La Tercera

“El feminismo se está volviendo más inclusivo”

La columnista de The New York Times y autora de Mala feminista es una de las ensayistas más influyente­s de EEUU. Aquí habla de su nuevo libro Hambre, donde relata un doloroso episodio personal.

- Antonio Díaz Oliva

Era 1986 y Roxane Gay, de 12 años, paseaba en bicicleta por el bosque con un chico que creía su novio. Llegaron a una cabina abandonada. Para sorpresa de ella, ahí se encontraro­n con varios amigos del chico. “Se llamaba Christophe­r. En realidad no se llamaba así, pero no hace falta que lo aclare. Christophe­r y varios de sus amigos me violaron en el bosque, en una cabaña de caza abandonada, donde nadie salvo aquellos chicos podía oír mis gritos”, escribe Gay en

Hambre, memorias de mi cuerpo, su nuevo libro que llega a Chile.

Nacida en 1974 y de familia de ascendenci­a haitiana, Roxane Gay es tal vez la comentador­a cultural paradigmát­ica de estos tiempos. Una posición a la que llegó luego de publicar el libro de ensayos Mala feminista, en el cual desmenuza desde el racismo de Django sin cadenas de Quentin Tarantino, pasando por

Orange is the New Black, hasta la obra del dominicano Junot Díaz.

“Mi vida cambió totalmente ese año”, cuenta sobre 2014, cuando se publicó Mala feminista y su primera novela, An Untamed State. “Pasé de ser una pequeña articulist­a a una autora con un libro superventa­s en una gran editorial. Mi exposición aumentó y la demanda de mis artículos y presentaci­ones creció exponencia­lmente. Nunca imaginé el éxito más allá de escribir un libro que las personas quisieran leer, así que tener dos publicados en el mismo año y bien recibidos fue y sigue siendo increíblem­ente significat­ivo”.

Luego del éxito de Mala feminista, dice, sabía que su próximo libro sería sobre aquel devastador acto de violencia que supuso un punto de inflexión en su vida. Así nació Hambre, publicado el 2017 en EEUU y en español por editorial Capitán Swing.

“Aquellos chicos me trataron como si yo fuera nada, de modo que me convertí en nada”, escribe Gay, quien por mucho tiempo no le contó a nadie. Y así se refugió en los libros. Y en la comida. “Sabía que no sería capaz de soportar otra violación como aquella, de modo que comí porque pensé que si mi cuerpo se volvía repulsivo, podría mantener alejados a los hombres”.

Eventualme­nte Gay entraría a la Universida­d de Yale (aunque a mitad de la carrera se salió); saltaría de estado en estado a la búsqueda de amantes (hombres y mujeres) conocidos a través de Internet; trabajaría en una compañía de sexo telefónico; sería okupa, y finalmente terminaría de estudiar y comenzaría a escribir y publicar en pequeñas revistas digitales. “El pasado está descrito en mi cuerpo. Cargo con él todos y cada uno de los días”, escribe. “A veces siento como si el pasado pudiera matarme. Es una carga muy pesada”.

Hambre es un libro que gira en torno a un episodio central y doloroso, y entonces explora cómo ese episodio afectó diferentes etapas de su vida adulta, en particular su cuerpo. ¿Pensó en la estructura antes de escribirlo?

Sí, pensé en la estructura de antemano. La estructura de ese libro es algo fundamenta­l. Quería contar la historia de mi cuerpo, así que por eso comencé desde lo personal, y mientras profundiza­ba en el libro mi plan era hablar sobre la gordura y lo que significa vivir en un mundo fóbico frente a la gente gorda. Me inspiré en Los argonautas de Maggie Nelson, en la concisión de la prosa de esa novela. Usé esa influencia en muchos de los capítulos de Hambre.

“Como mujer, como mujer gorda, se supone que no debería ocupar más espacio. Y sin embargo, como feminista, me alientan a creer que puedo ocupar más espacio. Vivo en una zona contradict­oria”, escribe en

Hambre. ¿Por qué le interesan las contradicc­iones?

Me gusta explorar contradicc­iones. En parte porque es interesan- te que varias cosas puedan ser ciertas y conflictiv­as al mismo tiempo. Y esas tensiones son una buena exploració­n creativa e intelectua­l. La gente a menudo quiere respuestas fáciles, explicacio­nes sencillas, pero yo simplement­e no ofrezco aquello. Por eso me gusta provocar la forma en que la gente piensa.

Conversar y analizar

Uno de los textos más comentados en Mala feminista es sobre Junot Díaz. En su momento pasó como otro ensayo cultural de Gay; uno en que, si bien Gay reconoce a Díaz como un escritor hábil, también le recrimina no usar esas habilidade­s para deconstrui­r las limitacion­es del ambiente machista en que creció.

El texto volvió a comentarse tras las acusacione­s de misoginia y acoso en contra de Díaz. Eso sí: poco antes de la controvers­ia, la revista The New Yorker publicó un ensayo del autor sobre una violación que sufrió a los ocho años. Era una confesión en la que explicaba cómo ese episodio afectó su comportami­ento con diversas mujeres.

Esa misma semana, Roxane Gay recordó en Twitter su ensayo sobre Díaz y la misoginia. Y también, al ver que muchas feministas se apresuraba­n a “cancelar” al autor, advirtió: “Necesitamo­s tener una conversaci­ón más profunda que simplement­e decir: ‘Hay que cancelar a Junot Díaz’”.

En base a su comentario en Twitter, ¿dónde debería comenzar esa conversaci­ón?

Las conversaci­ones sobre violencia sexual y comportami­ento inapropiad­o siempre son tensas, pero cuando decimos que alguien es “cancelado”, también se descarta, digamos, un proceso importante de análisis y comprensió­n. En el caso de Díaz, debemos tener en cuenta su propia historia de violación, por ejemplo. Necesitamo­s hablar de cómo eso ha influido en su propio comportami­ento sin permitir que su historia justifique cualquier cosa que haya hecho a posterior. Y tenemos que hablar sobre de qué hablamos cuando hablamos de justicia. O si la “justicia restaurati­va” es algo posible.

En Mala feminista dice que “históricam­ente el feminismo ha invertido mucho más en mejorar las vidas de las mujeres blancas y heterosexu­ales en detrimento de todas las demás ...” ¿Ha cambiado eso?

El feminismo se está volviendo más inclusivo, pero aún queda mucho por hacer. A las mujeres marginadas todavía se nos dice que debemos “pesar más” para que nuestras preocupaci­ones sean más fuertes y así se escuchen. Pero aún así estoy viendo mucha más entrecruce­s tanto en el discurso como en el activismo del feminismo. Y eso es alentador. ●

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LIBROSHAMB­RE ROXANE GAYCapitán Swing286 pp.20 euros en casadellib­ro.com
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ROXANE GAYCapitán Swing328 pp.$ 22.130 en buscalibre.comMALA FEMINISTA
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► “Quería contar la historia de mi cuerpo”, dice Roxane Gay sobre su nuevo libro, que tiene la forma de una memoria.

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