La Tercera

“No tengo por qué aceptar que un parlamenta­rio que a la Constituci­ón a lo mejor le ha leído solo la tapa, me venga a revisar las sentencias”.

Carlos Künsemülle­r, ministro de la Corte Suprema

- Felipe Díaz

El ministro de la Corte Suprema Carlos Künsemülle­r se quedó hasta cerca de la medianoche del jueves viendo la transmisió­n en su casa. Junto a su esposa, siguió atentament­e la votación en la Cámara de Diputados que buscaba destituir a tres jueces del máximo tribunal, acusándolo­s de notable abandono de deberes luego de que otorgaran la libertad condiciona­l a siete condenados por casos de derechos humanos.

El especial interés de Künsemülle­r se debía a que era él uno de los jueces objeto de la acusación, además de Manuel Valderrama y Hugo Dolmestch. El hecho de que finalmente los diputados votaran por rechazar esta acción no aminoró la molestia que le generó el proceso. Ayer, en el Palacio de Tribunales, se refirió por primera vez a esta situación y cuestionó en duros términos la presentaci­ón que se realizó en su contra: “Yo no tengo por qué aceptar que un parlamenta­rio que no tiene la más mínima idea de los temas jurídicos involucrad­os, que a la Constituci­ón a lo mejor le ha leído solo la tapa, me venga a revisar las sentencias que yo dicte”.

El juez, que desde 2007 integra la Segunda Sala Penal de la Corte Suprema, también dijo que “si lo que se ha querido por estos parlamenta­rios es tener jueces dóciles y temerosos, y que vayan a preguntar al Congreso cómo tienen que fallar, se han equivocado. Los jueces chilenos no van a hacer eso”.

Otro punto que tocó el magistrado fue cómo le afectó esta situación, tanto desde el punto de vista personal como profesiona­l. En este sentido, indicó que “en lo que a mí respecta, como ministro acusado, se rechazó una infamia en lo personal. En lo que concierne al Poder Judicial, se rechazó una agresión al estado de derecho y a la convivenci­a democrátic­a del país”.

Künsemülle­r, además, se refirió a un elemento que le llamó poderosame­nte la atención: las personas que estaban en la graderías del Congreso y que gritaban a favor de la acusación constituci­onal. Esta escena, según relató el propio juez, lo desconcert­ó. Explicó que “muchas de ellas tuvieron que haber sido personas que nosotros, con nuestras sentencias, favorecimo­s. No me cabe la menor duda. Entonces, la única explicació­n es que quienes patrocinar­on esta infamia manipulan a estas señoras y a estos caballeros, y se aprovecha de esta situación de dolor para sustentar este tipo de agresiones”.

¿Habrá secuelas?

El día posterior a la votación de la Cámara dejó una duda y que fue abordada por diferentes miembros de la judicatura ¿Esta acusación podría influir en la forma en que los magistrado­s votarán en el futuro, en busca de evitar que se presente contra ellos una nueva acusación constituci­onal?

El primero en pronunciar­se fue el propio Künsemülle­r, quien señaló que “los jueces tenemos que dictar las sentencias conforme a derecho y al mérito del proceso, sin ninguna otra considerac­ión y eso es lo que hemos tratado de hacer y, naturalmen­te, puede haber sentencias que resuelvan en un sentido y otras que resuelvan en otro sentido, pero eso es lo propio de todos los tribunales, sobre todo los tribunales colegiados, en que hay tres en la corte de Apelacione­s o cinco ministros en la Corte Suprema”.

Siguiendo esta argumentac­ión, agregó: “¿por qué todos tienen que opinar lo mismo? ¿Qué les obliga a decidir en la misma forma? Si todos estuviéram­os obligados a fallar conforme a un modelo preexisten­te, en realidad habría que cerrar los tribunales”.

Lamberto Cisternas, vocero de la Corte Suprema, señaló que enfrentar este tipo de situacione­s “es un peligro que uno siempre lo considera en abstracto. Ahora se ha hecho concreto y, por lo tanto, tendrá que estar uno con una cierta aprehensió­n, atento a este asunto. No se trata de otra más que eso. Y bueno, si se llega a producir otra situación similar, habrá que enfrentarl­a en los mismos términos”.

Por otro lado, el presidente del máximo tribunal, Haroldo Brito, descartó en entrevista con TVN que la acusación impacte en cómo resuelven los jueces: “El sistema funciona a partir de la autonomía, de las conviccion­es personales acerca de las cuestiones jurídicas. Esa es la única forma de hacer justicia. No es posible actuar en una sociedad democrátic­a en el sistema de justicia, buscando formas de conciliar la decisión con los intereses de algún tercero”. ●

“Si se llega a producir otra situación similar, habrá que enfrentarl­a en los mismos términos”.

LAMBERTO CISTERNAS VOCERO CORTE SUPREMA

“El sistema funciona a partir de la autonomía, de las conviccion­es personales acerca de cuestiones jurídicas”.

HAROLDO BRITO, PRESIDENTE CORTE SUPREMA

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► El ministro de la Corte Suprema Carlos Künsemülle­r.

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