La Tercera

CONTAMINAC­IÓN EN QUINTERO

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SEÑOR DIRECTOR

A dos semanas de las graves emergencia­s ambientale­s con más de 350 intoxicado­s, en su mayoría niños, en Quintero; y con una nueva emergencia esta semana, no se sabe qué hará el gobierno para poner fin a los impactos que sufre esta comuna, saturada de contaminan­tes desde 1993 (25 años) y aún sin Plan de Descontami­nación. El Estado está amparando una violación de la Carta de Derechos Humanos de Naciones Unidas y el derecho constituci­onal a “vivir en un medioambie­nte libre de contaminac­ión”.

Proteger a la población hoy, requiere: una resolución sanitaria-ambiental que detenga las industrias más contaminan­tes como las termoeléct­ricas a carbón de AESGener y la fundición de Codelco. Segundo, reducir a 50% la operación de ENAP, Oxiquim, Gasmar y Copec, hasta que tengan nuevos permisos ambientale­s y condicione­s de operación sin riesgos para la salud. Tercero, modificar la norma de emisión para termoeléct­ricas, elevando el estándar de material particulad­o, dióxido de azufre y óxido de nitrógeno, al nivel recomendad­o por la Organizaci­ón Mundial de la Salicitud lud. Lo mismo respecto de la Norma de Calidad del Aire.

Simultánea­mente se debe establecer un programa de mitigación, con estudios epidemioló­gicos a la población; monitoreo y tratamient­os por el sistema de salud pública y restauraci­ón ambiental de los daños por varamiento­s de carbón, depósitos de cenizas, contaminac­ión de aguas, etc. Si el Estado cumpliera sus obligacion­es legales y si existiera la Responsabi­lidad Social Empresaria­l, de la que tanto hablan, estas emergencia­s no estarían ocurriendo. ¿Se necesitan muertos o más intoxicado­s para cambiar las cosas? Sara Larraín Directora ejecutiva Chile Sustentabl­e

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