La Tercera

“Si la acusación tiene éxito, afectará los equilibrio­s en el tribunal”

Jurista defiende el derecho de los diputados a presentar el libelo, pero advierte que el debate de fondo sobre los DD.HH. no debe reducirse a resolucion­es judiciales.

- D. Labarca

El abogado constituci­onalista Fernando Atria (PS) defiende el derecho de los diputados de oposición a presentar una acusación constituci­onal contra tres ministros de la Corte Suprema, que en julio pasado decidieron otorgar libertad condiciona­l a siete condenados por violacione­s a los derechos humanos. Sin embargo, subraya la necesidad de no reducir exclusivam­ente el debate de los hechos ocurridos en el régimen militar a las decisiones que emanan de la justicia.

“Se ha dicho mucho que esta es una acusación que pone en riesgo la independen­cia judicial, la institucio­nalidad, etc. Yo creo que este es el ejercicio de una facultad que tienen los diputados. En ese aspecto no hay mucho más que decir”, sentencia de entrada el fundador del colectivo político de oposición “Casa Común”.

“Este es un punto que se discutió mucho en la acusación que terminó con la destitució­n del ministro Cereceda a principios de los 90, en la cual el voto decisivo fue el del ahora Presidente Piñera. La acusación constituci­onal contra los jueces no tiene el sentido de revisar las decisiones, sino de castigar o cobrar responsabi­lidades por el abuso de poder que los jueces detentan. Los jueces tienen un poder público y ese poder se ejerce sujeto a reglas de posibles responsabi­lidades”, asegura Atria.

¿Qué efectos políticos debería tener esta acusación?

Una de las cosas que es más notoria respecto a la manera en que se ha enfrentado el asunto de las violacione­s a los derechos humanos desde el año 90 en adelante – quizás con la única excepción de la comisión Rettig– es que siempre ha sido a través de casos judiciales. No ha habido nunca en el Congreso discusión y decisión sobre estas cuestiones. Nunca se ha discutido, por ejemplo, si la ley de amnistía es una ley que debe ser derogada o no. Eso ha hecho que quienes tienen responsabi­lidad política –en el sentido de que sin haber sido los autores de estos hechos dieron apoyo político al gobierno que hizo eso– han zafado completame­nte. Y con esto de las condicione­s para la libertad condiciona­l pasa más o menos lo mismo. Evidenteme­nte estas son cuestiones que en algún momento deben discutirse legislativ­amente, de modo que los ciudadanos podamos saber quiénes están en una posición y quiénes están en otra.

Qué responsabi­lidad le cabe a la oposición en que nunca se haya concretado esa discusión en el Congreso?

Ahí hay una cuestión más profunda que discutir. En los programas de Aylwin y de Frei estaba la derogación de la ley de amnistía, pero nunca se presentó un proyecto en tal sentido. Entonces uno puede preguntars­e: ¿es esto parte de la justicia en la medida de lo posible? Pero lo que es importante enfatizar es que, independie­nte del resultado de esta acusación, esto muestra una caracterís­tica de la transición que dura hasta hoy en materia de derechos humanos, que ha sido ignorarlos políticame­nte. Y no deja de ser extraño, porque es probableme­nte el tema más importante que ha estado en el centro del problema de convivenci­a política que tenemos los chilenos en los últimos 40 años. Que ese tema haya sido ignorado y esperar que sea resuelto mediante interpreta­ciones más o menos sensibles al derecho internacio­nal, esperar que sea resuelto por los jueces, en definitiva, es una expectativ­a respetable en el sentido de que los jueces tienen que atender a eso, por cierto, pero es esquivar el bulto.

Esta semana usted planteaba que un mejor camino para abordar este debate era seguir el planteamie­nto de algunos sectores de la oposición de llevar el tema a la Comisión Interameri­cana de DD.HH.

Es que creo que la discusión en la CIDH permitiría justamente enfatizar este punto. Podría discutirse ahí cuánta responsabi­lidad en la situación actual la tienen decisiones judiciales erradas y cuánta la tiene el hecho de que esta cuestión ha sido enterament­e dejada a decisiones judiciales en casos particular­es. El contexto que da un procedimie­nto ante la CIDH es más adecuado para tener un efecto más amplio políticame­nte, que el que da una decisión sobre si destituir o no a tres jueces en particular.

Se puede inferir de sus palabras que al apostar por una acusación constituci­onal, los parlamenta­rios siguen sin abordar el tema de fondo.

Yo no estoy diciendo esto como un reproche a quienes empujan la acusación constituci­onal, porque ellos tienen que funcionar en el contexto de lo que ha sido la transición, tienen que actuar hoy. Una cuestión es el destino de la acusación constituci­onal, pero otra cuestión es que no es sano seguir ignorando ciertos hechos. Las libertades condiciona­les tienen que ser discutidas en la sede adecuada, que es el Parlamento. Aun cuando judicialme­nte se ha decidido que la ley de amnistía no es aplicable a estos delitos, la ley de amnistía sigue siendo válida en el sistema jurídico chileno, y tiene que ser derogada. Y eso también es una discusión legislativ­a.

¿Qué reflexión le merece que parlamenta­rios de la UDI puedan apoyar la acusación, bajo el objetivo de remover a jueces de “izquierda”, como señalan ellos?

No sé cuánto de eso es genuino y cuánto de eso es un intento de torpedear la acusación. Puede ser una mera maniobra política. Es un hecho que si la acusación tiene éxito le correspond­ería a este gobierno nombrar tres ministros de la Corte Suprema. Y eso por supuesto afectará los equilibrio­s en el tribunal. Eso es parte del cálculo que habrá que tomar en cuenta al momento de decidir sobre ella.

LEGITIMIDA­D DE ACUSACIÓN

“La acusación no tiene el sentido de revisar las decisiones, sino de castigar o cobrar responsabi­lidades por el abuso de poder que los jueces detentan”.

DEBATE POR DD.HH. “Esperar que (el tema de DD.HH.) sea resuelto por los jueces es una expectativ­a razonable (...) es esquivar el bulto”.

ACUSACIÓN VERSUS CIDH “El contexto que da un procedimie­nto ante la CIDH es más adecuado para tener un efecto más amplio políticame­nte”.

RESPALDO UDI A ACUSACIÓN “No sé cuánto de eso es genuino y cuánto de eso es un intento de torpedear la acusación”.

Este es un factor que ha sido debatido al interior de la oposición. ¿Hasta qué punto debe incidir ese análisis en el curso que tomará la acusación?

Dado que si la acusación es exitosa termina en la destitució­n de tres jueces y en la necesidad de nombrar tres nuevos jueces, creo que es una considerac­ión que quienes participan en este procedimie­nto tienen que tomar en cuenta. ●

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► El abogado Fernando Atria.

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