MUSEO DEL CONTEXTO
SEÑOR DIRECTOR
El Museo de la Democracia crea incertidumbres acerca de su real significado. El cómo realzará ciertos hitos de nuestra historia, quiénes serán sus héroes y enemigos. Por ejemplo, ¿se abordarán las diversas masacres institucionales a trabajadores durante el Siglo XX?
También inquieta la forma cómo se relatará la pérdida de nuestra democracia el año 1973, que sería una puerta para “contextualizar” las violaciones a los DD.HH. llevadas a cabo por la dictadura, como han repetido incansablemente desde sectores
del oficialismo.
Creo que el riesgo del empate puede llevar a relativizar los hechos acaecidos por 17 años en nuestro país. El Museo de la Democracia puede ser un instrumento de polarización, que solo reflote dolores del pasado, para seguir explicando lo inexplicable.
Espero equivocarme, y que en realidad sea un incentivo que permita un análisis crítico de la historia; que se haga cargo de las imperfecciones que obedecen al diseño de “democracia protegida”, lo que que se refleja en la marginación de amplios sectores de la sociedad, quienes no tienen un poder de incidencia directa en las decisiones del país.
Rafael Ferrada Abogado