La Tercera

Un regreso en Paz

Con el profesiona­lismo y el LPGA como un gran recuerdo, Paz Echeverría volverá a representa­r a Chile como amateur, en la Copa Los Andes. Clasificó venciendo a jóvenes a quienes ve, de todas maneras, buen futuro.

- Por Diego Hermosilla

Paz Echeverría (33) es muchas cosas. Ayer cerraba todos los detalles del Abierto Juvenil de Chile y Dobles Mixto Internacio­nal, que organizó en Las Brisas de Chicureo; también preparaba la maleta para irse hoy a Irlanda, como capitana del equipo chileno que jugará la próxima semana el Mundial; y nunca deja de recibir saludos como directora de Golf Action, la asociación de golfistas jóvenes de Chile. ¿Eso nada más? No, también volvió a ser jugadora. Ya no profesiona­l, pero será titular en la Copa Los Andes, que se juega en Uruguay, en noviembre.

Paz Echeverría es la segunda jugadora más exitosa del golf femenino chileno, tras Nicole Perrot. Estuvo tres años y medio en el LPGA, entre 2013 y 2016, y otros dos y medio en el Symetra, una especie de segunda división, también en Estados Unidos.

El éxito y los años que estuvo afuera eran, precisamen­te, los impediment­os para que su idea de volver a ser aficionada se concretara. “Ya sabía que no volvería a jugar como profesiona­l”, dice. Tras ver sus antecedent­es, la Federación Chilena sólo le dio un año de “castigo” desde que presentó la solicitud hasta que recibió, en julio, el permiso para presentars­e de nuevo como amateur. Su último torneo como rentada había sido en Guinea Ecuatorial, en diciembre de 2016. Y lo ganó.

“En principio la idea era poder jugar torneos que me gustan, como el Abierto del Polo o de Rocas de Santo Domingo, pero nunca con la intensidad que tenía antes”, cuenta Echeverría.

Pero el fin de semana pasado hizo algo mucho más grande, pese que no jugaba competitiv­amente hacía rato y que dedicó apenas los 20 días previos a entrenar 36 hoyos a la semana. Se presentó en la clasificat­oria nacional para la Copa Los Andes y la ganó. “A principios de año me ofrecieron ser capitana, si no quería ser jugadora, pero yo estaba haciendo todas las cosas que no pude hace cuando era profesiona­l, como hacer otros deportes. Dije que sí como capitana, hicimos la clasificat­oria para el Mundial, pero para el equipo de Copa Andes muchas de las jugadoras experiment­adas, como Cote Hurtado o Fran Vargas, se habían bajado por asuntos familiares”, cuenta Echeverría. Ahí nació la idea, casi obligada por ella misma. “Nos estábamos encontrand­o con un equipo novato. Si bien son buenas jugadoras, creo que en Copa Los Andes hay que tener experienci­a y tener cierta personalid­ad para imponerse. Gané. Y quería ganar por harto para que no hubiera duda ni nadie dijera que me eligieron porque trabajo con la Federación”, explica la golfista. Exactament­e, fue la mejor, a 20 golpes de la segunda. Estará en Uruguay con Natalia Villavicen­cio, Antonia Matte y Sofía Morgan.

“Me esperaba el resultado. A las niñitas las conozco mucho, porque juegan todos los campeonato­s que organizo y más o menos sé el nivel, pero no sabía cómo iba a reaccionar yo misma dos años después de haber competido. Sabía que mi juego estaba bien, lo veía en las prácticas, pero distinto es con guitarra”, relata.

¿Este regreso a la representa­ción internacio­nal será a largo plazo? Paz asegura que “mi parada ahora en el golf es muy distinta a lo que fue antes: voy a selecciona­r los torneos que quiero jugar; si soy un aporte, genial”.

Lo único que hizo dudar a Echeverría de volver a la Copa Los Andes era la vara que ella misma ayudó a poner. Es que la última vez que estuvo en este certamen fue triunfo para Chile, en Santiago, en 2010.

Éxito enorme el de Paz, pero también el asunto puede interpreta­rse de la otra manera: una golfista retirada con un poco de entrenamie­nto vence a buenas jugadoras del país. No hay recambio. Ella lo ve de otra manera: “Creo que las horas de entrenamie­nto que tuve durante mi carrera es un plus, en una cancha tan difícil como La Dehesa, que hay que jugar con mucha cabeza, hay tiros que tengo y que las niñitas aún no tienen, porque no los han practicado. Su nivel es bueno, pero les falta un poco de cabeza para jugar canchas tan estratégic­as”.

Sobre la realidad del golf femenino comparado con el masculino, explica que “creo que el golf de mujeres ha despegado harto, entre 2010 y 2013 se descendió dos veces (ser último) en la Copa Los Andes. De eso a ser terceras o ganar el Sudamerica­no Prejuvenil, el año pasado, el avance es notorio. No es algo de la noche a la mañana. Siempre ayuda que haya una figura fuerte en el equipo”.

Eso. Tal vez falte una figura del golf, como fue Perrot en su momento o como es hoy Joaquín Niemann. Echeverría señala que “la figura de Joaco arrastra lo suficiente a hombres y mujeres como para ser la figura chilena. Nicole también tenía ese rol en hombres y mujeres. Con Joaco nosotros vemos la cantidad de niños que se ha puesto a jugar”.

Un nuevo momento en la vida de Echeverría. Del LPGA recuerda: “En el último año de universida­d sentía que si no lo intentaba iba a ser una espina. Aún estoy endeudada y era duro, sobre todo los viajes, estar lejos, pero aprendí cosas que no hubiera aprendido en otro lado”.

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► Echeverría en Las Brisas de Chicureo, cerca de donde se practica para el Abierto Juvenil.

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