Enfrentados por Gepe
Gepe toca una guitarra acústica en medio de un taller mecánico versionando Sad but true de Metallica. La cámara captura un rostro impasible mientras la canción se desdibuja de sus líneas originales. Los comentarios del video publicado en YouTube en 2014 lo destrozan, la mayoría metaleros que consideran un sacrilegio su atrevimiento. Porque, es cierto, Gepe se atreve y la audacia se agradece en la música. Otra cosa es que resulte.
Este disco rastrea en la obra de Margot Loyola, artista empecinada con la tradición y la autenticidad, cuya idea del folclor consistía en parte en eternizar las costumbres. Las composiciones que recopiló estaban blindadas en su pureza y, en ese sentido, Gepe se metió en las patas de los caballos al reformular material tallado en piedra. “Habían canciones que me gustaban”, declaró a larata.cl, “pero que no las alcanzaba a entender por dónde agarrarlas”.
El músico tiene variadas ideas sobre arreglos y soni- dos, una de las cualidades indiscutidas de Folclor imaginario: el arrullo de los instrumentos a leña, la pulcritud primorosa de las guitarras y arpas, la pastosidad del contrabajo. Esa variedad de recursos y ángulos se reduce violentamente cuando se trata de su voz para sellar la artesanía instrumental. Un tono de lamento y cansino uniforma las canciones, el mismo barniz para cada pieza. El efecto es contraproducente porque los gratos decorados instrumentales se relativizan cuando opta por el mismo punto en el bordado melódico.
La vertiente ejemplifica cómo Gepe aplica claves fallidas para reinterpretar el espíritu del tema. Se trata de una atrevida letra sobre una amante que necesita saciar la lujuria experimentada con su pareja. “Quisiera yo calmar la sed que me ha dado tu amor ardiente”, clama. El canto original de Margot Loyola en ese título es duro, árido, desértico, sostenido en una intensa cuota de drama: “esta sed que tengo, mi vida, de tu boca”, subraya. En cambio con Gepe se ablanda, cede, no queda rastro del fuego en tales versos. Esa desconfiguración también pasa la cuenta, entre otras, a Que sacarán con quererme y su giro de recia cueca a lo mortecino, cortesía de una línea vocal crepuscular.
Folclor imaginario grafica una aproximación millenial a la música recopilada por Margot Loyola. Gepe aplica una trilla retirando lo agreste y lo rudo en favor de un ambiente mullido y seguro, consonante con los reclamos y anhelos de esa generación y su necesidad imperiosa por evitar las inclemencias propias de la existencia humana. Es la raíz sin su savia.
Gepe se atreve y la audacia se agradece en la música. Otra cosa es que resulte.