La Tercera

Arriendo e integració­n

- Slaven Razmilic

Dos informes recientes del Centro de Investigac­ión Social de Techo-Chile han contribuid­o al debate sobre integració­n social surgida a raíz de la idea del alcalde Lavín de construir viviendas sociales en la Rotonda Atenas.

Uno de ellos daba cuenta del sostenido aumento en la proporción de arrendatar­ios, la que no superó el 20% entre 1990 y 2010, y que ahora se empina a casi 25% según la Encuesta Casen. Hay varios factores que pueden incidir en esto, entre otros, la reducción del tamaño del hogar, la postergaci­ón de la decisión de tener hijos, la migración, la preferenci­a por áreas centrales y por más movilidad (laboral y residencia­l) en generacion­es más jóvenes. El reporte también alerta sobre la carga financiera del arriendo para las familias más vulnerable­s, pudiendo superar el 50% de sus ingresos. Dos antecedent­es a considerar también en esta discusión.

Sumemos un tercero: la existencia de barrios con altas proporcion­es de población vulnerable, con una razonable cobertura de equipamien­to público, pero con poca mantención y calidad. Agregue a ello bajos niveles de actividad económica y escasas oportunida­des laborales. Entonces, pareciera que la demanda por localizaci­ones centrales o en comunas de alto ingreso no solo busca infraestru­ctura, sino que tiene relación directa con las oportunida­des laborales y de consumo que ahí hay. Como esas zonas son más caras, las familias vulnerable­s ni con los subsidios del Estado logran integrarse a ellas.

¿Qué tienen que ver el arriendo y la integració­n con esto? Pues mucho. Las zonas más atractivas son caras porque muchos queremos vivir en ellas. La construcci­ón en altura es la forma que hemos encontrado para compartir dichos espacios. Esto también corre para la vivienda social y es en este contexto donde subsidiar formas de arriendo cobra mucho sentido. Por varias razones.

La vida en departamen­to implica costos de administra­ción que invitan a pensar en esquemas más sofisticad­os, idealmente con un solo dueño, público o privado, que aborde esta tarea. En tanto, el arriendo ofrecido en suelos públicos, ya sea por un privado regulado o un municipio, asegura que dicha localizaci­ón se mantendrá en el tiempo.

Mecanismos de subsidio a la oferta en arriendo en zonas demandadas son opciones atractivas si se busca integrar de manera sostenible. Por lo pronto, los proyectos que ha estado viendo el alcalde Lavín recienteme­nte en Boston operan en esa lógica, algo que él y el Minvu debiesen considerar para futuras iniciativa­s.

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