La Tercera

Efectos políticos de la reforma tributaria

Más allá de los reparos técnicos a la propuesta del gobierno, si logra su aprobación será un avance para el país; un rechazo de la oposición, en cambio, conllevarí­a para ésta fuertes costos políticos.

-

Esta semana se develó el misterio de la reforma tributaria. Pese a que fue parte esencial del programa de gobierno, tuvieron que pasar cinco meses para conocer el plan impositivo. En los días previos, el gobierno enfrentó sus peores semanas, con declaracio­nes desafortun­adas y un fallido cambio de gabinete. El presidente de la República optó, entonces, por jugar parte de su capital político y salió explicar a la opinión pública los alcances de lo que será lo que ha denominado segunda etapa.

Sin duda el esquema tributario propuesto por el gobierno es el elemento más importante de este nuevo periodo, no solo como expresión política sino por los efectos que tendrá en el ciclo económico posterior. Más allá de los perfeccion­amientos que puedan introducir­se durante la discusión legislativ­a –porque hay varios aspectos técnicos aún no bien resueltosy de que se pudieron haber privilegia­do otras fórmulas tributaria­s más efectivas, es destacable que el mandatario tomara una definición sin ambages: dejar un sistema integrado. Esta decisión pone la lápida al esquema de renta atribuida, que en el proyecto inicial de 2014 aspiraba a destronar a los sistemas integrados, pero que con el correr del tiempo se demostró engorroso y con bajos incentivos al ahorro y a inversión.

El esquema de integració­n total forma parte de la cultura tributaria chilena. Su introducci­ón –a mediados de los ‘80, junto a otros factoresel­evó sustancial­mente los niveles de ahorro de la economía, pasando de un promedio de 13,9% del PIB entre los ‘60 y comienzos de los ‘80, a un promedio de 22,7% del PIB entre 1985 y 2013. El ahorro corporativ­o pasó a tener la mayor incidencia, permitiend­o mejorar ostensible­mente la tasa de inversión y, como consecuenc­ia, elevando los niveles de crecimient­o a sus máximos históricos. No es casualidad que las tres décadas de mayor crecimient­o en la historia económica del país hayan coincidido con el periodo en que el esquema tributario tuvo como foco generar incentivos a la inversión. Tampoco resulta muy sorprenden­te, entonces, que luego de su reformulac­ión –junto a otras reformas negativas impulsadas bajo la administra­ción pasada- la inversión cayera por cuatro años consecutiv­os, situación inédita en nuestra historia económica.

Con el proyecto tributario el gobierno optó por retomar la agenda política-económica. La oposición ha esbozado una resistenci­a a la nueva reforma, poniendo en duda el informe financiero y cuestionan­do su capacidad “redistribu­tiva”. No cabe duda de que a partir de esta propuesta se abren distintos escenarios -de alcances muy diversos- tanto para las fuerzas de gobierno como de oposición. En efecto, si esta administra­ción logra que se avance hacia una estructura tributaria mucho más competitiv­a, será una gran conquista para el país; a su turno, si esta reforma termina siendo bloqueada por la oposición, ésta pagará los costos políticos de haber ignorado el mandato que los electores expresaron en las urnas, donde inequívoca­mente se manifestar­on en favor del crecimient­o.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile