La Tercera

Colo Colo gana y extiende su paternidad sobre la U en el Monumental

Colo Colo estira a 18 años su imbatibili­dad como local ante una U acomplejad­a que no tiró una sola vez al arco. Insaurrald­e anota la única cifra de un duelo de poco vuelo futbolísti­co y muy caliente dentro y fuera de la cancha.

- Cristián Caamaño

39-45

Con la cabeza y sobre todo con la pelota. Y también con la cuota de fortuna necesaria para este tipo de partidos. Colo Colo le volvió a tirar la historia por encima a la U, le volvió a ganar el Superclási­co y estiró a 18 los años de imbatibili- dad en el Monumental en esta clase de compromiso­s. De principio a fin, para que no quedaran dudas. Con la tranquilid­ad de saberse mejores y sobre todo con la paciencia para aprovechar el momento para dar el golpe. Los albos establecie­ron la diferencia justa en un partido chato, pero que siempre estuvo del lado del dueño de casa.

Gran diferencia en el juego y sobre todo en las respuestas de las individual­idades. Colo Colo lo ganó en todos los sectores de la cancha, minimizand­o a su rival. De hecho, la U no tuvo una sola chance de convertir clara, lo que demuestra el pobre rendimient­o también del cuadro de Kudelka.

Colo Colo siempre tuvo claro como jugar el partido. Pese a todos los obstáculos que le presentó la U en el mediocampo, ubicando incluso a sus externos como volantes, Valdivia siempre encontró la posición para recibir con tiempo y a partir de ahí organizar. Ni Seymour ni Espinoza salían a anticiparl­o, más preocupado­s de la línea de habilitaci­ón que podían establecer, que de recuperar pronto el balón.

Los albos jugaron casi siemdelant­eros pre instalados en terreno rival, producto de la rápida recuperaci­ón de balón de sus zagueros ante los febles delanteros azules y porque la U tampoco sabía que hacer cuando tenía la pelota. Entonces, con un escenario tan favorable desde la tenencia, Colo Colo debía esperar el momento preciso para acelerar y marcar diferencia­s en los últimos metros de la cancha. Sin embargo, Paredes y Barrios nunca estuvieron cómodos para recibir ni menos para girar. Bien marcados siempre por Vaz y Vilches, los no tuvieron una sola chance clara de gol. De hecho, la más peligrosa en el primer tiempo fue un cabezazo de Valdivia a la entrada del área, tras un centro de Opazo.

La U hacía lo que podía. Pelotazos largos a sus delanteros y a rezar un ave maría parecían el único argumento. Los mediocampi­stas, especialme­nte Lorenzetti, perdían fácilmente el balón y ante el mínimo espacio de maniobra, elegían el balonazo para sacárselo de encima. No había una idea en el libreto de los volantes escogidos por Kudelka más que romper y despejar.

Con Paredes y Barrios muy bien custodiado­s, Colo Colo debía apelar a otros actores para romper el cero. Valdivia no podía hacerlas todas en un partido que se jugó a su ritmo. El balón detenido, un argumento muchas veces dejado de lado, le daría a los albos la llave del clásico. Un mal despeje de Rodríguez, de lo peor del cuadro universita­rio en Macul, en el primer palo tras un tiro de esquina, le daría una segunda chance a Baeza, quien le puso el balón en la cabeza a Lucas Barrios. El suave toque del argentino se estrelló en el palo, pero el rebote le quedó mansito a Insaurrald­e, quien con el pecho la introdujo en el arco de un vencido Herrera.

En desventaja, la U tuvo que salir del cajón defensivo que planteó para intentar la heroica. Pero se dio cuenta de que no había ideas ni menos intépretes. Los delanteros, sin compañía por los costados, perdían los duelos con sus defensores. Así, naufragaba­n mansamente sin dar señales de rebeldía. Y los volantes no tenían piernas para romper líneas. La estadístic­a de remates al arco fue lapidaria: ninguno llegó siquiera. Así era imposible soñar con rescatar un empate. El duelo, entonces, estaba cerrado.

Sin hacer mucho, pero sí lo suficiente, Colo Colo volvió a quedarse con una nueva edición del Superclási­co. Sin puntos bajos, como se deben jugar estos compromiso­s. Un partido hecho a su medida, que lo juega con la personalid­ad suficiente, y que a la U parece quedarle cada vez más grande, sin saber siquiera cómo enfrentarl­o. Y los años siguen pasando como una brutal condena sobre sus cabezas. ●

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 ??  ?? ► La celebració­n de los jugadores de Colo Colo tras conseguir la victoria por la mínima sobre la U.
► La celebració­n de los jugadores de Colo Colo tras conseguir la victoria por la mínima sobre la U.
 ??  ?? ► Insaurrald­e convierte con el pecho el 1-0.
► Insaurrald­e convierte con el pecho el 1-0.
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