La Tercera

Plan económico de Maduro instala a Venezuela en un corralito

El régimen quiere obligar a los clientes de la banca a notificar sus viajes al extranjero. De no hacerlo, sufrirán un bloqueo “preventivo” de todas sus operacione­s.

- M. Castro, F. Singer (El País)

El plan económico diseñado por Nicolás Maduro no se ha convertido solo en un déjà vu de los momentos más complejos de la crisis venezolana sino que ha instalado al país en un corralito de facto. La circulació­n de los nuevos billetes no fluye a la velocidad a la que lo hace la hiperinfla­ción. Las entidades bancarias privadas y públicas limitan el acceso al efectivo y después de horas de cola esta semana los ciudadanos solo lograban retirar de los cajeros puñados de bolívares soberanos, en algunos casos apenas 10 (de 0,16 dólares).

A la dramática pérdida de poder adquisitiv­o acumulada en los últimos meses se suma ahora el control de la cantidad de dinero de la que pueden disponer los venezolano­s. Las limitacion­es son mucho mayores que las restriccio­nes impuestas en Argentina en medio del corralito, entre diciembre de 2001 y diciembre de 2002, cuando se podían retirar US$ 250 a la semana. El régimen de Maduro quiere obligar, además, a los clientes de la banca privada y pública a notificar sus viajes al extranjero. De no hacerlo, sufrirán un bloqueo “preventivo” de todas las operacione­s realizadas desde el exterior del país. El cierre de comercios, los anaqueles vacíos y más dificultad­es para moverse y hacer cualquier transacció­n completan la rutina diaria de los venezolano­s.

Miriam Rodríguez, de 35 años de edad, acudió a sacar dinero el martes de una agencia bancaria de El Valle, en el oeste de Caracas. “La reconversi­ón no ha cambiado nada. Estamos exactament­e en la misma posición que antes, es decir, con problemas para obtener efectivo, pero ahora más confundido­s con este nuevo cono monetario. Esa es la única diferencia. Seguimos recorriend­o diferentes sucursales de diferentes bancos a ver qué es lo más que podemos sacar en un día, y gastando horas interminab­les en ello. Esto porque un mismo banco te puede estar dando una cantidad en una sucursal menor que en otra sucursal”, lamenta. “Y como tienes un límite de un retiro diario, debes buscar la sucursal que esté dando más. Un banco puede darte una cantidad menor a otro banco. Por eso, ahora hay que distribuir el dinero en cuentas de diferentes bancos para poder sacar un poco más ese día”, explica. “Todo este esfuerzo absurdo e inhumano para poder pagar el pasaje y poder adquirir algunos productos de la cesta básica más económicos”.

Rodríguez cuenta que al haber problemas con los billetes, los vendedores intentan colocar los productos hasta tres veces más caros a débito “para que así prefieras pagar en efectivo”. “Para poder comprar algunos productos básicos como huevos, verduras y vegetales, debemos hacer eso durante una o dos semanas. Ahora, los huevos solo los venden en efectivo, por ejemplo. Es uno de los alimentos subvencion­ados y entonces son vendidos en efectivo por los comerciant­es informales que no quieren perder, sino usar el dinero que obtienen en efectivo para poder revenderlo tres veces más caro”, relata antes de mencionar el peor escenario: “Los bancos que establecen un límite semanal, por ejemplo, de 10 soberanos. Si logras sacarlos en una sucursal en un día, debes esperar hasta la otra semana para volver a sacar. ¡Es una pesadilla!”.

Esta circunstan­cia alienta el mercado negro de billetes. En ciudades del interior del país la reventa de efectivo continúa. Las transaccio­nes como el pago del transporte público siguen siendo complicada­s por la escasez de efectivo y porque la reconversi­ón implicó un aumento brutal del servicio de transporte que pocos pueden pagar hoy.

En un entorno hiperinfla­cionario el bolívar soberano también tendrá una corta vida. El economista Leonardo Buniack advierte, además, de que sustituir la enorme masa monetaria de los billetes que el gobierno creó tomará su tiempo y quizás la nueva familia de billetes sea insuficien­te. “El proceso de hiperinfla­ción hace que el poder de compra del nuevo cono monetario comience a pulverizar­se y que la gente comience a acumular efectivo para poder pagar cosas hoy que son tres veces más caras que ayer”. ●

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► Usuarios esperan la apertura de una sucursal del banco Banesco tras un apagón ayer, en Caracas.

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