El Papa se reúne con víctimas y es llamado a actuar en Irlanda
En su primer día en Irlanda, el Papa Francisco habló de “crímenes repugnantes” al interior de la Iglesia. El Pontífice se reunió con ocho víctimas de abusos, entre ellas Marie Collins, símbolo de la lucha contra la pedofilia.
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El mundo ha cambiado radicalmente en la última década. Pero Irlanda, donde el Papa Francisco aterrizó ayer, lo hizo a mayor velocidad. El catolicismo mantiene cierta influencia, pero desde 2009, cuando la comisión Ryan destapó 80 años de abusos a 25.000 menores, ha habido enormes transformaciones estructurales que han salido adelante pese a la oposición sistemática de la Iglesia. Hoy el país tiene un primer ministro gay, ha despenalizado el aborto y los matrimonios homosexuales y ha sufrido una brutal crisis económica de la que salió más rápido y más fortalecida que ningún socio de la UE. El catolicismo ha perdido fuerza (del 94,9% de la población en 1961 al 79,3% en 2016) y autoridad moral y, durante este tiempo, en Irlanda la única revolución en el cielo fue low cost y llegó con Ryanair.
El desafío para el Papa, en un lugar donde solía jugar en casa y que hoy reivindica un cambio de mentalidad, es mayúsculo.
Lo insólito, sin embargo, es que fue el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, quien se lo recordó en un discurso contundente, claro y tremendamente progresista que subrayó los avances logrados gracias a las votaciones democráticas de su país.
“La Irlanda del siglo XXI es un lugar muy diferente y cada vez más diverso. Hay más gente que se adhiere a diferentes fes, o que se sienten cómodas en religiones no organizadas. Hemos votado en nuestro Parlamento un referéndum para modernizar nuestras leyes, entendiendo que los matrimonios no siempre funcionan, que las mujeres tienen que tomar sus propias decisiones y que las familias tienen diferentes formas, incluyendo aquellas encabezadas por un abuelo, un padre soltero, dos padres del mismo sexo o divorciados”. En Irlanda, subrayó, la religión ya no está en el centro de la sociedad.
Varadkar también insistió en que “debemos asegurarnos de que las palabras vayan seguidas de acciones” y que “las víctimas y los sobrevivientes obtengan justicia, verdad y curación”.
Este antiguo gran feudo del catolicismo es hoy una plaza más áspera para un Pontífice de la que encontró Juan Pablo II en 1979. Especialmente cuando acaba de conocerse otro escándalo de abusos masivos en Pennsylvania que la Iglesia Católica y el Vaticano encubrieron durante años, tal y como sucedió aquí.
“Crímenes repugnantes”
Todo el mundo esperaba las palabras del Papa en ese sentido. Pero aportó pocas novedades respecto a la carta ya publicada o a discursos anteriores. “No puedo dejar de reconocer el grave escándalo causado en Irlanda por los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia encargados de protegerlos y educarlos. El fracaso de las autoridades eclesiásticas – obispos, superiores religiosos, sacerdotes y otros– al afrontar adecuadamente estos crímenes repugnantes ha suscitado justamente indignación y permanece como causa de sufrimiento y vergüenza para la comunidad católica. Yo mismo comparto esos sentimientos”, lanzó el Papa.
El Papa, tal y como había anunciado durante las semanas previas a su viaje a Irlanda, se reunió con ocho víctimas de abusos por parte del clero, de religiosos y de miembros de las instituciones del país. El encuentro duró una hora y media, según el portavoz del Pontífice, e incluyó entre ellos a Marie Collins, uno de los símbolos de la lucha contra la pederastia en Irlanda, muy crítica con la gestión del Vaticano en estos asuntos.
Antes de la reunión, el Papa Francisco se refirió también al papel de la protección de los menores y a un proceso que inició su predecesor, Benedicto XVI. Pero no hubo menciones directas al último escándalo destapado en Pennsylvania, donde un informe del gran jurado reveló hace dos semanas que más de 1.000 niños y niñas fueron abusados por unos 300 religiosos. Tampoco al encubrimiento que según el mismo informe alcanzó al Vaticano.
A Collins el discurso le pareció “decepcionante” y “nada nuevo”. “Las heridas siguen abiertas”, concluyó el primer ministro. b
“No puedo dejar de reconocer el grave escándalo causado en Irlanda por el abuso de jóvenes por miembros de la Iglesia”.
PAPA FRANCISCO
LÍDER DE LA I. CATÓLICA
“El Papa se disculpó con todos nosotros por lo que sucedió en los Hogares”.
PAUL JUDE REDMOND
VÍCTIMA DE ABUSOS EN IRLANDA