La Tercera

Colosal remontada de Europa

Los locales mandan sobre EE UU tras ganar los cuatro ‘foursomes’ de la tarde, un logro hasta ayer inédito.

- Juan Morenilla (El País) París

Del 1-3 al 5-3. La remontada de Europa de ayer por la tarde, con un 4-0 en foursomes (se juega a hoyo ganado: la pareja va golpeando alternativ­amente la misma bola) inédito en su historia, se recordará como uno de esos momentos de hechizo que guarda la Ryder. De repente las victorias caían del lado azul por goleada, una tras otra, para darle la vuelta a un marcador que tras los fourballs (se juega a hoyo ganado; cada jugador golpea su bola y puntúa el mejor resultado de cada pareja) de la mañana mostraba un rotundo 1-3 para Estados Unidos.

Los americanos habían pasado el rodillo por París. Apenas Molinari (el mejor con cuatro hoyos conseguido­s) y Fleetwood habían rescatado el honor local con un punto muy trabajado contra Tiger Woods y Reed. Las caras largas eran evidentes en los europeos. EE UU exhibía todo su músculo, el de una constelaci­ón de estrellas (seis de los 10 primeros del mundo, cinco golfistas que han sido número uno, 31 grandes en sus filas) que ha aprendido a hacer piña. Johnson y Fowler zarandearo­n a McIlroy y Olesen (4&2), Koepka y Finau doblaron a Rose y Rahm por 1 arriba, como Spieth y Thomas, los dos fenómenos de 25 años, a Casey y Hatton. Era el mejor inicio para EE UU desde 1989. Pero de ahí se pasó a la mayor goleada de Europa, la única vez que ha ganado por 4-0 en foursomes. Eso es la Ryder.

Las piezas encajaron en el puzle europeo. Las victorias no fueron de cualquier manera. Ningún partido llegó al hoyo 17: un 5&4 de Sergio García y Noren a Mickelson y DeChambeau, como el de Molinari y Fleetwood a Thomas y Spieth, un 4&2 de McIlroy y Poulter a Watson y Simpson; un 3&2 de Stenson y Rose a Johnson y Fowler... Nada de marcadores ajustados.

Europa dio una lección de foursomes, una modalidad que potencia la complicida­d del equipo por encima del puro talento individual. Y ahí salió a relucir ese espíritu de Seve que los europeos llevan bajo la piel. Era la hora de los veteranos, de hombres como Sergio García, Poulter y Stenson. Por algo el capitán europeo, Thomas Björn, les había concedido tres de las cuatro invitacion­es. Para estos momentos en los que hay que apretar los dientes y tener más fe que el rival. Todos ellos lo aprendiero­n de Seve, y ahora lo inculcan a los novatos, de generación en generación.

El Niño se codea con los grandes de la historia en la Ryder. Con 23,5 puntos, solo tiene a Langer (24) y Faldo (25) en el horizonte. Y en foursomes ha igualado las 10 victorias de Seve y del inglés, a una del alemán, con quien empata en puntos (11,5). Un gigante. “Este torneo siempre ha sido especial para mí”, dijo el castellone­nse; “lo doy todo, eso no cambia”.

García le aguó la fiesta a Mickelson, que se convertía con 12 ediciones en el hombre con más Ryder jugadas. El meneo fue de aúpa: siete arriba en los nueve primeros hoyos. Los nueve segundos fueron una cuenta atrás hasta celebrar el punto en el 14.

Hoy se juega la segunda jornada con la misma modalidad de juego. ●

 ??  ?? ► Uno de los hoyos de Le Golf National de París, con la tribunas abarrotada­s para presenciar la Ryder.
► Uno de los hoyos de Le Golf National de París, con la tribunas abarrotada­s para presenciar la Ryder.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile