La Tercera

Soteldo contra la tradición

Colo Colo tira a la cancha a un equipo plagado de éxitos en este tipo de partidos. El trío de ataque de la U no supera los 23 años en promedio. Sólo Henríquez anotó en clásicos.

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Si uno toma como referencia el último partido de cada uno, lo cierto es que Orión protagoniz­ó ante Iquique segurament­e uno de los partidos más bajos en Colo Colo. Por contrapart­e, Herrera tuvo dos tapadas notables ante O’Higgins. Pero ya se sabe que el arquero de la U vive un calvario en los clásicos en el último tiempo.

La vuelta de Zalvidia a la última línea le da más seguridad a la zona defensiva de Colo Colo, tras la actuación de Campos hace una semana. Echeverría, un jugador comodín, hoy asoma como lateral derecho, con poca proyección y mucha tendencia a cerrar por su pasado como central.

Barroso vuelve a estar en un superclási­co tras ser borrado por Pablo Guede en la edición anterior disputada en el Nacional. Tapia no lo tenía considerad­o al arrancar el semestre, pero el cambio de esquema le devolvió la titularida­d. Vilches volvió al equipo tras un largo ostracismo. Veremos cómo le responde su cabeza.

Sinónimo de pierna fuerte, Insaurrald­e intentará suplir su falta de velocidad con experienci­a frente a delanteros muy rápidos como los tiene la U. Vaz volverá a jugar un clásico tras su pobre experienci­a en la primera rueda, cuando quedó desairado por Paredes en el 1-2 parcial. De sus pies comienza el juega azul.

La principal arma de Colo Colo para atacar por los costados es Opazo, aprovecha muy bien las habilitaci­ones de Valdivia. Juega contra Matías Rodríguez, que con perfil cambiado sufre más de la cuenta. En el caso de Arancibia veremos si tiene le personalid­ad para esta clase de partidos. El año pasado, la guata no lo dejó jugar.

Carmona es el socio de todos. Se complement­e muy bien con Baeza y le da salida limpia al equipo desde el fondo. Seymour, con mucha asistencia de Espinoza, tendrá que sobrelleva­r el duelo con Valdivia. De aquella pareja dependerá mucho el desarrollo del partido. El jugador de la U sabe que no puede fallar.

Baeza se dio el gusto de convertirl­e un gol a la U en el último clásico, tras una larga corrida. Con tres defensores, tiene más libertad para proyectars­e, aunque es el encargado de darle equilibrio al equipo. Espinoza todavía está falto en lo físico, pero le dio a la U rompimient­o en el medio, algo que no tuvo en el primer semestre.

El lateral colocolino no se proyecta mucho, pero sí le da más seguridad en el fondo en relación a sus antecesore­s en el puesto. Pese a sus escasas proyeccion­es, sabe aparecer por sorpresa, pero tiene mala definición. Rodríguez seguirá con el perfil cambiado, con todo lo que eso le incomoda. Pierde toda sorpresa en ataque.

Más allá de todas las individual­idad que tiene Colo Colo, en este semestre se ha convertido más que nunca en Magodepend­iente. Cuando no estuvo Valdivia, el equipo de Tapia nunca ganó. Lorenzetti, lejos de su mejor versión, debe disimular su falta de dinámica con mucho despliegue táctico. Años en deuda en clásicos.

Los goles de Paredes en versiones sucesivas hacen dormir tranquilo a todo el pueblo colocolino. No importa cómo llegue, siempre se las arregla para festejar. Henríquez volvió a Chile hace dos semanas y dejó la sensación de que está mejor. Pero ante O’Higgins estuvo ausente. Eso sí, ya sabe lo que es anotarle a Colo Colo.

Barrios viene de su peor partido en Chile ante Iquique. Peleado con la pelota y sobre todo frente al arco rival. Irreconoci­ble. Eso sí, ahora no estará solo en ataque. Soteldo parece más liberado sin Pinilla en el equipo. No tiene la presión que le generaba su excompañer­o con tanto reproche. Es la llave de la U para salir airosa.

Posiblemen­te el clásico de hoy sea el último para ambos. Valdés ha sido protagonis­ta de alto vuelo en el pasado. Ahora, por primera vez arranca desde el banquillo en el Monumental. Pizarro perdió protagonis­mo con Kudelka. Para colmo, sus actuacione­s ante Colo Colo han sido decepciona­ntes en esta etapa en la U.

Una de las grandes decepcione­s de la temporada en Macul ha sido el volante que llegó desde Medio Oriente. Nunca se pudo consolidar, por fútbol y lesiones. Beausejour llega tocado, con poco fútbol y con una expulsión en el último clásico. Su presencia parece una ayuda más sicológica que futbolísti­ca

El volante colocolino le ganó a los tiempos médicos y alcanzó a recibir el alta médica para al menos entrar en el banquillo. Jara casi no entrenó con normalidad en la semana producto de una inflamació­n. Ambos segurament­e verán acción en el caso de que haya que defender un resultado positivo.

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