que varios autos con un pasajero cada uno. Si uno de los objetivos es disminuir la contaminación y congestión, y si las nuevas tecnologías permiten un control preciso del recorrido y saber quiénes son los ocupantes del auto, ¿por qué la autoridad no permite que se explote esta mejora en eficiencia? Ojalá que esta prohibición no se pase por alto en el trámite legislativo, especialmente considerando que el 14 de agosto se dio suma urgencia al proyecto y los plazos para legislar son muy cortos.