La Tercera

El lobby evangélico que busca frenar la ley de identidad de género

Representa­ntes de ese mundo han intensific­ado las gestiones para evitar la aprobación del proyecto que impulsa el Ejecutivo y se vota mañana en la Cámara.

- Por Isabel Caro y Ximena Soto

“Los vamos a sacar, los vamos a sacar”. Ese fue uno de los tantos gritos de protesta que se escucharon en las tribunas de la sala del Senado el martes de la semana pasada en Valparaíso, cuando la Cámara Alta despachaba el informe de la comisión mixta sobre el proyecto de identidad de género.

“Lo dijimos con mucha fuerza porque votar por alguien que después no solo no nos representa, sino que legisla proyectos que son perjudicia­les es realmente frustrante. Y como tenemos el poder de ponerlos ahí, tenemos también el poder de sacarlos. Somos tres millones de evangélico­s en el país”, sostiene la vocera de Comisión Nacional Evangélica por la Familia y la Vida (Confamilia), Antaris Varela.

No era la primera vez que miembros de la Iglesia Evangélica advertían a los parlamenta­rios sobre las consecuenc­ias de aprobar una norma que han calificado como “nefasta”, “nociva” y “aberrante”.

Incluso antes de que se conformara la comisión mixta que revisó el proyecto, Confamilia y otras organizaci­ones ligadas a esa Iglesia iniciaron un intenso lobby para evitar que se aprobara la iniciativa.

Las gestiones, que según comentan fuentes de la Iglesia Evangélica han sido lideradas, entre otros, por el obispo Hedito Espinoza, se intensific­aron en los últimos días en la víspera del último trámite que debe sortear el proyecto que establece un procedimie­nto para que las personas transgéner­o puedan cambiar su sexo registral.

De hecho, previo a la votación en el Senado eran varios los parlamenta­rios que aseguraban que el destino de la iniciativa era incierto y, más allá de la inclusión de los menores de 14 -lo que finalmente quedó fuera de la norma-, temían que el proyecto completo no lograra el quórum requerido. “Ha sido muy difícil tener un debate desprovist­o de amenazas”, comentaba la senadora Adriana Muñoz (PPD) momentos antes de la votación.

Por esos días eran cientos los mails que tanto senadores de la oposición como de Chile Vamos recibieron con una amenaza clara: si aprobaban la iniciativa, los votos de la población evangélica no estarían para respaldarl­os en el futuro.

“El 80% de Chile rechazaba esta nefasta ley que afecta y destruye la verdadera identidad dada por dios a cada individuo. Somos muchos los que no votaremos por ustedes si la aprueban”, se lee en uno de los correos que fue difundido entre varios senadores. “La ideología de género es muy nociva, trae un daño terrible a los niños y también a los padres. Estaremos atentos a favor de quién estarán legislando”, señalaba otro correo.

En la ex-Nueva Mayoría aseguran que uno de los parlamenta­rios que se vio más complicado con las advertenci­as de ese sector fue el senador Alejandro Navarro (PRO-PAIS), quien incluso había transmitid­o que no respaldarí­a en sala la indicación que él mismo había patrocinad­o en la mixta para incluir a menores de 14. Consultado por La Tercera, asegura que en varias oportunida­des representa­ntes evangélico­s de su zona le pidieron votar en contra del proyecto. “La Iglesia Evangélica hizo un lobby fuerte, potente y permanente durante la tramitació­n del proyecto”, dice.

Fueron varios los senadores que hicieron alusión a esas advertenci­as en sus intervenci­ones en la sala. “Ayer me tocó marchar con la Iglesia Evangélica por la libertad de culto, me tocó marchar porque yo creo en el derecho a la diversidad, al derecho de esta iglesia a no ser discrimina­da (…). Me parece que aquí hay una profunda contradicc­ión”, argumentó el senador Guido Girardi (PPD).

Rabindrana­th Quinteros (PS) –quien fue increpado en un tedeum en Osorno tras votar a favor del proyecto– asegura que le llama la atención “la falta de tolerancia y la virulencia de algunos evangélico­s”.

Rol de bancada evangélica

Desde que llegó al Congreso en marzo de este año que la diputada Francesca Muñoz –miembro de la denominada bancada cristiana de RN- ha intentado incidir en el debate de la ley. De hecho, pese a que no fue parte de la mixta, ingresó una serie de indicacion­es para modificar la normativa.

“Se ha manifestad­o fuertement­e la movilizaci­ón de las Iglesias Evangélica­s levantando su preocupaci­ón. Y eso yo lo destaco”, dice Muñoz, que ha actuado como un canal entre esa comunidad y parlamenta­rios de distintos sectores.

Para el mundo evangélico la pelea aún no está perdida. Por lo mismo, ad portas de la votación de mañana en la Cámara, han intensific­ado las gestiones para evitar que se apruebe el proyecto. A través de grupos de de WhatsApp, organizaci­ones ligadas a esa Iglesia han instado, ahora a los diputados, a no abstenerse y votar en contra de la norma en la sala. ●

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