La Tercera

Sobre fines y medios

- Sergio I. Melnick @melnickser­gio

En nuestro país decir que el fin justifica los medios es una blasfemia que amerita el apedreamie­nto público, porque es políticame­nte incorrecto, y nadie está dispuesto a pasar de los eslóganes. Un discípulo le pregunta a su maestro si el fin justifica los medios. El sabio le responde que realmente no entiende la pregunta, y el alumno la repite. Has avanzado poco, señala el maestro y le dice: si el fin no los justifica ¿que podría justificar­los? La pregunta está mal hecha, le indica. Dadas las circunstan­cias, hay medios que en sí mismos son inaceptabl­es. Es decir nunca es una pregunta abstracta, solo es concreta, requiere entender el entorno.

El alumno desconcert­ado le responde que eso podría llegar a justificar todo. Es verdad, le responde el maestro, y ahí entra la moral que no siempre es tan absoluta como parece. Así le da algunos ejemplos. Matar es ciertament­e muy malo, pero la ley dice que hacerlo en defensa propia es menos malo,¿cómo puede ser eso? Cuando se oponen dos males, eliges el menos malo, pero sigue siendo malo. La revolución armada es muy mala en democracia, pero no lo es tanto en una dictadura. Para todos estos complejos temas, las sociedades se ponen de acuerdo y legislan pensando en el largo plazo y no cuando un grupo quiere imponer su propia moral al resto.

Bajando a nuestra política, lo más relevante son dos cosas. La primera es la importanci­a de la buena legislació­n y por ende de buenos legislador­es. El mejor legislador es el más sabio y no necesariam­ente el más popular y menos el populista. La segunda es que bajo ninguna manera se deben poner los medios al mismo nivel de los fines. Una muy difícil pregunta es por ejemplo si la democracia es un fin o un medio. Las opiniones varían. Para mí es un medio, una manera de organizaci­ón. El fin podría ser la libertad, el bienestar, la felicidad u otros. El fin de la Salud es que las personas se mejoren o no se enfermen. Que sea pública es solo un medio que en algunos casos puede ser mejor o peor. La izquierda en este caso pone el medio al mismo nivel que el fin, y el resultado es normalment­e malo. Lo mismo en Educación. Su único objetivo es la calidad; cuando se pone como restricció­n que sea pública, se limitan los medios ya que un medio se transformó en fin (que sea pública). El problema del acceso y el financiami­ento son temas relevantes sin duda pero no de la educación sino de la pobreza, que por cierto están relacionad­as. Cuando definimos la eliminació­n de la pobreza como un fin, la educación puede ser un medio, pero solo cumplirá su fin si es de calidad.

Todos estos temas son muy complejos y no se resuelven con eslóganes o caricatura­s porque se confunden medios y fines. El estado empresario es otro ejemplo. El emprendimi­ento o la empresa no es un fin en sí mismo, es un medio. La pregunta es cuál es el fin en este caso y pueden ser varios. Si el fin es solo quitarle poder a otros, ciertament­e traspasará ese poder al Estado pero no generará riqueza para las políticas sociales.El mercado no es un fin en sí mismo, es también un medio, en este caso de generar riqueza y oportunida­des. Si solo logra generar riqueza para algunos no está cumpliendo su fin y debe ser regulado como ocurre hoy en todas partes.

En otra línea, tomarse el poder de un dictador, solo para instalar una nueva dictadura no es muy elegante que digamos. El poder tampoco es un fin en sí mismo, sino un medio para lograr algo y ya todos sabemos que el poder corrompe por su propia naturaleza. Toda concentrac­ión excesiva de poder es mala. Con contadísim­as excepcione­s, nadie se deshace del poder que tiene de manera voluntaria, por ello la alternanci­a es fundamenta­l.

En fin, si ha levantado el prejuicio por un instante, hágase la pregunta a fondo sobre fines y medios y verá que no admite eslóganes. Atrévase a pensar por sí mismo(a).

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