REFORMA TRIBUTARIA
SEÑOR DIRECTOR
La reforma tributaria anunciada por el Presidente Piñera corrige varios problemas de la perjudicial reforma anterior de Michelle Bachelet. Hay varios aspectos positivos de esta reforma, pero me quiero centrar en uno de gran relevancia: la integración de los impuestos.
La integración hace que las personas paguen los mismos impuestos para la misma renta percibida, independiente de la forma en que hayan ganado sus rentas. Esto es de básica justicia tributaria pero además es un elemento fundamental para evitar distorsiones en la asignación de recursos en la Economía.
La solución de “partir la guagua por la mitad” que significó el régimen parcialmente integrado, llevó a una tasa final de impuestos altísima y a un sistema tributario muy complejo y distorsionado. Esto, además de la fuerte alza de tasas efectivas de impuestos, frenó la inversión, la producción y el empleo productivo. Por eso, los sueños recaudadores del gobierno de Michelle Bachelet quedaron frustrados porque, como se les había advertido en todos los tonos, los efectos de su perjudicial reforma terminaron en menor crecimiento y menor recaudación.
Esto hay que arreglarlo por el bien de Chile. Sin embargo, ya suenan voces ideológicas en la oposición que anuncian que se negarán al sistema integrado, fundamental para lograr el crecimiento sano de la economía.
Gerardo Jofré