La Tercera

Fundido por jugar cada cinco días

El desgaste de Colo Colo no conmueve a la UC y Antofagast­a, que insisten en no mover las fechas.

- Roberto Gálvez

Lo dijo Tapia. También Valdivia. Incluso Barrios pidió que los ayudaran con la programaci­ón. En Colo Colo argumentan que el cansancio hace mella. Así justificar­on la fea derrota del fin de semana ante Everton. También lo habían hecho anteriorme­nte con Temuco, cuando reservaron jugadores.

En lo que va de semestre, desde el primer partido (la revancha ante Ñublense por Copa Chile) jugado tras retornar de la intertempo­rada hasta el último disputado, el pasado domingo, han pasado 73 días. Después de dicho duelo, y con un mes más sin actividad oficial, o sea de preparació­n, los albos han jugado nueve partidos, siete por el torneo nacional y dos por la Libertador­es. Sacando el duelo con los chillanejo­s, desde que comenzó la segunda rueda y los octavos de la Libertador­es, Colo Colo ha jugado cada 4,9 días. Entre partido y partido, nunca ha habido un intervaalo menor a cuatro días (ver tabla adjunta).

Tito ha decidido rotar casi siempre cuando en el horizonte asoma algún duelo copero, o bien, cuando viene de disputarlo. Así por ejemplo, solo Orión ha disputado el 100% de los 900 minutos posibles. Justamente en el puesto donde existe menos desgaste.

Hay algunos que han sido reservados y que llevan bajos porcentaje­s de presencia en los partidos del cuadro de Macul. Jaime Valdés ha disputado el 43% de los minutos, Carlos Carmona el 65,2% y Jorge Valdivia el 70%.

Por lo que entiende como sobrecarga de calendario, Colo Colo intentó postergar sus partidos ante Antofagast­a (solo habría si no tres días de descanso después de jugar con el Palmeiras) y adelantar el de la Católica (igualmente serían si no tres días de descanso antes de enfrentar a los brasileños en la vuelta), pero recibió sendas negativas como respuesta, tal como ellos lo hicieron cuando Temuco les solicitó modificar el partido entre ellos. Ambos equipos se mantienen en su negativa a atender el requerimie­nto albo. La ANFP no puede hacer nada si no hay acuerdo entre clubes. Solo si Colo Colo llegara a las semifinale­s o la final de la Libertador­es, podría intervenir.

Los albos no tienen quién atienda sus lamentos. Y los datos tampoco cargan de razones en sus quejas. Da la sensación de que es más un asunto de cabeza que de físico, más de atención y mentalidad que de descanso, lo que modifica el rendimient­o de una competició­n a otra. ●

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