El nuevo manual de la Iglesia de Santiago para prevenir abusos
En el documento, que fue publicado en el sitio web de este Arzobispado, se detallan normas a observar y cumplir. Regirán desde el 28 de abril del próximo año.
Los escándalos por abusos sexuales no terminan de remecer a la Iglesia Católica chilena, que sigue en la lupa del Ministerio Público y, en general, de toda la comunidad, nacional e internacional, luego de que ayer el Papa Francisco resolviera expulsar del estado clerical a Fernando Karadima
(ver nota página 4).
En medio de todo este escenario, el Arzobispado de Santiago busca también dar señales de un cambio respecto de cómo se enfrenta este problema. En particular, sobre el deber ser de la relación que el clero mantiene con niños, niñas, adolescentes y personas con algún tipo de discapacidad. Por ello, la entidad publicó en su sitio web oficial el documento titulado “Orientaciones que fomentan el buen trato y la sana convivencia pastoral”. Una suerte de manual que busca evitar nuevos casos de abusos sexuales de parte de consagrados.
El escrito, de nueve páginas (y en el cual jamás se nombra la palabra “abuso/s”, salvo para identificar al ente a cargo de este tema), aborda la problemática a través de siete capítulos, con una introducción en la cual el arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, indica que “es necesario establecer orientaciones que proporcionen principios de conducta en determinadas situaciones pastorales”.
Agrega que “los pastores (…) deben, en todo momento y en cualquier situación, estar conscientes de las responsabilidades que acompañan su trabajo”. También llama a los sacerdotes y religiosos en general estar atentos a los signos que pudiesen convertirse en potenciales problemas.
El documento, que se pretende entre en vigencia el 28 de abril de 2019, para la Fiesta de la Divina Misericordia, fue trabajado por el Consejo para la Prevención de Abusos del Arzobispado de Santiago. Esta entidad, recientemente creada por la arquidiócesis y encabezada por la abogada Andrea Idalsoaga, tiene a su cargo la Oficina Pastoral de Denuncias (Opade) y el Departamento de Promoción de Ambientes Sanos.
Este manual aparece no solo en momentos de la expulsión de Karadima del sacerdocio, por los abusos cometidos en la parroquia de El Bosque, sino también pocos días después de que el exsacerdote Cristián Precht corriera la misma suerte.
Sin embargo, este trabajo de las “Orientaciones...” también generó cuestionamientos de parte de algunas autoridades, como la defensora de la Niñez, Patricia Muñoz, quien, tras leer el escrito, sostuvo que “quedé en estado de shock” (ver
nota secundaria).
Un sacerdote de la misma arquidiócesis, en cambio, aseguró que si bien el escrito “puede parecer alarmista, desproporcionado o falto de delicadeza al explicitar cosas tan terribles, justamente se plantea así por todo lo que sucedió y que se quiere evitar en el futuro, como una manera de generar clara conciencia, no sólo entre los consagrados, sino también entre los laicos”.
La psicóloga Paulina Pérez, directora del departamento de promoción de ambientes sanos de la delegación para la verdad y la paz, del Arzobispado de Santiago, explicó que lo que se busca es “objetivar parámetros de conducta que aseguren la protección de niños y jóvenes”. Según la profesional, el documento orientador se basó en la experiencia de la diócesis de Estados Unidos “particularmente Boston, además del documento Towards Healing de la Iglesia en Australia, y de instituciones civiles norteamericanas líderes en el ámbito de la protección de menores frente al abuso sexual, con documentos como: Praesidium y Virtus”.
Puntos del manual
En el documento se detallan cada una de las conductas que no deben realizar los sacerdotes, religiosos/as, laicos o cualquier miembro de la comunidad eclesial de Santiago con niños, niñas, adolescentes y personas con discapacidad. Sin embargo, en ninguna parte se advierte que algunas de esas acciones derechamente son constitutivas de delito.
La letra “C” del capítulo 3, por ejemplo, indica como “inapropiado” el “dar palmadas en los glúteos, tocar el área de los genitales o el pecho”, sin señalar que dichas tocaciones son consideradas como abuso sexual,
“Hay que establecer orientaciones que otorguen principios de conductas”.
RICARDO EZZATI
ARZOBISPO DE SANTIAGO
“Son parámetros de conducta que aseguren la protección”.
PAULINA PÉREZ
DIR. AMBIENTES SANOS
“Se ha visto la urgencia de cuidar y fomentar los ambientes sanos”.
COMUNICADO
ARZOBISPADO DE SANTIAGO
según el artículo 365 y siguientes del Código Penal.
Otros puntos y capítulos abordan precauciones generales y de valioso sentido común, como que las acciones y actividades pastorales de un menor siempre deben estar autorizadas por sus padres o tutores, que nunca hay que exponerlos a riesgos y que no se los debe poner en situaciones en las cuales un relato o acción ponga en juego su salud emocional.
Al cierre de esta edición, la Iglesia de Santiago señaló que, “respecto al documento Orientaciones que fomentan el Buen Trato y la Sana Convivencia Pastoral, se trata de un instrumento de trabajo hecho según estándares internacionales, que tiene plazo de seis meses para perfeccionarse con toda la comunidad eclesial. Se corregirán ciertos contenidos que fueron traducidos en forma literal y que no son adecuados, o que se prestan para interpretaciones incorrectas”.