La Tercera

La carrera chilena por dominar los 14 ochomiles

Juan Pablo Mohr corona el Manaslu, su segunda cima mayor conquistad­a. El Dhaulagiri y el Kanchenjun­ga son los picos que oficialmen­te le faltan a la bandera tricolor.

- Por José Miguel González

El viento soplando en el pelo y un frío penetrante comparten junto a la felicidad de la reciente cumbre conseguida. Una nueva conquista, otra misión cumplida y la bandera chilena flameando otra vez en uno de los techos del mundo. Juan Pablo Mohr se subió ayer a la cima del monte Manaslu, uno de los 14 ochomiles, las montañas más altas del planeta, y el segundo de este exclusivo listado que escala exitosamen­te.

Su expedición comenzó el primero de septiembre, cuando dejó Chile rumbo al Himalaya. Tres días después estuvo en Katmandú para iniciar el trekking hacia el campo base del Manaslu. Después de cinco días caminando llegó junto al español Jonatan García, su cordada, al lugar donde partió y ter- minó su aventura. Luego de ascender 8.163 metros en casi dos semanas, Mohr logró el segundo de sus catorce objetivos y marcó un nuevo éxito para el montañismo nacional.

En 2017 ya hizo historia. En mayo escaló junto al también chileno Sebastián Rojas, otro insigne desafiador de alturas, hasta la cima del Annapurna (8.091 metros), siendo la primera expedición nacional en hacer cumbre.

Después de alcanzar la cima de su primer ochomil, a Juan Pablo se le abrió el apetito por subirse a todas las demás. En abril comenzó una expedición que lo tuvo cerca de dos meses intentando escalar el Dhaulagiri, la séptima montaña más alta del mundo que aún no ha sido oficialmen­te conquistad­a por chilenos. Esto, pese a que los alpinistas Rodrigo Vivanco y Tamara Muñoz se adjudican la conquista. Según ellos, y basándose en la informació­n que publica Himalayan Data Base, una fuente de informació­n nepalés que certifica los ascensos, llegaron a la cumbre en mayo de 2017, pese a que otros actores del montañismo nacional discuten la hazaña por las pruebas, poco convincent­es según ellos, que mostraron.

Aunque la historia de las altas montañas con Chiletiene un provechoso presente, las cimas más altas del mundo fueron conquistad­as por expedicion­es nacionales desde 1987, cuando la cordada Alpino Italiano se subió a la cumbre del Cho Oyu (8.201 metros), el primer ochomil en que flameó una bandera nacional. La montaña, sin embargo, fue escalada por otros tres grupos en 1999, 2006 y la última, conquistad­a el miércoles recién pasado, por Eugenio Kiko Guzmán, Ignacio Cueto y Patricio Rojas.

Por aquellos años en que Chile aún no escalaba estas cimas, el montañismo no era tan masivo y la exclusivid­ad de practicar esta disciplina, cuya preparació­n es la de un deportista de alto rendimient­o, no aumentaban las hazañas nacionales. Fue hasta 1990 que otro inédito ochomil fue conquistad­o. En esa oportunida­d, Mauricio Purto, Ítalo Valle, Fernando Luchsinger y Luis García llegaron a la cumbre del Gasherbrum II (8.034 metros), hazaña que en 2015 volverían a repetir para el país Martín Gildemeist­er, Tomás Vial y Rafael Matte.

Paradójica­mente, la montaña más alta del planeta es aquella que más veces ha sido escalada satisfacto­riamente por chilenos. Nueve expedicion­es de compatriot­as se han subido al techo de los 8.848 metros que mide el Everest. De esas, dos han sido protagoniz­adas por Hernán Leal, de 51 años, quien en enero completó las Siete Cumbres, las montañas más altas de cada continente, cuando conquistó el Macizo Vinson, en la Antártica. Tras eso, Leal viajó a escalar nuevamente el Everest, pero esta vez logró una doble hazaña, ya que también se subió al Lhotse (8.516 metros), siendo la segunda expedición nacional que lo logra tras los chilenos que lo hicieron en 2006.

En la misma línea, es destacable lo realizado por María Paz Valenzuela, quien en mayo pasado escaló el Everest después de sobreponer­se a un cáncer de mamas, convirtién­dose en la primera chilena que lo consigue.

La última conquista de Juan Pablo Mohr no es la primera que se logra en el Manaslu, una montaña cuya dificultad, por riesgos de avalanchas y exigencia física, es altísima. En 2009 Alex Koller fue el primero en subirla.

Deportista­s como Mohr o Sebastián Rojas, su compañero en el Annapurna, que en julio se convirtió en el primer chileno en subirse al Broad Peak (8.051 metros), engrosan el listado de ilustres montañista­s que han dejado la bandera chilena flameando en el techo del mundo.

Siguen quedando dos cimas mayores oficialmen­te por coronar: el Dhaulagiri y el Kanchenjun­ga. La tarea que falta.

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LA TERCERA CUMBRES CHILENAS EN LOS OCHO MILES

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