¿Y DESPUÉS DE LA HAYA QUÉ?
SEÑOR DIRECTOR
El largo proceso político–judicial que Bolivia emprendió contra Chile en 2013 llegará a su fin dentro de poco. ¿Qué haremos después? ¿Seguiremos la senda de continuidad histórica – jurídica en las relaciones entre ambos países, o nos atreveremos a cambiar la inercia que solo ha empeorado nuestras relaciones y entendimiento?
Tras la actitud que asumamos está en juego, por un lado, una política destinada a administrar las diferencias y la inamistosa relación que ha elegido Bolivia desde 1978 —cuando su gobierno decidió romper relaciones diplomáticas con Chile—y, por otro lado, buscar un camino distinto; uno que realmente traiga en el tiempo mayor entendimiento y bienestar a nuestros pueblos.
Tenemos la convicción de que las aspiraciones de las autoridades bolivianas no se resolverá n por medios contenciosos. Estos solo han extendido aún más en el imaginario colectivo boliviano que sus anhelos se pueden transformar en derechos, y ello, muy posiblemente, les traerá más frustración. ¿Estamos destinados a que las autoridades bolivianas mantengan una retórica de hostilidad y revanchismo constante hacia Chile? Nos parece que no.
Propongamos sin irresponsabilidades, sin grandes elocuencias, sin triunfalismos, pero tampoco fatalismos, una nueva forma de entendernos, que no sea por medio de órganos de resolución de controversias, porque ello no resuelve los asuntos de fondo. Abramos un diálogo sin exclusiones, pero con mayor convicción para llegar a resultados, y sin acudir a un tribunal cada vez que Bolivia no consigue lo que desea.
La manera más cómoda de no hacer mucho es esperar que el sistema internacional nos otorgue la razón, mientras que Bolivia no escatima esfuerzos en intentar el desprestigio de Chile para conseguir que un tribunal internacional se acerque a sus tesis, sin importar que esa estrategia nos aleje de un verdadero entendimiento y superación de las heridas del pasado.
Por ahora nos queda estar atentos a lo que resuelva el Tribunal Internacional de La Haya respecto a la demanda de Bolivia en contra de Chile, pero cualquiera sea el resultado debemos tener una visión de futuro prospectiva que nos motive a superar un pasado de desencuentros. Ello, a no dudar, no será resuelto por el Tribunal Internacional de Justicia. Francisco Chahuán Ch. Senador